lunes, 24 de septiembre de 2012

Semblanza de un Capitán de Infantería





"Escudo y leyenda del Regimiento de Infantería
 África número 68 de Melilla"

"La historia es la gran morgue donde cada cual acude en busca de sus muertos, aquellos a los que amó o aquellos a los que le une algún vínculo de parentesco".
                                                                                                          HEINRICH HEINE

"IN MEMORIAM F.A.R"

Orígenes.-

D. Francisco Asensi Rodríguez nació en Ferrol, provincia de La Coruña, en el hogar familiar situado en el número 7 de la calle del Rastro (Ferrol Vello) y a las 14:30 horas del día 2 de enero de 1886. Fueron sus padres D. José Asensi Quintana (1847-1899), natural de Valencia y primer condestable de la Armada Española, y doña María de la Asunción Rodríguez Barcia (1861-?), natural de Ferrol.

Era nieto por línea paterna de D. Manuel Asensi Soler (1817-?), militar natural de Valencia capital, y de doña Isabel Quintana Merino, natural de Benicarló (Castellón), ambos abuelos vecinos de Valencia; y por línea materna de D. Nicolás Rodríguez Sero, de oficio carpintero y natural de La Capela (La Coruña), y de doña Manuela Barcia Vivero, natural de Ares (La Coruña), vecinos ambos de Ferrol.

La temprana muerte de D. José Asensi Quintana, fallecido en Barcelona a las tres de la madrugada del día 19 de febrero de 1899, dos días después de haber regresado a España en el vapor correo "León XIII" procedente de las Islas Filipinas -en cuya colonia de ultramar había combatido contra el Ejército de los Estados Unidos y los insurrectos filipinos durante la "Guerra Hispano-norteamericana"-, marcó de una manera trágica la infancia de sus cinco hijos: dos niñas, Práxedes y Manuela, y tres niños; tres varones cuyos nombres eran Francisco (de 13 años de edad en 1899), Víctor (11 años) y Recaredo Isidoro (4 años).

D. José Asensi Quintana pertenecía al Cuerpo de Condestables de la Armada Española pero al morir, después de cumplir 34 años de servicios efectivos en la Marina, era oficial graduado, concretamente capitán graduado de Artillería de Marina, siendo condecorado a título póstumo con una Cruz del Mérito Militar de primera clase con distintivo rojo en octubre de 1899 (Cruz otorgada por su distinguido comportamiento y heridas sufridas en la defensa de la plaza de Manila, desde el 16 de junio hasta el 20 de julio de 1898).



"Revólver del calibre 38 que perteneció en vida al primer condestable de la
Armada, capitán graduado de Artillería de Marina, D. José Asensi Quintana.
Era el arma característica de la oficialidad española en Ultramar: revólver
Orbea Hermanos, calibre corto 38. Se trata de una copia española bajo
 licencia del mítico Smith & Wenson número 3". Archivo del autor



"Hoja de servicios del Condestable D. José Asensi Quintana, en cuyo documento puede
verse la graduación que alcanzó en el momento de su muerte, capitán graduado de Artillería
de Marina. José Asensi era hijo del también militar D. Manuel Asensi Soler; este último había
 ingresado en el Ejército español en 1836, siendo elegido para formar parte de la Guardia
 Real, de donde pasaría a ingresar en el Real Cuerpo de Artillería (cabo de obreros).
Manuel Asensi Soler fue condecorado con tres Cruces de Plata del Mérito Militar con
 distintivo blanco y una Cruz Roja de plata del Mérito Militar por su participación en los
 combates de Cádiz los días 5, 6 y 7 de diciembre de 1868 (sublevación posterior a la
 revolución "Gloriosa" de septiembre de 1868)".
Archivo General de la Marina "Álvaro de Bazán". Viso del Marqués. Ministerio de Defensa



"Uniformes del Cuerpo de Condestables de la Armada en la segunda mitad del siglo XIX. De izquierda a derecha, 1er condestable graduado de gala; 2º condestable, con traje de servicio; 3er condestable de 1ª clase, con abrigo; bombardero, traje de invierno y artillero alumno con traje de verano. A la derecha, un obsoleto cañón de avancarga, piezas que fueron todavía utilizadas por la Armada Española en la defensa de las Islas Filipinas (1898)".
                               Asociación cultural de modelismo histórico Alabarda (lámina realizada por Jiménez)

Este condestable estuvo prestando servicios en ultramar, desde el 29 de noviembre de 1869 en que llegó a La Habana (Cuba) hasta el 23 de julio de 1874 en que regresó a Ferrol; por ello, participó en acciones de guerra como miembro de la Armada Española en la "Guerra de los diez años (1868-1878)", sostenida contra los insurrectos mambises cubanos y de la que España salió victoriosa.

Poseía también una Cruz Roja sencilla del Mérito Militar, otorgada por el ejército alfonsino por su participación en las acciones de Lastaola y en la batalla del monte de Choritoquieta (Oyarzun, Guipúzcoa) contra los carlistas (finales de agosto de 1875), durante la "Tercera Guerra Carlista (1872-1876)" que se desarrolló fundamentalmente en las Provincias Vascongadas y Navarra; y una Cruz del Mérito Naval con distintivo blanco por la terminación de la guerra civil, concedida por los servicios prestados desde el 14 de julio de 1876 hasta el 3 de octubre de 1878.

Vida dura la de este condestable, pues antes de morir llevaba más de tres años sin ver a su familia. Estuvo de nuevo prestando servicios en ultramar desde el 21 de diciembre de 1895, fecha en que salió para el Apostadero de las Filipinas, hasta el día 17 de febrero de 1899 en que regresó, herido y moribundo, a Barcelona falleciendo dos días después.

Recibió cristiana sepultura en el cementerio nuevo de Barcelona.


"Comunicación oficial del Estado Mayor de la Capitanía General de Marina (Departamento de Cartagena), dirigida al Excmo. Ministro de Marina de España, por la que se expresa el fallecimiento en Barcelona del 1er Condestable de la Armada D. José Asensi Quintana, que había regresado de las Islas Filipinas en el vapor correo "León XIII" en febrero de 1899". 
Archivo General de la Marina "Álvaro de Bazán". Ministerio de Defensa

Su viuda, doña María Rodríguez Barcia, luchó lo indecible para procurar a sus hijos la mejor educación posible, trasladándose a vivir a Madrid. Así, el 15 de abril de 1899, solicitó que sus hijos varones ingresaran en el Colegio de Huérfanos de la Guerra de Guadalajara, y lo logró. Dicha institución educativa, cuya sede radicaba en el Palacio del Infantado de Guadalajara (antaño suntuosa mansión de los Mendoza), fue reinaugurada en 1898 durante la Regencia de Doña María Cristina de Habsburgo-Lorena y constituía un auténtico modelo educativo de enseñanza infantil y juvenil, muy avanzado para la época.

El profesorado de aquel prestigioso centro estaba formado por numerosos oficiales del Ejército. De allí saldrían los tres hermanos Asensi Rodríguez con una excelente formación, que les permitiría ingresar posteriormente en la Academia General de Infantería de Toledo en 1903 (Víctor), 1906 (Francisco, que antes había intentado ingresar en la Marina, sufriendo el infortunio de ver suspendidas las oposiciones de ingreso a la Escuela Naval Militar) y 1909 (Recaredo).

¿Y las niñas?, en absoluto descuidó doña María su formación. Práxedes ingresó en la Escuela Superior de Artes e Industrias de Madrid (precursora de las modernas Facultades de Bellas Artes) y se convirtió en una excelente pintora, siendo alumna y discípula del extraordinario pintor español D. Ignacio Zuloaga Zabaleta, que tenía su estudio-taller en el barrio de las Vistillas de Madrid. Por su parte, Manuela se convertirá con el tiempo en una excelente pianista.

"Cuadro pintado por Práxedes Asensi Rodríguez en la Escuela Superior de Artes e Industrias de
Madrid, durante el curso 1900-1901. Su matrícula era la número 6". Archivo Asensi Álvarez
             
El autor trabaja actualmente en la redacción de un futuro libro que narrará, con profusa documentación inédita, las vicisitudes y circunstancias que rodearon la vida de todos y cada uno de los miembros de esta familia, desde los albores del siglo XIX hasta el final del siglo XX.

Este blog, anticipándose al mencionado libro, tiene por objeto rendir homenaje al referido capitán D. Francisco Asensi, haciendo una semblanza de su figura e historia familiar, con el objeto de perpetuar su memoria entre sus descendientes y reparar el obligado, injusto y forzado silencio de la historiografía española durante el siglo XX, en relación con el mal llamado "ejército de desaparecidos" del Comandante General de Melilla, General D. Manuel Fernández Silvestre.



"Libro de Oro de la Infantería Española" (1928)
Memorial de Infantería. Ministerio de la Guerra de España.


"Libro de Oro de la Infantería Española (1928-1929). Adquirido por el autor en Vindel Subastas  en el mes de septiembre de 2014. Ejemplar perteneciente a la biblioteca particular del difunto Teniente General del Ejército de Tierra D. Emilio Alonso Manglano (Valencia, 1926- Madrid, 2013), director del Centro Superior de Información de la Defensa (CESID, hoy CNI) durante los años 1981 a 1995. El ilustrador del libro y sus magníficos grabados fue D. José Ordóñez Valdés (1873-1953), uno de los mejores miniaturistas del siglo XX, que ilustró decenas de libros y ejecutó las colecciones de pergaminos del museo de Toledo (muchas de sus obras se exponen en el Museo del Prado y en el Reina Sofía)".
"A LOS HÉROES Y A LOS QUE CON EL SACRIFICIO DE SU VIDA AÑADIERON EN
MARRUECOS UNA HOJA DE LAUREL A LA INMENSA CORONA GANADA EN TODO
TIEMPO POR LA ESPAÑOLA INFANTERÍA".

Archivo del autor 


El capitán Asensi se distinguió en la defensa de la posición de Zoco el- Telatza así como en la posterior retirada hacia la zona francesa de Marruecos, durante los luctuosos sucesos que, a consecuencia del levantamiento de las cabilas rifeñas, acontecieron en la Comandancia General de Melilla en el verano de 1921. Triste suceso de nuestra historia reciente que la historiografía contemporánea enmarca en el episodio histórico "Desastre de Annual".


"Muhammad Ibn Abd el-Krim Al-Khattabi (1882, Axdir-
1963, El Cairo). Caudillo rifeño y Presidente de la efímera
República del Rif (1921-1926), que lideró la sublevación
general del Rif contra España en 1921. Abogado, periodista
 y traductor, se licenció en Derecho por la Universidad de
Salamanca y en Derecho Islámico por la de Qarawiyyin (Fez)"



                                      "Caballería rifeña atacando una columna española"                                      


"Combatientes rifeños sublevados vigilan los
movimientos de las tropas españolas. Es el rifeño
bravo, duro, austero y paciente; ama el fusil, ama
el caballo y la rapacidad, que es ley de vida.
Guerrillero nato lleva el combate en la sangre"


Ingreso en el Ejército, carrera militar y destino en Marruecos.-

El capitán Francisco Asensi ingresó en la Academia de Infantería de Toledo el 31 de agosto del año 1906. Tras licenciarse, asciende al rango de segundo teniente, y después de una serie de destinos en el Norte de África y la Península Ibérica (Madrid, Burgos y Alicante) se incorporó, por tercera vez y ya como capitán (ascendió el 6 de mayo de 1918), al Regimiento de Infantería África nº 68 el 15 de octubre de 1920, en la plaza de Melilla, siendo destinado a su nueva unidad: la Primera Compañía del Primer Batallón, tomando el mando de la misma en el campamento de Arrof, donde se hallaba acantonada.

En Arrof quedó dicho oficial prestando servicios de campaña hasta el día 28 de mayo de 1921 en que, cumpliendo las preceptivas órdenes, se dirigió con su compañía a la posición de Monte Arruit, donde pernoctó toda la noche. En aquel momento, no podía imaginar el capitán que en aquella posición serían masacrados, dos meses después, más de tres mil españoles; masacre fruto de la traición e ira rifeña después de la rendición del General Navarro.

Al día siguiente, el 29 de mayo de 1921, continuó la compañía por ferrocarril hasta Melilla, donde quedó de guarnición.

En la plaza de Melilla se reunió D. Francisco con su esposa, doña Piedad López-Blanco Barcelona, e hijos pequeños José Alfredo y María, de 4 y 2 años de edad respectivamente. Podrá así su familia disfrutar de su presencia durante todo el mes de junio y la mitad de julio del año 1921.

Sin embargo, la alegría de estar todos juntos durará poco porque el 20 de julio, como consecuencia del levantamiento de las cabilas rifeñas y la agitación subsiguiente que invadió el territorio del Rif, recibe nuevas órdenes de la superioridad consistentes en incorporarse a la columna móvil del Regimiento de África nº 68.

Hasta aquí la hoja de servicios del capitán pero, siguiendo a Sánchez Regaña y consultando el diario de operaciones de la Comandancia General de Melilla durante aquel mes de julio de 1921, podemos precisar todavía más e intentar reproducir la incertidumbre y los negros presagios que se abatían sobre el ánimo del capitán Asensi y sus hombres.

Según el referido diario de operaciones, la Comandancia apresura sus últimas órdenes, reflejando así el nerviosismo y los movimientos de las unidades que todavía estaban situadas en la plaza de Melilla. Tal y como resulta claramente de los folios 630 y 631 del Expediente Picasso (FC-TRIBUNAL_SUPREMO_RESERVADO, Exp.50, N.3. Imágenes 353 y 354), el día 18 de julio se ordena al Regimiento de África nº 68 que una compañía presente en la plaza de Melilla, la del capitán Asensi, salga el día 19 para el Zoco el- Telatza y que otra, organizada con destinos ("Cía provisional"), releve en Batel, Tistutin y Usugar a la que guarnece dichos puntos que, una vez relevada, marchará a Telatza (se referían a la 3ª compañía del 1er batallón, mandada por el teniente D. Arturo Mandly Ramírez y formada por 103 soldados, más el alférez D. Evaristo Falcó Corbacho; esta cía, que una vez relevada marchará al Zoco, no estaba incluida en la orden de 2 de junio de 1921 por la que se ordena constituir la columna móvil del Regimiento de África).

El capitán Asensi y el teniente Mandly todavía no lo saben pero esta orden tendrá una singular trascendencia en los acontecimientos posteriores. Morir o vivir, para muchos españoles dicho destino dependerá del comportamiento de ambas compañías.

El día 19 de julio, se reitera con urgencia la orden del día anterior en los siguientes términos: "Se ordena a África que se acelere el movimiento de fuerzas ordenado el día 18". Al día siguiente, tras los necesarios preparativos y la organización oportuna de la compañía provisional antes referida, la "1ª del 1º" se pone en marcha intuyendo que algo muy grave está a punto de ocurrir.

"Extracto de las minutas de telegramas al Regimiento de infantería África número 68, rubricados por el coronel jefe del Estado Mayor de la Comandancia General de Melilla en 1921: don Gerardo Sánchez-Monje y Llanos. En dicho documento inédito se pueden leer las apresuradas órdenes dadas por el Comandante General de Melilla, don Manuel Fernández Silvestre, a la primera y tercera compañías del primer batallón del África 68, para lograr su incorporación inmediata a la cabecera de la circunscripción sur. ¡Qué organización era la  nuestra que los responsables de intendencia, al enviar a dichas compañías a un futuro tan incierto, no tendrían en cuenta en aquellas fechas el estado de los aprovisionamientos existentes en la zona! sobre todo teniendo en cuenta, a esas alturas, el estado de agitación que había invadido ya el territorio del Rif".

Este importante documento original, y hasta ahora inédito, fue rescatado por don Constantino Domínguez Sánchez -que evitó su quema y destrucción, al intervenir personalmente en un aparente operación de limpieza y destrucción de viejos documentos-. Don Constantino, funcionario del Ministerio de Hacienda (1953), llegaría a pertenecer por oposición al grado de Técnico Superior de la Administración del Estado; en su importante labor de recuperación y conservación del pasado histórico de Melilla llegaría a ostentar el cargo de Secretario del Museo Municipal de la ciudad (ubicado en el Baluarte de la Concepción). El documento completo se conserva en el archivo particular de don Santiago Domínguez Llosá y verá la luz en un libro de próxima aparición que analizará la retirada de la columna de Zoco el- Telatza con documentación inédita.

En la posición de Igueriben se presentía ya el dramático final y la desmoralización y el desaliento cundían, cada vez más, entre los alrededor de 5.000 españoles presentes en el cercano campamento de Annual, incapaces de auxiliar a sus compañeros sitiados. Las idas y venidas de oficiales a la plaza y al campamento funcionan como una verdadera correa de transmisión de este penoso estado anímico.

Antes de partir hacia su nuevo destino, en la mañana del día 20 de julio, Francisco Asensi se ha despedido de su esposa e hijos con una intuición trágica. No le volverán a ver nunca más.

La primera compañía del primer batallón, incompleta, pues contaba con 4 oficiales, 98 soldados de tropa y cuatro mulos para transportar las municiones y pertrechos, más el caballo del capitán, marchó por ferrocarril hasta Tistutin, continuando después la marcha a pie por jornadas ordinarias los 38-40 kilómetros de distancia hasta el campamento de Zoco el- Telatza de Beni Bu Beker, a cuya estratégica posición llegó a la una de la madrugada del día 21 de julio de 1921.

Cabe imaginar tan agotadora marcha y lo cansados que debieron llegar al Zoco los oficiales, clases y soldados de la compañía. Dura marcha, incluso para el teniente mallorquín D. Juan Mestre Martorell que el año anterior, concretamente el día 23 de abril de 1920, había sido felicitado en la correspondiente orden general por haber realizado el 15 de abril una marcha de resistencia de 330 kilómetros en 8 jornadas ordinarias (a razón de 41,25 kilómetros diarios a pie), dando la vuelta a toda la isla de Mallorca acompañado por una sección de 2 sargentos, 4 cabos y 26 soldados a las órdenes de un capitán. En aquella época, el teniente Mestre Martorell estaba destinado de guarnición en Palma de Mallorca, incorporándose a la primera compañía del primer batallón del Regimiento de África nº 68 el día 26 de febrero de 1921 y haciéndose cargo del mando de la primera sección de su nueva unidad en el campamento de Arrof, a donde llegó el 16 de marzo.

Un día después de la llegada de la compañía al Zoco, el fatídico 22 de julio, ocurrirá el desastre en Annual, tercera derrota de las armas españolas tras "la sorpresa de Abarrán" y la trágica y agónica aniquilación de la posición de Igueriben; derrotas que sellarán el destino del capitán Asensi y el de sus compañeros.


"Plano General del territorio del Rif marroquí con descripción de las diferentes
posiciones donde fueron aniquiladas las columnas que formaban parte del Ejército
Español. Centrada en la parte inferior de la imagen puede verse la situación del
campamento de Zoco el- Telatza"
"18 meses de cautiverio", por el Teniente Coronel Eduardo Pérez Ortiz

"Trayecto recorrido a pie por la primera compañía del primer batallón del Regimiento de África nº 68 desde Tistutin (a donde llegaron por ferrocarril) hasta el campamento de Zoco el- Telata (denominación correcta que significa mercado del martes). Siguiendo la línea roja superior puede verse la pista militar sin firme asfaltado que siguieron, cruzando el desfiladero de Teniat el- Hamara y atravesando una larga y desértica planicie hasta llegar al Zoco, dejando al final, a mano derecha, la posición de Loma Redonda y a mano izquierda la de Kudia Sidi Alí"
FC-TRIBUNAL_SUPREMO, MPD.1. Archivo Histórico Nacional. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
Ampliación del autor



"Campamento de Zoco el-Telatza de Bu Beker. Pueden apreciarse con
claridad en el interior del recinto las tiendas cónicas, que servían de
alojamiento a los soldados y clases de la columna móvil del regimiento
 de África nº 68"
Revista de Historia Militar

"Puerta y rampa de entrada al campamento de Zoco el Telatza, donde se
puede apreciar, a la derecha, el depósito de agua de la posición"
Revista de Historia Militar


"Enfermería del campamento de Zoco el- Telatza"
Revista de Historia Militar

El campamento de Zoco el Telatza de Beni Bu Beker. "El mercado de los Martes".

En el campamento de Zoco el- Telatza de Bu Beker tenía su base la columna móvil del Regimiento de Infantería África nº 68, formada -tras las últimas incorporaciones- por cinco compañías de fusiles (1ª y 3ª del primer batallón, 3ª y 5ª del segundo batallón y 6ª del tercero) y una compañía de ametralladoras (del 2º batallón, una de cuyas máquinas "Hotchkiss Mle 1914" se encontraba en Annual).

La guarnición fija del campamento estaba constituida por la 5ª compañía del primer batallón, 87 soldados al mando de su capitán D. Manuel Gil Rodríguez, asistido por los tenientes D. Francisco Fernández-Getino Suárez y D. Pedro Pérez Martín; contaba también el Zoco con 22 artilleros, mandados por el teniente D. Aurelio Areñas Molina, que servían cuatro piezas de 90 mm, marca alemana "Krupp", en muy mal estado de servicio excepto una de ellas. Por su parte 6 ingenieros se ocupaban del material de fortificación y de la modernísima estación de telefonía, mientras que 12 soldados bajo el mando del teniente D. José Herrera Balaguer eran destinados a labores de intendencia; para atender a los heridos se contaba sólo con dos sanitarios.

En la posición también estaba destacada la primera sección del quinto escuadrón del recientemente laureado en 2012 Regimiento de Caballería Alcántara, al mando del sargento D. Enrique Benavent Duart e integrada por 26 soldados de caballería y 30 caballos de montura (el alférez veterinario José Montero Montero elevará incluso esta cifra hasta los 33 soldados).

En el cómputo total, 771 oficiales, clases y soldados presentes en el campamento el día 22 de julio de 1921.


"Zoco el- Telatza. Revista de Historia Militar"


"Las ruinas del campamento de Zoco el- Telatza en la actualidad. Después de 91 años se pueden ver con claridad en GOOGLE EARTH, en las coordenadas: 34º, 48'51, 28", N   3º, 24'08, 05" O. El lector avezado sólo tiene que acercar mucho la imagen, comparar y ampliar datos con el croquis-plano de la imagen inmediata superior a color para ver claramente, entre otras, las ruinas del depósito de intendencia, el depósito de agua (construido en piedra) y la rampa de entrada al campamento, donde se percibe la elevación correspondiente. La elevación del terreno en el centro de la fortificación era de 499 metros; una vez que las harkas enemigas habían provocado el repliegue de las posiciones de Kudia Sidi Alí, Loma Redonda, Ben Hiddur, Siach 1 y 2, campamento de la Policía y Morabo de Abd-el-Kader en dirección al campamento de Zoco Telatza, la guarnición y columna móvil refugiados en su interior resultaban muy batidos por el nutrido fuego enemigo, tanto por la distancia como por la diferente elevación del nivel del terreno. La zona más cercana del Zoco a los montes de Yebel Ben Hiddur, a 1 kilómetro de distancia, tenía una elevación entre los 540 y 551 metros; Siach 1 y campamento de la Policía, de 510 a 502 metros. Para mayor inri, la edificación de una calera a unos 40-50 metros , al norte de la guarnición, sirvió de parapeto al enemigo rifeño para hostigar continuamente con fuego de fusilería al campamento de Zoco Telatza; esta construcción es también visible en Google Earth".


"El depósito de agua del campamento de Zoco el- Telatza, construido en piedra.
Al fondo pueden verse las elevaciones de Siach, números 1 y 2, y el Morabo de
Abd El- Kader. Entre Siach nº 2 y el Morabo se encontraba situado el campamento
de la Policía Indígena (Siach), situado a 1 kilómetro de distancia del Zoco y a
donde acudiría la compañía del capitán Asensi el día 23 de julio para reforzarla
y protegerla de los ataques rifeños".



"Campamento de Zoco el Telatza de Beni Bu Beker. La fotografía pertenece al álbum fotográfico del Regimiento África nº 68, publicado en el año 2013 por la Consejería de Cultura de la Ciudad Autónoma de Melilla en colaboración con el Archivo Intermedio del Centro de Historia y Cultura Militar de Melilla (fondo documental al que pertenece la fotografía). Patrimonio del Ejército de Tierra en Melilla". Ministerio de Defensa de España.

En los alrededores del campamento se situaban las distantes posiciones, horquilladas en torno a la cabecera de la circunscripción y guarnecidas por las distintas secciones y compañías del regimiento: Haf, la más lejana y distante 15 kilómetros del Zoco, Arreyen Lao, Sidi Alí, Reyen de Guerruao, Loma Redonda, Siach 1 y 2Tixera, Morabo de Abd-el-Kader y, por último, Tazarut Uzai (en el extremo sur de la línea). En la posición de Ben Hiddur se situaba otro pequeño destacamento de 31 soldados y 4 ingenieros que servía como medio para transmitir al Zoco de- Telatza las comunicaciones de las posiciones más lejanas por medio del heliógrafo.

El total de efectivos en las referidas posiciones, incluyendo los ya citados 771 del Zoco, era de 1.576 oficiales, clases y soldados. De ellos, 292 pertenecían a la Policía Indígena (9ª mía en su mayor parte) que tenía su cabecera en la posición de Siach (con 192 soldados y 6 oficiales, llamada así para diferenciarla del Zoco el- Telatza), con las avanzadillas de Siach nº 1 y 2. El resto de efectivos de la Policía Indígena estaba distribuido por las restantes posiciones del sector sur, Tazarut Uzai (35), Avanzadilla del Morabo (6), Morabo Abd el- Kader (6), Sidi Yagut (33) y Haf (14, de la 8ª mía).

La relación numérica de víveres existentes en el depósito principal de este territorio, situado en el campamento, obra al folio 417 del Expediente Picasso (FC-TRIBUNAL_SUPREMO_RESERVADO, Exp. 50, N.2). Puede así comprobarse que tenían provisiones suficientes hasta el día 20 de julio de 1921, pues en dicha fecha existían en el Zoco las siguientes: 43.118 raciones de leña para los hornos del campamento, 19.300 raciones de café y azúcar, 6.692 de cebada y 2.175 de paja, 590 raciones de galleta, 8.160 raciones de etapa y 8.450 de harina.

La relación de víveres existentes en fecha anterior, concretamente el 1 de julio de 1921 (un mes antes del desastre), puede consultarse en el folio 423 del Expediente Picasso. Puede así observarse la drástica reducción de las raciones de etapa y de harina: 33.480 raciones de leña para los hornos del campamento, 18.240 raciones de café y azúcar, 10.382 de cebada y 10.748 de paja, 708 raciones de galleta, 24.314 raciones de etapa y 43.080 de harina.


"Lata de sardinas que formaba parte del rancho diario de los soldados de la
columna de Zoco el- Telatza. Fue encontrada entre las ruinas del campamento
el día 27 de enero de 2013. Puede observarse claramente, en su parte inferior,
la marca con la fecha JULIO 1921, así como la marca del abrelatas con la
inscripción superior de lata de sardinas".
Archivo del autor

En cuanto a las municiones existentes, la peligrosa y avanzada posición de Haf contaba sólo con 60.370 cartuchos mauser. La de Arreyen Lao tenía 32.000 cartuchos; 11.200 la de Ben Hiddur y la lejana Reyen de Guerruao contaba únicamente con 6.400 cartuchos.

La situación era igualmente angustiosa en este aspecto en el campamento de Zoco el- Telatza, en cuyo depósito principal podían contabilizarse las siguientes municiones:
  • 64.293 cartuchos mauser españoles para municiones de fusil.
  • 41.600 cartuchos mauser americanos pendientes de reconocimiento (R.O. 16 de enero de 1920).
  • 12.000 cartuchos Remington modelo (1871-1889).
  • 2.000 cartuchos Remington modelo (1871).
  • 66 granadas de mano (modelo nº 1 para tiro de guerra cargadas).
  • Había también 506 cartuchos con granada de metralla y 72 con granada rompedora, municiones éstas para cañones de 7 cm. Es de imaginar que existentes en alguna de las posiciones del Territorio.
  • 128 cartuchos con granadas ordinarias de una pared , 460 cartuchos con granada de metralla y 8 con bote de metralla, municiones de cañon de 7,5 cm, inexistentes en el Zoco.
  • Los 4 cañones de 9 cm existentes en el campamento tenían la siguiente munición: 230 granadas ordinarias modelo 1910, 540 granadas de metralla modelo 1911 y 647 cartuchos de pólvora de 6 a 10 mm y de 1,700 kilogramos.

De modo que al llegar al campamento, el 21 de julio de 1921, la compañía del capitán Asensi se encontró con que el depósito de víveres (que surtía también a las distintas posiciones de la circunscripción sur) estaba casi agotado y era urgentísimo el necesario repuesto.

En palabras del capitán D. Manuel Gil Rodríguez, encargado del depósito de víveres desde el 16 de noviembre de 1920: "Las existencias de víveres eran tan escasas que tuvo que reducirse las raciones de pan a la mitad y de rancho a un solo plato, en lugar de los tres acostumbrados".

Por su parte, el teniente coronel D. Saturio García Esteban, jefe circunstancial de la columna en virtud del correspondiente turno rotatorio, precisaría todavía más al relatar que: "Desde el día 22 de julio se redujo a un rancho la comida del soldado y a media ración de pan por falta de subsistencias en el Depósito de Intendencia y carecer en absoluto de ellas en el Depósito de víveres del cuerpo. El día 24 ya quedaba muy poca agua potable en el depósito de mampostería; la posición no estaba en condiciones de resistir un ataque enérgico, cuya resistencia podía calcularse de dos o tres días".


"SATURIO GARCÍA ESTEBAN.- "Defensa y evacuación de la Posición del
Zoco Telatza por la columna del Teniente Coronel D. Saturio García Esteban"
Toledo, 18 de mayo de 1922. Con dedicatoria al rey Alfonso XIII, el original
así como su reproducción son propiedad y se encuentran disponibles en la
Real Biblioteca del Palacio Real de Madrid. Signatura II/4059 (16).
PATRIMONIO NACIONAL. Todos los derechos reservados".
El autor descubrió este documento en septiembre del año 2012 y ha sido
autorizado por Patrimonio Nacional para difundir su existencia publicando
esta portada.


"En la imagen, el autor, sentado en el depósito de mampostería del campamento de Zoco el- Telatza, que servía para almacenar el agua traída de las fuentes de Ermila. Al fondo se pueden ver los montes Busfedauen, que separaban la circunscripción sur del resto del dispositivo militar español en el Rif. La fotografía fue tomada por Juan José Florensa el día 27 de enero de 2013, durante la visita organizada por la Asociación de Estudios Melillenses al campamento y posiciones dependientes de la cabecera".

Como puede apreciarse, cuestión delicada y exasperante hasta el extremo era el abastecimiento de agua al campamento y posiciones dependientes por cuanto había que traerla de las fuentes de Ermila, ¡a 38 kilómetros de distancia! y utilizando para ello dos camiones cuba. Una vez rellenados los depósitos de mampostería y metálico que existían en el Zoco, por medio de camellos se surtía de agua al resto de posiciones del territorio. Otra opción era ir a Tistutin, donde había un depósito de agua que se rellenaba continuamente con el agua traída de los pozos existentes en Nador.

Como sabrá apreciar el lector, con el agua y harina se hace pan, alimento fundamental en la dieta del soldado español en África de modo que la carencia de tan preciados elementos resultaba realmente angustiosa.

Para agravar todavía más la situación, las municiones eran a todas luces insuficientes y escasas para un combate serio y prolongado, muchísimo menos para soportar un asedio generalizado sobre la posición principal, teniendo además que abastecer a las posiciones dependientes del depósito principal. La relación de municiones puede verse en la imagen nº 394 del Expediente Picasso (FC-TRIBUNAL_SUPREMO_RESERVADO, Exp. 50, N.2).


"Plano del campamento de Zoco el- Telatza y las posiciones circundantes
donde se puede observar, al sur, el macizo de Yebel Ben Hiddur por cuyas
faldas y montes tuvo lugar la retirada hacia el Protectorado francés".
Archivo Histórico Nacional
Ampliación realizada por el autor

"Ampliación de los alrededores del campamento de Zoco el- Telatza donde
se pueden apreciar las posiciones de Siach nº 1, Morabo y campamento de
la Policía Indígena (cuadrado color azul), que fueron socorridas por la 1ª
compañía del 1er bón al mando de su capitán Señor Asensi".
Archivo Histórico Nacional
Ampliación realizada por el autor

"Ampliación a color de los alrededores del campamento de Zoco el- Telatza
donde se pueden observar las posiciones de Loma Redonda, Kudia Sidi Alí
y Ben Hiddur, cuyas guarniciones se replegaron sobre el Zoco a la 1:30 de la
madrugada del día 25 de julio para efectuar la evacuación hacia la zona francesa
Igualmente se observa el campamento de la policía indígena donde tenía su
base y cabecera la 9ª mía del capitán Alonso Estringana".
Archivo Histórico Nacional. Ampliación del autor


"A la izquierda de la imagen, la posición de Loma Redonda, haciendo honor a su nombre. A su derecha, en un pico más elevado, la de Kudia Sidi Alí. Puede observarse la pista militar sin firme que llegaba hasta el Zoco atravesando el llano existente entre dichas posiciones. La posición de Loma Redonda, defendida por la 6ª compañía del primer batallón, consiguió rechazar un durísimo ataque rifeño el 23 de julio de 1921 (fueron atacados con nutrido fuego y próximo tiroteo, que fue rechazado con granadas de mano por no poderlo batir con fusil por la estructura de la posición). Tras soportar otro asalto rifeño el día 24, recibió la orden de replegarse hasta la cercana y elevada posición de Kudia Sidi Alí. 

Mientras el capitán Moreno Muñoz y el sargento Ángel García Morato, junto con 6 soldados, incendiaban la posición inutilizando 8 cajas de cartuchos que no podían llevarse por falta de transportes (sólo disponían de un mulo en la posición), el teniente Morales Delgado salió de la posición con 30-35 soldados para, desde unas chumberas situadas al flanco de la posición, contener al enemigo y proteger la labor y repliegue del capitán y sus hombres. Reagrupados todos, se inició la retirada por escalones hasta Sidi Alí, cumpliendo el teniente Morales la orden de defensa del primer escalón de la retirada, lográndolo sin sufrir bajas; emprendida la marcha, al dar el tercer salto fue muerto de un balazo el teniente llegando a Sidí Alí tan sólo 26 hombres. Sin embargo, el soldado Antonio Arroyo Ruiz, corneta superviviente de la compañía del capitán Moreno, contrariando a la mayoría de testigos declarará lo siguiente: <<Subiendo a Sidi Alí, en la cuesta, fueron envueltos por el enemigo y allí observó el que habla que al teniente D. Miguel Morales Delgado lo aprisionaron entre unos seis moros, siendo imposible prestarle auxilio, porque todos corrían inminente peligro dado el considerable número que formaba el enemigo, infinitamente superior a ellos>>".
                                                                Fotografía del autor, 27 de enero de 2013



En la imagen superior el teniente de la Escala de Reserva don Miguel Morales Delgado. Nacido en Málaga el 28 de enero de 1877, era hijo del capitán de infantería retirado D. Miguel Morales Clavero e ingresó en el Ejército como soldado voluntario en 1893; tras ascender a los empleos de cabo (1893) y sargento (1895), en ambos casos por elección, en 1910 es nombrado segundo teniente de la Escala de Reserva (primer teniente lo sería en 1915). Oficial con valor acreditado, tenía un gran sentido del humor que siempre se traducía en bromas con sus superiores y subordinados.

El teniente Morales Delgado fue agraciado en 1894 con una mención honorífica, por su distinguido comportamiento en los fuegos sostenidos contra los rifeños en el fuerte de Cabrerizas Altas (Melilla). Fue condecorado también con cinco cruces de plata al mérito militar con distintivo blanco (en 1897, 1899, 1902, 1903 y 1906) y, posteriormente -siendo ya oficial-, con dos cruces del mérito militar de primera clase con distintivo rojo en 1912 (combates de Beni-Bu-Gafar) y 1915. En total, este oficial se encontraba en posesión de 7 cruces del mérito militar, destacando entre todas ellas -por su buen comportamiento- la recibida en 1903 por los trabajos de salvamento prestados en el famoso "descarrilamiento de Torremontalbo (La Rioja)", una de las mayores tragedias ferroviarias acaecidas hasta entonces en España (el 28 de junio, el tren correo -con destino Logroño- se precipitó desde el puente sobre el cauce del río Najerilla, provocando la muerte de 43 personas y la del valeroso guardia civil don Manuel Castor Aguirre, muerto en acto de servicio por agotamiento en las labores de rescate).


Una vez fallecido el teniente, el sargento de su compañía Ángel García Morato, a los pocos días de haber regresado a Melilla desde Orán en el vapor Bellver, preguntó por su viuda; a pesar de haberle dicho sus superiores que la viuda había regresado ya a la Península, el sargento insistirá y logrará contactar con ella, en Melilla, para decirle que su difunto marido logró rechazar al enemigo en el ataque del día 23 de julio, dando pruebas de sereno valor y animando a los soldados usando bromas en el momento más difícil.


Enterada de estos hechos la viuda, el día 12 de septiembre de 1921 presentó la instancia oportuna solicitando la Cruz Laureada de San Fernando a favor de su difunto esposo. El posterior juicio contradictorio le resultará desfavorable, pues el Fiscal señaló, una vez realizadas las investigaciones oportunas con los testimonios de todos los testigos, que el relato de la viuda se contradecía con el de todos los testigos. El capitán de Loma Redonda, Pedro Moreno Muñoz, y el resto de testigos manifestaron con rotundidad que el teniente Morales Delgado no ejecutó ningún acto heroico; en el juicio quedó claro así que fue el capitán Moreno -y no el teniente Morales- el oficial que se quedó con 7 hombres incendiando la posición, limitándose el teniente Morales a cumplimentar la orden de defensa del primer escalón de la retirada hasta que fue muerto. El fiscal añadiría también, para justificar la denegación de la Cruz al teniente, que el soldado Arroyo incluso vio como lo aprisionaban unos moros; añadiendo que el promotor indirecto del expediente (el sargento Ángel García Morato) dejó claro -en su declaración jurada ante el juez instructor- que el teniente no ejecutó ningún acto heroico.


Resta saber si, con su comportamiento, lo que verdaderamente pretendía el sargento García Morato era informar a la viuda sobre la suerte sufrida por su esposo u obtener dicho sargento alguna condecoración, una vez finalizadas las consecuentes investigaciones. El autor ha descubierto que dicho sargento estuvo implicado en el famoso y desagradable incidente ocurrido en la zona francesa entre tres oficiales y tres suboficiales de la columna de Zoco el- Telatza, en los días posteriores a la retirada.


La fotografía del teniente Morales pertenece al archivo particular del autor. En el Archivo General Militar de Segovia están no sólo su expediente personal sino también el juicio contradictorio para la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando promovido por su viuda doña Filomena Carrera Ruiz de la Cuesta (Caja 3895, expediente 30.945, sección 90).



                                                 Archivo Santiago Domínguez Llosá

25 de julio de 1921. Una retirada sangrienta. El desastre de Zoco el Telatza.

Desde que se tuvo noticias, en la referida posición de Telatza, del desastre ocurrido más al norte, en Annual, el capitán Asensi se distinguió en la defensa de las posiciones de Siach y Morabo de Abd-el-Kader (campamento de la 9ª mía de la Policía Indígena, próximo al campamento de Zoco el-Telatza), situadas ambas dentro de la conocida como circunscripción sur del dispositivo militar español en el Rif marroquí.

El capitán Francisco Asensi murió en el curso de la sangrienta retirada desde la posición de Zoco el-Telatza hasta las avanzadillas francesas de Hassi Huenzga (Marruecos francés); retirada que tuvo lugar durante la madrugada del lunes, día 25 de julio de 1921, a las 03:30 horas, amparándose la columna en una oportuna y densa niebla, y en completo silencio (después de haber degollado a los perros del campamento), orden y enlace.

La evacuación del campamento había sido decidida horas antes, a las 22:00 horas del día 24 de julio, en un dramático y urgente Consejo de defensa en el que estuvieron presentes, además del teniente coronel jefe de la columna Saturio García Esteban, los oficiales que tenían mando de compañía: capitanes, Apolo Lagarde Leiva (Ametralladoras del II bón), Andrés Molero Pimentel (3ª/II), Francisco Asensi Rodríguez (1ª/I), Francisco Alonso Estringana (9ª mía) y Manuel Gil Rodríguez (5ª/I); tenientes, Francisco Arenas Gaspar (5ª/II), Arturo Mandly Ramírez (3ª/I), Ramón Mille Villelga (Plana Mayor del Regimiento y ayudante del jefe), José Herrera Balaguer (Intendencia) Aurelio Areñas Molina (Artillería); y el alférez Luis Muñoz Bertet (6ª/III). De los doce oficiales presentes en aquel Consejo, sólo cuatro conseguirán llegar a la zona francesa: el teniente coronel García Esteban, los capitanes Gil Rodríguez y Alonso Estringana, y el alférez Luis Muñoz Bertet.

En el Consejo, las deliberaciones examinaron tres posibles itinerarios para la evacuación, como eran salir por la izquierda de Sidi Alí hacia el Guerruao, en dirección a Hassi Uenzga; otro segundo camino, por parecer más corto -pero no menos peligroso-, en la misma dirección, por el desfiladero entre Sidi Alí y Ben Hiddur; y la tercera solución -más correcta y que fue la definitivamente elegida-, consistente en un trayecto más corto que los dos anteriores, pero en su parte final muchísimo más peligroso por ser montañoso, por el pie occidental de los montes de Yebel Ben Hiddur.

Las actas del referido Consejo de defensa se perdieron en la retirada, pues según los supervivientes (García Esteban) las llevaba el teniente Ramón Mille Villelga, que desapareció antes de llegar al Protectorado francés. Será una pérdida irreparable para acreditar documentalmente lo que verdaderamente ocurrió y se dijo en aquella trascendental reunión de oficiales.

"Teniente Ramón Mille Villelga. Nacido en Ferrol, el 13 de febrero de 1892, era hijo del subinspector de Sanidad de la Armada D. Ramón Mille Suárez y de D.ª Sofía Villelga Vila. Ingresó en la Academia de Infantería de Toledo el 31 de agosto de 1912 y su primer destino fue el Regimiento de Infantería Zamora nº 8. En 1920 era teniente del Regimiento de Infantería Ferrol nº 65 (Base naval) siendo destinado al continente africano e incorporándose al Regimiento de África nº 68 en octubre del mismo año. Hablaba inglés y francés y fue nombrado ayudante interino del primer batallón. El teniente Mille desapareció en combate, durante la retirada hacia la zona francesa y mientras ejercía la función de ayudante del teniente coronel García Esteban. Con la antigüedad de 30 de junio de 1922, estando todavía en situación de desaparecido, fue ascendido a capitán". Fotografía superior, archivo del autor.



Según el teniente coronel Saturio García Esteban, el teniente Mille fue muerto cuando, desempeñando la difícil tarea de actuar de enlace entre dicho jefe y las diferentes compañías, llevaba un importante mensaje/orden al capitán Apolo Lagarde Leiva, comandante de la compañía de ametralladoras. Sin embargo, existe otra versión sobre la desaparición del teniente, pues el cabo cazador de Alcántara Ignacio de Aja Baratey declaró en una ocasión que: "continuaron hasta la misma avanzadilla francesa, a cuya inmediación cayó muerto el teniente ayudante del batallón de África".

                                    
Llegada la hora de la evacuación del campamento de Zoco el- Telatza, se colocaron los heridos en artolas y camillas y, aprovechando los momentos en que el numeroso enemigo (unos 2.000 rifeños pertenecientes a las harkas de Beni Buyagi, Metalza y Ain Zorah) había cesado el intenso fuego sosteniéndole lentamente, se emprendió con mucho silencio, cohesión y enlace la marcha. La columna iba perfectamente encuadrada, llevando las secciones de extrema vanguardia (3ª compañía del 1er batallón y 1ª compañía del 1er batallón) y extrema retaguardia, línea cerrando el rectángulo de la columna que lo iba en columna de a cuatro con filas abiertas, dos por cada lado; llevando delante de las compañías centrales el convoy de heridos y detrás las acémilas del tren de combate. Antes de salir se inutilizaron los cañones, quitándoles los anillos, los motores de la máquina de panificación y los motores de los camiones, quitándoles las dinamos y palancas de marcha; se distribuyeron a los soldados las municiones a granel del depósito y, en definitiva, se inutilizó cuanto pudiera aprovechar el enemigo. Además, se dio la consigna de guardar silencio y no fumar.

Al salir del campamento se sufrió fuego enemigo y en la misma alambrada fue muerto el mulo que conducía el botiquín, que no pudo ser recogido (imposibilitando así la posterior cura de los heridos).

Se logró rechazar la agresión, continuando la marcha que fue nuevamente interrumpida por grupos de rifeños, que atacaban por el frente y flanco, trabándose vivo fuego y como se viera que no era posible perder el tiempo -pues no tardaría en amanecer-, con la ayuda del alférez Víctor San Martín, el sargento Cerezo y oficiales de la columna, se logró que la tropa hiciera fuego, avanzando y venciendo totalmente la resistencia que el enemigo oponía a la marcha de la columna. Los siguientes 10 kilómetros se harían con relativa calma y facilidad.

"Orden de marcha de la columna del teniente coronel García Esteban redactado por el autor. Está basado en las declaraciones tomadas por el general Picasso a dos oficiales de la columna así como de las que fueron recabadas por el autor de otros oficiales en diversas piezas documentales, que forman parte de esta investigación.

El capitán Gil Rodríguez declaró lo siguiente: "El deponente recuerda que en la columna de retirada iba en vanguardia la tercera compañía del primer batallón de África, no pudiendo precisar el orden sucesivo de las demás unidades, sólo si que la compañía del declarante ocupaba el penúltimo lugar, cerrando la retaguardia la primera del segundo y además los caballos de Alcántara". Folio 220 vuelto del Expediente Picasso (FC_TRIBUNAL_SUPREMO_RESERVADO, Exp. 50, N.1).

Por su parte, el capitán Prats García declaró que: "Iba de vanguardia, desplegado su primer elemento y próximo a la columna , una compañía que mandaba el teniente Arenas (se refería, pues, a la 5ª del 2º bón); seguía otra compañía según cree recordar, y la de ametralladoras; luego los heridos y la impedimenta, formando la retaguardia la compañía del que declara y una sección de Caballería". Imagen 331 del Exp. Picasso (FC_TRIBUNAL_SUPREMO_RESERVADO, Exp.50, N.6).

Por su parte, el autor encontró una declaración del alférez Luis Muñoz Bertet en la que explicaba que su compañía, la 6ª del 3er bón, marchaba en la retaguardia de la columna. Con todas estas declaraciones, y otros indicios, el autor tuvo el atrevimiento de aventurar cuál debió de ser el orden adoptado por las distintas unidades en el repliegue efectuado hacia la zona francesa del Protectorado. 

Cuesta creer que dichos capitanes no recordasen el verdadero orden de marcha de la columna, aunque deba otorgarse a favor de ambos el beneficio de la duda. Lo que resulta evidente es que, desde el mismo momento en que se renuncia a plasmar en el Expediente Picasso el verdadero y completo orden de retirada de la columna de Zoco el- Telatza, el general instructor Juan Picasso González (1857-1935) renunció a saber lo que verdaderamente ocurrió en la sangrienta marcha hacia la zona francesa; y ello porque nadie puede pretender intentar conocer lo que realmente pasó sin contrastar las declaraciones tomadas a los oficiales y soldados con las verdaderas disposiciones adoptadas para organizar tan peligrosa maniobra.

Ahora la pregunta obligada, que sin duda se planteará el lector, es: ¿Existía dicho orden de retirada? o mejor aún: ¿Era posible o factible obtenerlo? La respuesta resulta forzosamente afirmativa, sobre todo después de que haya sido encontrado, el 10 de febrero de 2015, el verdadero y real orden de marcha de la retirada, escrito de puño y letra por el mismísimo teniente coronel Saturio García Esteban. Dicho documento, absolutamente inédito, fue fechado y rubricado el día 5 de diciembre de 1921 por el teniente coronel jefe que dirigió la retirada de la columna. En la imagen inferior puede verse un extracto de dicho documento, pues el documento original y completo forma parte de un libro de próxima aparición, donde se desvelará el origen de dicha fuente primaria.


      "ORDEN DE RETIRADA DE LAS COMPAÑÍAS DEL ÁFRICA 68 EN EL ZOCO EL- TELATZA, 1921"    

Este nuevo hallazgo tiene el siguiente título: "Relación nominal de los Capitanes, Comandantes de compañía y jefes de otras unidades por el orden de marcha que seguían al evacuar la posición del Zoko de T´latza al emprender la marcha en ordenada retirada con dirección a la zona francesa, a las 3 horas del día 25 de julio de 1921, con expresión de los Oficiales que fueron desaparecidos en el combate sostenido contra los moros en los montes Fetachas".

En este documento pueden verse claramente las disposiciones adoptadas por el teniente coronel García Esteban para el orden de marcha de las compañías. Ahora si podemos saber, con absoluta certeza, cuáles eran las compañías que formaban la vanguardia de la columna en retirada, constituida por la compañía del teniente Mandly (3ª/I) y la del capitán Asensi (1ª/I). Resulta, pues, evidente que estas compañías tenían la difícil misión de proteger la retirada de sus compañeros, al marchar en cabeza y ser las primeras en romper el fuego contra la harka rifeña, al llegar al Cuadrilátero de los Montes Ben Hiddur y Fetacha.

Es preciso desvelar el final de dicho documento para poder detallar que la retaguardia de la columna estaba formada por la 5ª compañía del 1er bón del regimiento África 68, mandada por el capitán Gil Rodríguez. Finalmente cerraba la marcha y retaguardia de la malograda fuerza española la sección de Caballería del Regimiento Alcántara nº 14.


Así marchaba la columna en la oscuridad y envuelta en una densa niebla, que la favorecía. Mientras tanto, el numeroso enemigo seguía la misma marcha por la larguísima loma N.S., de Yebel Ben Hiddur, los rifeños por la cumbre y los españoles por la falda, por el camino que conduce a los montes Fetachas, llevando la columna como práctico, por ser conocedor del terreno, al capitán de la 9ª mía de Policía Indígena, D. Francisco Alonso Estringana (dicho camino fue aconsejado también por el faquir de la mía, Sidi Mohatar).

Al amanecer, despejada la niebla y muy cerca ya de la zona francesa, la columna fue definitivamente emboscada en el desfiladero del "Cuadrilátero", donde sufrió un intenso fuego que dislocó a las fuerzas en retirada. Tal y como relataría el teniente coronel García Esteban al rey Alfonso XIII: "Empezaba a amanecer y se adoptó el orden de combate, sosteniendo las guerrillas nutridísimo fuego por vanguardia y retaguardia al entrar en el cuadrilátero, formado por cuatro montes llamados los Fetachas, cuyas cumbres y faldas estaban cuajadas de moros que nos hacían fuego en todas direcciones; y había necesidad de pasar a la derecha un desfiladero para llegar a la Zona Francesa".

La tercera compañía del primer batallón, mandada por el teniente Arturo Mandly Ramírez, fue la primera unidad en repeler con sus fuegos una agresiva primera emboscada que hicieron los rifeños, apostados en unas grandes chumberas y a la entrada del Cuadrilátero. La columna sufrió, pues, una segunda emboscada en el desfiladero de los montes Fetachas, después de recorrer la diagonal del cuadrilátero que formaba el valle. 

La columna se adentró en una inevitable trampa mortal y una verdadera lluvia de balas comenzó a segar las vidas de muchos oficiales, clases y soldados. Un intenso olor a sangre y sudor lo envolvía todo y el llanto de los jóvenes soldados españoles se confundía con los gritos de sus oficiales y el crepitar de los fusiles rifeños y españoles.

Ese horrible llanto de muchos soldados -heridos de muerte-, que en su agonía llamaban con desespero a sus madres, resultaba insoportable. ¡Ay! esas madres, que consumían las horas de una soleada mañana de julio en la muy lejana España, ajenas a tanto dolor y sufrimiento.

A continuación el momento crítico, en el que se ventila el futuro de la columna, pues es necesario tomar posiciones que protejan el paso por el desfiladero hacia la zona francesa. Dos capitanes, Alonso Estringana y Asensi, son conscientes de ello y del enorme sacrificio que hay que hacer para salvar tan apurada situación.

Hacia el monte que domina el desfiladero se lanza, pues, la compañía del capitán Asensi, cargando con ímpetu, pues "la bala es loca y sólo la bayoneta es cuerda y certera". De este modo, la primera compañía del primer batallón no hizo sino honor a una de las épicas estrofas del himno de su regimiento: 

"De nuestro Regimiento es la consigna, siempre avanzar; y en alta cima al viento nuestra bandera contemplar. A la cima correr, a la cima llegar. Por la patria luchar para vencer, por la bandera luchar hasta morir".

"Bandera del Regimiento de África nº 68. Fuente: todocolección.net".

La vanguardia y el centro de la columna en retirada consiguieron así atravesar el desfiladero de los montes Fetachas e internarse en la zona francesa, seguidos por los supervivientes de la retaguardia y diversos soldados rezagados.

Al mando de su unidad, la legendaria Primera Compañía del Primer Batallón del Regimiento África nº 68 ("1ª del 1er bón"), y asistido por el teniente D. Juan Mestre Martorell, nacido en Buenos Aires pero  originario de Mallorca, así como por los alféreces D. Bernardino Bocinos Villaverde y D. Francisco Sánchez Oliva, el capitán Asensi sucumbió al frente de la mayoría de sus 98 soldados y ya a la vista de la avanzadilla francesa, guarnecida por tiradores senegaleses de las tropas coloniales francesas; que no hicieron absolutamente nada para impedir la desgracia y masacre de la vecina tropa española.


"Teniente de la primera compañía del primer batallón, D. Juan
Mestre Martorell (1900-1921), que murió al frente de su sección haciendo
 fuego contra los rifeños que se abalanzaban contra la columna en retirada,
sucumbiendo en el fragor de la lucha junto al capitán Asensi".
Fotografía de su orla de ingreso en la Academia de Infantería de Toledo (1914)
Biblioteca Central de la Academia

"Alférez D. Pedro Mestre Martorell. Nacido en Buenos Aires
 el 30 de marzo de 1900, era el hermano gemelo del teniente de la
primera compañía del primer batallón Juan Mestre Martorell.
Murió el 25 de octubre de 1921, a causa de las graves heridas
sufridas en los combates del Monte Magán, formando parte del
Grupo de Regulares nº 3 de Ceuta (Zona del Yebala). ¡Qué gran
dolor y tragedia debió suponer para  sus padres! don Jaime
Mestre Rosselló y doña Francisca Martorell Mora, que tuvieron
que vivir el drama de perder a sus dos hijos en África y en tan
corto intervalo de tiempo (3 meses justos)". Archivo del autor

Tal y como se refleja en el parte del teniente coronel D. Saturio García Esteban (jefe circunstancial del campamento de Zoco el-Telatza durante la retirada a la zona francesa) dirigido al Excelentísimo Señor Alto Comisario de España en Marruecos y General en Jefe del Ejército D. Dámaso Berenguer y Fusté, fechado el 10 de agosto de 1921 y que obra al folio 772 del Expediente Picasso (énfasis añadido):

"Fue tan rudo el combate que sin respetar la frontera francesa y al pie de una de las avanzadillas de la posición francesa de Hassi Uenzga fueron muertos el Capitán de la 1ª del 1º Asensi y los Tenientes Anisí, Nuñez y Alderete (este último era en realidad alférez). Resto columna entró en la posición.

A juicio  del Jefe que tiene el honor de exponer los hechos de esta maltrecha jornada, los capitanes, oficiales y clases muertos lo fueron en aras de su deber sosteniendo el orden y espíritu del soldado y el honor de las armas.

Es cuanto puedo manifestar a V.E, en cumplimiento de lo que se dignó ordenarme.

Dios guarde a V. E. muchos años. Melilla 10 de agosto de 1921".



"Extracto del parte del Teniente coronel D. Saturio García Esteban, de fecha 10 de agosto de 1921, donde se relata la muerte del capitán Asensi, en rudo combate y acompañado por los oficiales de la 3ª Cía del II bón y de la 5ª Cía del II bón".
Folio 772 del Expediente Picasso. FC-TRIBUNAL_SUPREMO_RESERVADO, Exp. 50, N.4.
Archivo Histórico Nacional


Por su parte, D. Juan Pando Despierto, en su libro "Historia secreta de Annual" relata también la muerte del capitán Asensi en el capítulo VI de su extraordinario libro, que abrió el camino a muchos investigadores posteriores. Concretamente en el epígrafe dedicado a la retirada de Bu Beker y la pirámide de Uzai y en los siguientes términos:

"Al fin se cruza la frontera. Los hombres, derrengados, se arrojan en medio de <<un bosquecillo>> próximo a Hassi Uenzga, <<sin que hubiese medio ni excitaciones para sacarlos>>, como recordaría el capitán Prats, <<por lo que aquella noche desaparecieron>>. No pocos son muertos, a unos metros de los parapetos franceses, que guardan ominoso silencio. Son los casos del capitán Francisco Asensi Rodríguez, los tenientes Manuel Asaise (sic) de Lucas y Fernando Nuñez, y el alférez Nicolás Alderete Heredia".

"Teniente Manuel Anisí de Lucas (1898-1921)"



"Alférez Nicolás Alderete Heredia"
                                              
                              
Conmovedor resultaba el caso del alférez Nicolás Alderete Heredia (Getafe, 1898 - Hassi Uenzga, 1921), muerto junto al capitán Asensi. De la promoción de 1917, era hijo de un teniente de la Guardia Civil y había sido educado en el Colegio de Infantería María Teresa (de hecho, para conmoción de sus antiguos compañeros y profesores, fue el primer alumno de dicho centro caído en el desastre de 1921) siendo destinado a Melilla como voluntario. Su unidad, la 5ª compañía del 2º batallón (compuesta por 113 soldados y 3 oficiales), tuvo una terrible mortandad durante la retirada; sólo sobrevivieron 36 soldados muriendo todos sus oficiales: el teniente Francisco Arenas Gaspar (jefe de la compañía), el teniente Fernando Núñez Chavarría y el propio Alderete. Su familia, desesperada por no tener noticias de Nicolás después del desastre, intentó averiguar lo ocurrido; así, su hermano Miguel, sacerdote de la parroquia de Santa Quiteria en Alcázar de San Juan (Ciudad Real), escribió el 2 de agosto de 1921 una carta dirigida al capitán D. Luis Boix para que hiciese las gestiones oportunas a los efectos de averiguar el paradero de su hermano. El 15 de agosto recibirá la familia la temida contestación: "Muerto en la retirada de Zoco el- Telatza hacia el Protectorado francés. Algunos supervivientes de la zona francesa relataron que ya al iniciarse la retirada se encontraba algo indispuesto, iba montado en un caballo con otro oficial herido, llegando hasta las proximidades de la avanzadilla francesa de Hassi Uenzga", lugar donde fueron muertos los últimos oficiales que quedaron más rezagados en la retirada hacia la zona francesa, entre ellos el capitán Asensi.


"En la imagen superior, el teniente D. Francisco Arenas Gaspar. Condecorado en 1920 con una Cruz del Mérito Militar de 1ª clase con distintivo rojo, había nacido en San Juan de Puerto Rico el 5 de septiembre de 1896 y era hijo del capitán de artillería don Félix Arenas Escolano; en julio de 1921 era el Comandante de la 5ª compañía del 2º batallón del Regimiento África nº 68, por ausencia de su capitán don Gonzalo Gómes Ubad. En el momento de iniciarse la retirada fue herido de un balazo en el pecho izquierdo por lo que tuvo que ser conducido en camilla; marchaba en tan malas condiciones que fue necesario que los médicos (tenientes Juan Pereiro Courtier y Miguel Palacios Martínez) le propinaran una inyección de morfina para reanimarle. Su familia pagó un alto tributo de sangre durante el desastre de 1921, pues Francisco era hermano también del famoso capitán Félix Arenas Gaspar, héroe laureado por su brillante actuación en la cuesta de Monte Arruit donde defendió hasta la muerte cañones abandonados por las fuerzas españolas en retirada"."España en sus Héroes". Editorial Ornigraf, Madrid 1969.


Las ruinas de Hassi Uenzga (en la zona del Protectorado francés) se pueden ver actualmente en las coordenadas: 34º, 41'29, 92" N    3º, 16'38, 63" O, elevación 532 metros. Su avanzadilla de tiradores senegaleses estaría a unos 1,5-2 kilómetros aproximadamente, lugar donde fueron muertos, en rudo combate cuerpo a cuerpo, el capitán Francisco Asensi y los oficiales antes citados.



"Ruinas de la posición francesa de Hassi Uenzga en la actualidad. El fuerte francés acogió a los aproximadamente 450 supervivientes españoles de la desastrosa y sangrienta retirada, que dejó más de 1.000 muertos en los montes Fetachas del macizo de Ben Hiddur. Sumados a las bajas sufridas en las diferentes posiciones, la cifra total de bajas ascendió al dramático número de 1.150 oficiales, clases y soldados. No obstante la certeza de dicha cifra total de supervivientes, un análisis más riguroso y exhaustivo cifra en 550-600 el número aproximado de bajas sufridas estrictamente en el Cuadrilátero y trayecto de la retirada (a los que habría que sumar las bajas sufridas en las posiciones de Haf, Arreyen Lao, Reyen de Guerruao, Loma Redonda, Sidi Alí, Tazarut Uzai  y los Siach)".


"Los supervivientes de la columna de Zoco el- Telatza estuvieron dos días en Hassi Uenzga. No acabó allí su calvario, pues tuvieron que emprender después una dura y agotadora marcha hasta Camp Berteaux, en un penoso trayecto que les llevó a vadear el río Muluya con las aguas llegando al nivel del pecho de los soldados. En esta dura marcha llegaron a morir, en el margen del río, dos jóvenes soldados a causa del cansancio y una fuerte insolación. Luego continuarían hasta Taurit, donde fueron recibidos y revistados por el famoso mariscal francés Louis Hubert Lyautey; en Taurit montaron en un tren (si la imagen da pie a considerar como tal semejante transporte), dirigiéndose a la ciudad de Orán (Argelia Francesa) donde posteriormente serían embarcados el 8 de agosto, en el vapor "Bellver", con dirección a Melilla".


En la imagen superior, inédita fotografía de los supervivientes de la columna de Zoco el- Telatza que consiguieron llegar a la zona francesa. La fotografía fue tomada en Taourit (importante centro de comunicaciones francés en Marruecos) y en ella puede verse al teniente coronel Saturio García Esteban, montado a caballo y encabezando a sus tropas, que están a punto de ser revistadas por el mariscal Lyautey acompañado de otros oficiales franceses de alta graduación. En esta impresionante fotografía podemos observar también al teniente Víctor San Martín -a la derecha del caballo y con el uniforme, botas de montar y gorra de oficial de la Policía Indígena- y a otros oficiales. El soldado que apoya su mano en el lomo del caballo es el cornetín del regimiento, que acompaña al teniente coronel para dar las órdenes oportunas a través de los correspondientes toques de corneta (como así se hizo en la sangrienta retirada que diezmó a la columna móvil). La fotografía pertenece a los fondos documentales del Instituto de Historia y Cultura Militar de España y fue encontrada por el autor el día 10 de febrero de 2015, junto con una extensa pieza documental que verá la luz en un libro de próxima aparición.

Uno de aquellos supervivientes fue Pedro Campo Solano. Un mes después de la trágica retirada escribió a sus padres, por medio de un compañero (el 70% de la tropa era analfabeta) y en los siguientes términos (se transcribe tal cual): "Chafarinas 26 de Agosto 1921. Sr Don Modesto Campo: Querido padre: Mis deseos son de que al llegar esta ha su poder los alle disfrutando la mas completa salud que es cuanto yo les deseo la mía es mediana desde que sucidio lo que supongo que ustedes estarán enterados en el territorio de Melilla no disfruto completa salud ni puedo comer nada de lo que nos dan porque mi estómago no me lo hadmite por las fatigas que pase y estoy pasando. Padre si por casualidad ustedes no están enterados de lo que en esta paso les voy decir parte de lo sucedido que todo no me es posible que es muy larga la istoria mía: Padre todo el terreno que tenia España ganado desde el año nueve hasta la fecha todo esta en poder de ellos, el dia 25 dia De Santiago tuvimos que abandonar los campamentos y echarnos a las posiciones de Francia dejando todo el camino lleno de Muertos salimos del campamento mil quinientos hombres y llegamos a Francia 4 cientos. Los demás se quedaron en manos de los rebeldes y los pocos que quedamos puede decir que quedamos rebentados que apenas podemos vivir con los alimentos que nos da con que les de que si quieren y pueden mandarme alguna cosa la que buenamente puedan no perjudicándolos ha ustedes ...". En la fotografía inferior puede verse un extracto de esta carta. El original pertenece al archivo de su nieto, D. Blas Broto Campo.     




La historia de Pedro Campo, natural de Costean (Huesca), resulta extraordinaria. Destinado en la posición de Sidi Alí con su compañía, la 1ª del 2º batallón del regimiento África nº 68 (116 soldados a las órdenes del capitán Pedro Prats García), en menos de 2 horas este robusto aragonés tuvo que hacer frente a dos repliegues peligrosísimos; el primero desde lo alto de un pico montañoso (donde estaba enclavada la posición de Sidi Alí) hasta el campamento de Zoco el- Telatza y el segundo, inmediatamente después, hacia la zona francesa. El capitán Pedro Moreno Muñoz (jefe de la cercana posición de Loma Redonda, que se replegó previamente a la de Sidi Alí para efectuar juntas el descenso hacia el Zoco) relatará lo sucedido en el folio 1.278 del Expediente Picasso y en los siguientes términos: "Descendieron de a uno de la posición y al llegar al llano, momento en el que fueron agredidos con intenso fuego, formaron tres guerrillas, en cuya disposición avanzaron hacia el Zoko, haciendo fuego y repeliendo hasta con arma blanca la agresión. Tenían convenido con el Zoko avisar su llegada tirando una granada de mano; pero el soldado encargado de ello murió en el camino, por lo que fueron recibidos a tiros por no conocerlos. La fuerza iba bien disciplinada, como lo prueba el que dos veces se les mandara alto y a tierra y obedecieran. En este camino el declarante había tenido diez desaparecidos y tres heridos que llevaban. Al llegar al Zoko estaba formada la columna, por lo que se curó a los heridos y comenzó la retirada. En el Zoko se había concentrado también la compañía que por la tarde había sido destacada eventualmente al campamento de la Policía". Nota del autor: al citar a esta última compañía se refería a la primera compañía del primer batallón, mandada por el capitán Asensi, que fue enviada el día 23 de julio a proteger el Morabo y Siach (campamento de la Policía Indígena). En el zoko se concentraron también el destacamento de Ben Hiddur; los oficiales y el médico de la policía indígena (con 10 policías moros que fueron los únicos que no desertaron de un total de 192); algunos dispersos supervivientes de la posición de Arreyen Lao y el sargento Marcelino Molero Pimentel con los 12 soldados de su pelotón (que se habían replegado desde la avanzadilla de Siach nº 2).  FC-TRIBUNAL_SUPREMO_RESERVADO, Exp. 50, N.6.




En la fotografía superior, Pedro Campo con tres de sus siete hijos (uno de ellos, en el centro, sacerdote) a los que relatará lo ocurrido en el primer repliegue que tuvo que afrontar: "Llegando al campamento tuvimos que gritar: ¡No tiréis! ¡No tiréis! ¡Que somos los de Sidi Alí! y así pudimos acogernos al campamento para después echarnos a Francia". La fotografía está fechada en 1959 y pertenece al archivo de su familia.

Nadie mejor que su nieto, Blas Broto Campo, para hablarnos de él, honrar su memoria y hacer esta reseña biográfica: << Pedro Campo tenía unos 22 años cuando fue destinado a "África", en Sidi Alí. En julio de 1921 fue uno de los supervivientes que huyeron de Zoco el- Telatza hacia Argelia. A lo largo de su vida contó muchas anécdotas y recuerdos de lo allí vivido. Desde Sidi Alí, Nador, Chafarinas... escribió unas cartas a sus padres, que conservo y voy a publicar en un blog, atendiendo a las indicaciones de Jorge. Tuvo siete hijos, murió en 1978, y su vida estuvo totalmente vinculada a su pueblo, Costean, donde trabajó de agricultor por sus secanos campos, cultivando trigo, cogiendo olivas, higos... o cazando tordas. Fue analfabeto. Su medio de locomoción habitual era una pequeña burra ("burreta" la llamaba) con la que se desplazaba al monte y transportaba las cargas en cuévanos. En mis recuerdos lo identifico con una boina, un pantalón de pana y su burreta: parecida a esas burras pequeñas, nerviosas, que corretean en los documentales de Palestina... En Costean apenas había caminos que permitieran el paso de ruedas, las sendas eran  pequeños barrancos naturales, tramos escarpados, escalones de piedras areniscas... Su burreta era idónea para él.

En las tardes de invierno, junto al tizón del fuego de la cadiera, contaba a sus hijos las historias vividas en África. A mí, por aquellos agrestes montes, encaramados sobre la burra (yo delante, entre el regazo de sus piernas) me contaba muchas anécdotas y recuerdos de cuando "los moros". De todas había una que destacaba:            
                                                                                                                                                                                         

"En una retirada pasó tanta sed que quedó ciego, sin posibilidad de ser asistido; sus compañeros lo asentaron sobre una sombra donde se vieron obligados a dejarle abandonado. Inmediatamente le entraron ganas de orinar (quizás de miedo...) e hizo un cuenco con sus manos para orinarse en él y sorber y lavarse la cara... Me contaba que, inmediatamente, recobró la vista, cogió fuerzas y pudo alcanzar a sus compañeros (un oftalmólogo me dijo que quizás la urea -que es cicatrizante- le curó la conjuntivitis aguda que pudo sufrir)".

Gracias a haber recuperado sus cartas, días antes de que desaparecieran con la demolición de su casa, pude saber que estuvo en la retirada de Zoco el-Telatza. No menciona sitios, pero cuenta que de mil quinientos sólo se salvaron cuatrocientos... Soy descendiente de un buen hombre que salvó su vida gracias al azar del destino y a que un ascendiente de Jorge sacrificó su vida para ello. Por eso estoy en deuda con Jorge y agradecido de que a mi abuelo Pedro Campo le haga un sitio en este blog dedicado a honrar la memoria del capitán Francisco Asensi (Q.E.P.D.) >>. Blas Broto Campo (nieto de Pedro Campo).



En la imagen superior, listado de los 26 soldados y clases supervivientes de la posición de Kudia Sidi Alí, entre los que aparece el soldado de 2ª Pedro Campo(s) Solano (14). La primera compañía del segundo batallón del Regimiento África nº 68 tenía sus efectivos repartidos en tres posiciones: además de Sidi Alí, en la cercana altura de Ben Hiddur estaban destacados 30 soldados a las órdenes del teniente D. Manuel Alfonso Crespo y 4 ingenieros; en la lejana Reyen de Guerruao había 25 soldados y 3 ingenieros a las órdenes del alférez D. Bartolomé León León. Casi todos los soldados que entraron en la zona francesa llevaban su armamento y muchos cerrojos de fusiles abandonados; al llegar a la posición francesa y pasada una avanzadilla de negros que tenía, muchos soldados, rendidos y exhaustos, se quedaron descansando por lo que llegaron más desordenadamente y todos abrasados por la sed. Folio 1.722 del Expediente Picasso. FC-TRIBUNAL_SUPREMO_RESERVADO. Exp. 51, N. 6. Archivo Histórico Nacional. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.


En la fotografía superior, Pedro Campo con su esposa, Antonia Mur Turmo. Para leer más sobre él y su maravillosa familia el autor recomienda el blog editado por su nieto Blas Broto Campo (con la dirección  http://pedroenelrif.com/ ). Podrá así el lector ver fotos de su querida "burreta" y apreciar lo entrañable de tantos recuerdos y fotos familiares. Tuvo Pedro Campo una vida plena, intensa, muy laboriosa y familiar; sea también su recuerdo un homenaje a las vidas truncadas de tantos jóvenes que allí quedaron, en las inhóspitas y desérticas arenas del Rif marroquí.


A lo largo de las diversas entradas de este blog, trataré de publicar la numerosísima documentación existente sobre su persona para que el lector pueda hacer una aproximación lo más veraz y rigurosa posible a los hechos que ocurrieron durante el verano de 1921 en la posición de Zoco el- Telatza.

Actualmente estoy analizando el expediente previo de apertura de juicio contradictorio que fue instruido para la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando al capitán Asensi así como la documentación relativa al Expediente Picasso, que se encuentra totalmente digitalizada en el portal de archivos españoles ("PARES") del Ministerio de Cultura.

Sirva también este blog de emocionado recuerdo a todos los oficiales, clases y soldados que formaron parte de la columna de Zoco de T´latza. Especial mención merecen los oficiales caídos al frente de sus soldados en cumplimiento del sagrado deber del Arma de Infantería:


Capitanes: D. Apolo Lagarde Leiva, D. Andrés Molero Pimentel, D. Francisco Asensi Rodríguez, D. Antonio Alcaine Albiñana, D. Ernesto Rodríguez Chacel.
Tenientes: D. Ramón Mille Villelga, D. Manuel Anisí de Lucas, D. Fernando Núñez Chavarría, D. Francisco Arenas Gaspar, D. Juan Mestre Martorell, D. Emilio Sancho Hernández, D. Francisco Fernández Getino Suárez, D. Arturo Mandly Ramírez, D. Elías Bernal González, D. Miguel Morales Delgado y D. Aurelio Areñas Molina y D. José Herrera Balaguer.
Alféreces: D. Nicolás Alderete Heredia, D. Francisco Dueñas Sánchez y D. Bartolomé León León.

... y tantos y tantos soldados españoles que murieron bajo el sol abrasador del monte Bubris y el macizo de Ben Hidur durante el mes de julio de 1921.

Por Real Orden de 17 de marzo de 1928 (Diario Oficial del Ministerio de la guerra nº 64, de 21 de marzo del mismo año), tras comprobar que doña Piedad López-Blanco Barcelona es viuda del capitán de Infantería, desaparecido en campaña D. Francisco Asensi Rodríguez, el Rey Alfonso XIII (q. D. g) tuvo a bien concederla la Medalla de Sufrimientos por la Patria, sin pensión, como comprendida en el artículo primero del Real Decreto de 17 de mayo de 1927 (D.O. Núm. 109).








Del mismo modo, por Real Orden de 12 de marzo de 1928 (Diario Oficial del Ministerio de la guerra nº 38, de 13 de marzo del mismo año), tras comprobar que doña María Rodríguez Barcia es madre del capitán de Infantería, desaparecido en campaña D. Francisco Asensi Rodríguez, el Rey (q. D. g) tuvo a bien concederla también la misma Medalla de Sufrimientos por la Patria.







"Doña María Rodríguez Barcia. Madre del capitán Asensi y viuda del primer condestable
de la Armada D. José Asensi Quintana, que según la memoria familiar falleció a
consecuencia  de las graves heridas y fiebres palúdicas contraídas en la guerra de
Cuba en 1898. Tras consultar la documentación oficial, que obra en el Archivo
General de la Marina "Álvaro de Bazán", el autor ha descubierto que en realidad
dicho condestable participó en el combate naval de Cavite y posterior defensa de
Manila en las Islas Filipinas, derrotas que junto con la de Cuba dan nombre al
 famoso desastre de 1898".
Archivo de la familia asturiana Asensi Álvarez

"Medalla de Sufrimientos por la patria (1928)".
Cinta negra correspondiente a familiares de fallecidos en Campaña (R.D. 17 de mayo de 1927).

"Capitán Francisco Asensi (1886-1921)".
Archivo familiar del autor

"Pieza del mes de Julio y Agosto de 2012
Archivo Histórico Nacional".

"Viuda del capitán Francisco Asensi, Doña
Piedad López-Blanco Barcelona (1895-1994)".
Archivo familiar del autor
"Instancia autógrafa del primer teniente de infantería D. Francisco Asensi Rodríguez, por
 la que solicita Real Licencia para contraer matrimonio con la señorita Piedad López-Blanco
Barcelona". Expediente matrimonial. Archivo General Militar de Segovia



"Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, de fecha 8 de agosto de
1916 (D.O. Núm. 175), donde se publica la licencia concedida por Real
Orden de S.M. Alfonso XIII por la que se autoriza al primer teniente
D. Francisco Asensi para contraer matrimonio con la señorita
Piedad López-Blanco Barcelona. El matrimonio se celebró en Melilla
a las 21:30 horas del día 27 de agosto de 1916".

Estimado lector, dejo para una entrada posterior el análisis exhaustivo y pormenorizado del expediente previo de apertura de juicio contradictorio para la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando al capitán D. Francisco Asensi. No obstante, por su interés y ser testimonio del valor, heroísmo y espíritu de sacrificio demostrado por dicho oficial, transcribo a continuación la declaración jurada del capitán D. Francisco Alonso Estringana, oficial al mando de la 9ª mía de Policía Indígena, prestada ante un Juez militar y reproducida ante el Juez Instructor del referido juicio contradictorio, D. Jacinto Fernández Ampón, a la sazón Teniente coronel del Regimiento de África nº 68 (énfasis añadido):

“En el campamento de Tafersit y a los quince días del mes de Noviembre de mil novecientos veinte y tres, ante el señor Juez y presente secretario, compareció el Capitán anotado al margen y advertido con arreglo a lo dispuesto en el artículo 451 del Código de Justicia Militar de la obligación que tiene de decir verdad y de las penas en que incurre el reo de falso testimonio, juró por su honor ser veraz en cuanto supiere y fuere preguntado.

A las generales de la ley: Conforme al artículo 453 de dicho Código, dijo llamarse como queda dicho, mayor de edad, soltero, natural de Madrid y en la actualidad prestando sus servicios en la Intervención Militar Jalifiana.

A tenor de la segunda pregunta dijo: Que conocía al Capitán Don Francisco Asensi Rodríguez, quien al ocurrir los sucesos de julio de 1921 se encontraba en la posición de Siach con su compañía pasando por orden de sus Jefes a la del Zoco de Ulad Bubker donde se concentraba la columna, demostrando en este repliegue valor, y dotes de mando, así como supo conservar en sus tropas serenidad y entusiasmo en todo momento.

A tenor de la tercera, dijo: Que en la retirada de la columna a la zona francesa fue una de las compañías que marchó con mayor orden y cuando fue atacada por el grueso de la Harka enemiga, la citada Columna, el Capitán ASENSI comprendiendo que de no ocupar el monte que domina el desfiladero llamado de la Columna el “CUADRILÁTERO”, el paso sería imposible, de su propio impulso, y previa una corta conversación con el que declara se lanzó a la ocupación del monte.

Que ello era empresa heroica, dado las dificultades que por cota, terreno y numeroso enemigo que lo coronaba superior en mucho a las fuerzas de su Compañía, encontrando gloriosa muerte al ser atacado por frente, flanco y retaguardia.

Que al llegar a la posición de Hassi Uenzga, recuerda el dicente haber oído de varios soldados, de los que quedaron rezagados, que el comportamiento de dicho Oficial fue ejemplar y murió luchando hasta el último momento, no recordando los nombres de ellos por el tiempo transcurrido.

A tenor de la cuarta, dijo: Que recuerda efectivamente haber hablado con D. Alfredo López-Blanco al que aconsejó que pidiera la Laureada la familia del Capitán Asensi, dado que durante toda la retirada supo dar constantes pruebas de valor, acierto y entusiasmo que comunicó a sus tropas, y que en el momento crítico no dudó en ir al sacrificio para que la Columna salvara el desfiladero.

Si tiene algo más que añadir, dijo que no, que lo dicho es la verdad en descargo del juramento prestado.

En este estado el Señor Juez dispuso dar por terminada ésta declaración y advertido el testigo del derecho que le asiste para leerla, lo verificó asi, afirmándose y ratificándose en su contenido y firmándola con el Señor Juez de lo que certifica.

En el campamento de Tafersit y a los 16 días del mes de noviembre de 1923".







"Declaración jurada del capitán D. Francisco Alonso Estringana ante el Juez Instructor".
Folios 35 y 36 del Expediente previo de apertura de juicio contradictorio para la concesión de
 la Cruz Laureada de San Fernando en favor del capitán Francisco Asensi.
Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.


"Capitán D. Francisco Alonso Estringana, jefe de la 9ª mía de la
Policía Indígena. La fotografía fue tomada en Batel, en el año 1919,
y ha sido cedida a este blog por el investigador D. Santiago
Domínguez Llosá dado que pertenece a su archivo personal".

El testimonio del capitán Francisco Alonso Estringana, tan detallado y preciso, acerca del comportamiento de la compañía del capitán Francisco Asensi en el desfiladero del "Cuadrilátero", que se sacrificó sin duda para proteger la retirada de sus compañeros de la columna, hace necesario traer a colación el Título III del Real Decreto de fecha 5 de julio de 1920, por el que se aprueba el Reglamento de la Real y Militar Orden de San Fernando y relativo a las acciones extraordinarias que podían dar derecho a la Cruz Laureada de San Fernando en aquel tiempo.

Pues bien, tal y como rezaban los artículos 48 y 49.9 del citado reglamento (énfasis añadido): "Los oficiales de todas las Armas (en este caso Infantería), podrán obtener la Cruz Laureada de San Fernando cuando lleven a cabo alguna de las acciones siguientes:

"9.º Acudir, venciendo dificultades extraordinarias y con elementos inferiores a los que pueda oponerle el enemigo, al socorro de plaza o fuerza propia que se halle comprometida, salvándola, si han mediado reñidos combates que produzcan aquél resultado".

Añadía el artículo 51 del citado reglamento los siguientes apartados generales, en los que debían incurrir los que pretendiesen tener derecho a tan preciada condecoración militar:

"2º En caso de depresión moral de las tropas, producida por muerte del jefe, sorpresa o derrota, retirada obligada o desordenada, o grandes pérdidas sufridas, ser el primero en reaccionar, conteniendo a todos o parte de aquellos, y con actos de vigorosa ofensiva determinar la ocupación de posiciones ventajosas o recuperarlas, así como piezas o baterías, realizándose actos bajo el fuego eficaz del enemigo".

Aquí es preciso recordar que el Capitán Asensi se lanzó a la ocupación del monte de su propio impulso y sin mediar orden inmediata de sus superiores, estando coronada dicha posición por numeroso enemigo, superior a las fuerzas de su compañía; todo ello con la finalidad, lograda posteriormente, de ocupar dicha posición desalojando al enemigo para que la vanguardia de la columna en retirada consiguiese atravesar el desfiladero de los montes Fetachas.

"12º Cuando cualquier general, jefe u oficial, por su propia voluntad e iniciativa y por falta de comunicaciones en el momento con el mando superior (en este caso el Teniente Coronel Saturio García Esteban, que dirigió la retirada), realice actos gloriosos interviniendo en los combates logrando resultados positivos y de indudables ventajas para las operaciones de guerra que se estén ejecutando, coadyuvando su éxito".

Finalmente, el artículo 54.1º del reglamento consideraba que merecerían también la Cruz los que se encontrasen en el siguiente supuesto (énfasis añadido): "Intervenir vigorosamente en una fase difícil del combate en que tropas propias, maniobrando o en posición, hayan sido desordenadas o cortadas, rechazando al enemigo si para ello ha habido que llegar hasta el choque al arma blanca y se le hace perder un tercio de su fuerza, acreditándose lo arriesgado de la acción y la violencia del encuentro por la pérdida de una tercera parte, por lo menos, de las fuerzas propias".

Para acreditar la violencia del encuentro que tuvo que afrontar la primera compañía del primer batallón basta enumerar las bajas que sufrió esta unidad, que ascendieron al número de 44 clases y soldados muertos, más el capitán Asensi y el teniente Mestre Martorell, acreditando así lo encarnizado y rudo que fue el combate sostenido en "el Cuadrilátero" contra el enemigo rifeño. Ello supone casi un 50% de bajas de los oficiales y soldados que formaban los efectivos de la compañía del capitán Asensi (102 hombres, incluyendo a los 4 oficiales), superando así con creces y holgura la cifra de una tercera parte de la fuerza propia, exigida por el Reglamento de la Real y Militar Orden de San Fernando (ex. artículo 54.1º antes citado). Todo ello totalmente conforme a Reglamento, como sin duda podrá apreciar el lector.




"Listado de los 54 soldados y clases supervivientes de la primera compañía del 
primer batallón. A ellos hay que sumar los dos alféreces de la compañía que 
consiguieron, con suma eficacia, reorganizar los restos de su unidad e internarse en la
zona francesa. Sirva este documento para atestiguar el sacrificio y meritorio
comportamiento de la citada compañía ante el duro trance al que se vio sometida".
Folio 1.716 del Expediente Picasso. FC-TRIBUNAL_SUPREMO_RESERVADO.
Archivo Histórico Nacional. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. 

Huelga añadir que una retirada es, desde el punto de vista táctico, una operación militar peligrosísima, excéntrica, sobre todo si se realiza por la noche, siendo acosada la fuerza en retirada por enemigo superior en número, conocedor del terreno y apostado en las alturas, dominando así una cota superior.

Puede así entenderse, quizás, por qué el capitán Francisco Alonso Estringana consideraba acreedor de la Cruz Laureada de San Fernando a su compañero Francisco Asensi, como así lo comunicó a la familia del finado cuando tuvo la ocasión oportuna.

El lector, sin duda, comprobará por sí mismo que para el autor ha resultado sorprendente descubrir que no era la primera vez que el capitán Alonso Estringana informaba a sus superiores acerca del comportamiento de la primera compañía del primer batallón, si bien no de forma tan detallada, extensa y precisa. Así, obran a los folios 866-875 del Expediente Picasso (FC_TRIBUNAL_SUPREMO_RESERVADO, Exp. 50, N.4) un parte de operaciones y memoria firmados por el capitán de la 9ª mía de Policía Indígena, de fecha 10 de agosto de 1921 y relativo a lo ocurrido en Zoco el-Telatza y en su posterior evacuación.

El referido parte iba dirigido al coronel jefe D. José Riquelme, a la sazón sucesor del coronel D. Gabriel Morales y Mendigutía en la jefatura de la Policía Indígena; Morales había muerto en la desastrosa y calamitosa retirada de Annual, después de haber sido herido en el rostro por un desgarrador gumiazo rifeño.

En dicho parte y memoria puede leerse lo siguiente, en relación con la llegada de la columna en retirada al desfiladero del Cuadrilátero (énfasis añadido):

"Continuada la marcha el resto de la noche casi sin fuego, al amanecer se llegó a la altura de Tazarut Ychabaun, en cuyo momento grupos de caballería atacaron por el flanco derecho, siendo contestado su fuego sin hacer alto en la marcha, recogiéndose los heridos en camillas y artolas.

Como engrosaron seriamente el enemigo por acudir los contingentes que atacaron a Tazarut Uzay se generalizó totalmente el fuego pasando la caballería y fuerzas de policía a batirse en primera línea, teniendo nuevas bajas que aumentaban considerablemente el convoy de heridos. Como fuéramos cortados por nuestro frente, pués el enemigo había ocupado las lomas que dominaban el camino, hubo necesidad de tomar por el monte Bubris, el que conduce a Hassi Uenzga, atravesando parte del macizo de Ben Hidur, en cuyo momento el ataque fue sumamente porfiado, CONSIGUIENDO LA VANGUARDIA PASAR EL DESFILADERO, ANTES DE LO CUAL HABÍA ROGADO AL CAPITÁN ASENSI QUE CON SU COMPAÑÍA CORONARA LAS CRESTAS DE LA IZQUIERDA, mientras que el teniente San Martín solicitaba al Alférez Navarro una ametralladora para emplazarla y sostener el ataque al enemigo que se echaba encima, no concediéndose dicha autorización ignorándose las causas".


"Extracto del parte-memoria del capitán D. Francisco Alonso Estringana, donde relata claramente que la vanguardia de la columna en retirada consiguió atravesar el desfiladero después de rogar al capitán Asensio (sic), en el original escrito así por error mecanográfico, que hiciese lo que éste ya había decidido motu proprio: coronar con su compañía las crestas de la izquierda que dominaban el desfiladero y desde donde numeroso enemigo diezmaba a las fuerzas españolas en retirada".
Folio 873 del Expediente Picasso (FC-TRIBUNAL_SUPREMO_RESERVADO, Exp. 50, N.4.) Archivo Histórico Nacional.
Ampliación del autor

"En el centro de la imagen, el coronel jefe de la Policía Indígena D. José Riquelme y López-Bago (1880-1972), en el acto de sumisión de algunas cabilas rifeñas que escenifican su rendición mediante el acto simbólico de entrega de fusiles. En el lado izquierdo de la imagen puede verse, con prismáticos, al capitán Francisco Alonso Estringana".
Archivo particular de Santiago Domínguez Llosá.











Cuando el capitán Alonso Estringana preste su declaración ante el General Instructor Picasso en Melilla, el 19 de agosto de 1921, se remitirá a esta memoria anterior y en los siguientes términos (énfasis añadido):

"De todas estas novedades dió parte el testigo a la superioridad, mediante un resumen que mensualmente elevaba por cartas y a veces verbalmente. Respecto a los sucesos ocurridos desde el 22 de julio dió también un detallado parte memoria a su coronel, a la cual se remite 4ª-56, (esta última anotación numérica, al margen y con lapiz rojo, corresponde al General Instructor Picasso)".

Esta declaración hecha ante el General Picasso puede verse en los folios 223 a 226 del Expediente Picasso (FC_TRIBUNAL_SUPREMO_RESERVADO, Exp. 50, N.1). Concretamente en el folio 224 vuelto.


"Plano a color donde se puede distinguir el trayecto de la retirada desde la posición de Zoco el-Telatza hasta las avanzadillas de la posición francesa de Hassi Uenzga, faldeando las laderas del macizo de Ben Hiddur hasta llegar a la altura de Tazarut Uzai donde la columna se adentró en el desfiladero rodeado de los cuatro montes que daban nombre al "Cuadrilátero". Se distinguen claramente los cuatro montes, justo encima de la posición de Hasi Uensga (sic), y las crestas de la izquierda que tuvo que coronar la compañía del capìtán Asensi para que la vanguardia de la columna pudiera atravesar el desfiladero y llegar a las avanzadillas francesas. Se adivina lo duro que tuvo que resultar el trayecto en su tramo final con las cumbres coronadas de rifeños que hacían fuego sobre la columna, teniendo que escalar al final el último monte donde se asentaba la avanzadilla de la posición francesa de Hassi Uenzga, en el límite fronterizo con el Marruecos francés".
FC-TRIBUNAL_SUPREMO, MPD.1. Archivo Histórico Nacional
Ampliación del autor


"Sucesivamente se presentó el terreno montañoso y la columna más castigada, por sumarse nuevos contingentes de enemigos a los Fetachas y a los procedentes del Zoko; empezaron a caer muertos y heridos, de ellos buen número de oficiales y clases; siendo tan fuerte el tiroteo que las fuerzas de la columna trataron de tomar las alturas de Yebel-Ben-Hiddur y que a pesar de las órdenes y voces del que suscribe y oficiales incluso del capitán Alonso indicaciones para que abandonaran aquella dirección y tomaran la de la derecha del camino que es la que conducía a la posición francesa de Hassi Uenzga; un núcleo numeroso de nuestras fuerzas desatendió decididamente tan buenas indicaciones que no fue posible se incorporaran por llegar el enemigo a cortar la columna separando de ella a los que no obedecían; llevándose el enemigo el material de ametralladoras, que fue antes inutilizado al morir los mulos por el personal de la compañía y los de la 1ª del 1º". Extracto del parte de Saturio García Esteban donde se relata lo que ocurrió al llegar la columna al Cuadrilátero, desatándose un verdadero "infierno en la tierra", en el valle formado por cuatro montes llamados los Fetachas, "cuyas cumbres y faldas estaban cuajadas de moros que nos hacían fuego en todas direcciones". Relata también la dispersión de parte de la fuerza (5ª y 3ª compañías del 2º bón, así como reducidos elementos de la 6ª del 3º) y la cohesión mostrada por la compañía de ametralladoras y la del capitán Asensi (1ª del 1º), que inutilizaron las ametralladoras para que el enemigo no hiciese uso de ellas, quedándose en la extrema retaguardia, siendo así los  últimos de los últimos en cruzar el desfiladero.
Folio 772 del Expediente Picasso. FC-TRIBUNAL_SUPREMO_RESERVADO, Exp. 50, N.4. Archivo Histórico Nacional.                                                             



"Combatientes rifeños sublevados (pertenecientes a las harkas de Beni Tuzin, que venían desde Haf, Imechechemen, los de Metalza, los de Beni Buyagi y algunos de Ulad Bubker, sin olvidar a los temibles Fetachas) preparan una emboscada contra las fuerzas españolas en retirada. En la fotografía puede apreciarse como uno de los combatientes rifeños (tercero por la derecha) lleva colgado en su espalda un moderno fusil mauser, modelo 1916; los demás portan el anticuado fusil Remington,  de origen norteamericano y del calibre 11 milímetros con un único disparo".

"Imagen de Google earth donde pueden apreciarse "El Cuadrilátero" y el desfiladero que tuvo que atravesar la columna española en retirada para llegar a la zona francesa. A la izquierda del desfiladero pueden verse dos lenguas de tierra en forma de "C", son las lomas contra las que primero tuvo que cargar la primera compañía del primer batallón para poder coronar después las crestas de la izquierda (ocupadas por numeroso enemigo), y proteger así el avance de las compañías que formaban la vanguardia y centro de la columna. En la parte inferior de la fotografía y hacia la izquierda (con la forma de casi media circunferencia) se aprecian las faldas del monte Bubris, que forma parte de la larguísima cordillera de Yebel-Ben-Hiddur. Como se puede apreciar, era el terreno perfecto para una emboscada de las fuerzas rifeñas que diezmaron, con una endiablada puntería, a las tropas españolas". El emplazamiento exacto ha sido localizado por Santiago Domínguez Llosá y el autor.


"Fotografía tomada por Santiago Domínguez Llosá donde se puede observar, en el centro, el desfiladero de los montes Fetachas que tuvo que atravesar la columna española en retirada para alcanzar la zona francesa. En el centro de la fotografía puede divisarse, en la lejanía, un monte elevado en cuya coronación estaba emplazada una de las avanzadillas de la posición francesa de Hassi Uenzga. En el lado izquierdo de la imagen, a media distancia, puede apreciarse claramente el monte de la izquierda que domina el desfiladero del cuadrilátero; este es el monte que fue asaltado a la bayoneta por la primera compañía del primer batallón del Regimiento África nº 68, al mando de su capitán Francisco Asensi. La compañía consiguió proteger la retirada de sus compañeros, ocupando dicha posición y desalojando al numeroso enemigo rifeño, que concentraba su mortífero y preciso fuego sobre la hondonada del valle por donde se retiraba la columna del teniente coronel García Esteban". Archivo de Santiago Domínguez Llosá a quien pertenece la fotografía.


"Panorámica realizada por el investigador Santiago Domínguez Llosá. Está tomada desde la avanzadilla francesa de Hassi Uenzga (la coronación del monte lejano señalado en el centro de la fotografía anterior), cuyas ruinas son perfectamente visibles en la imagen con el número 6. En color azul claro puede verse el más que probable trayecto lógico de la retirada hasta ganar la elevada salvación. 

El capitán Francisco Asensi, los tenientes Manuel Anisí y Fernando Núñez, el alférez Nicolás Alderete y algunos de los soldados rezagados fueron muertos al pie de esta avanzadilla (Folio 772 vuelto, Expediente Picasso), en un último acto de resistencia frente a los rifeños, pues fueron muertos en rudo combate cuerpo a cuerpo (cerca del número 7, donde se señala el acceso a la avanzadilla). 

En el número 1 se señala el valle por donde llega la columna, antes de entrar en el desfiladero, y desde donde se toma por Domínguez Llosá la fotografía anterior. Con el número 2 se señala un valle por donde se dirigieron las "fracciones de la izquierda de la columna", que equivocaron el camino y, en vez de cruzar el desfiladero, tomaron un falso camino que pensaban conducía a la zona francesa. García Esteban lo expondrá así: "La compañía de ametralladoras marchó hacia la izquierda, en vez de continuar el camino derecho que atravesaba el desfiladero, a la que siguieron las compañías 5ª del 2º bón (mandada por Fernando Núñez), 3ª del 2º bon (mandada por Manuel Anísi, por muerte de su capitán Molero) y 6º del 3º (mandada por Luis Muñoz Bertet, si bien esta última compañía sí tuvo tiempo de reaccionar y marchar por el verdadero camino correcto).

Al darse cuenta de su error estas compañías y de que las alturas de Yebel Ben Hiddur cerraban toda posibilidad de salvación se dieron la vuelta para cruzar el desfiladero y seguir el trayecto correcto de las fracciones de la derecha; en ese momento se produjo la gran matanza y degollina de soldados españoles, pues los moros, que acudían desde todas las direcciones, cortaron la columna y muy pocos rezagados de las fracciones de la izquierda consiguieron cruzar el desfiladero y llegar a la zona francesa. 

Mientras tanto, la primera compañía del primer batallón, después de ocupar las crestas de la izquierda (identificadas con el número 3 de la imagen) y proteger el repliegue, sufriendo terribles bajas, se retira por escalones y a través de los montes 3 y 4 hasta llegar a las proximidades de la avanzadilla francesa. Al morir junto a los rezagados oficiales de la 5ª y 3ª compañías del 2º bon, es evidente que el capitán Asensi y parte de sus hombres esperaron y protegieron a los extraviados y rezagados, en su desesperado intento de volver al camino correcto que conducía a la avanzadilla francesa". Archivo de Santiago Domínguez Llosá, a quien pertenece la fotografía y que ha realizado las anotaciones numéricas correspondientes.

                                    "Ruinas de la avanzadilla francesa de Hassi Uenzga". Archivo del autor

"Panorámica del macizo de Ben Hiddur. Más adelante se encontraban las lomas que fueron asaltadas por la primera compañía del primer batallón, al mando de su capitán Francisco Asensi, que ordenó cargar a la bayoneta monte arriba para desalojar a los rifeños que ocupaban las alturas haciendo fuego y causando numerosas bajas a la tropa española". Archivo del autor, fotografía tomada el 27 de enero de 2013.





"En la fotografía superior: La primera sección del quinto escuadrón del recientemente laureado en 2012 Regimiento de Caballería Alcántara, número 14, sección destacada en el campamento de Zoco el- Telatza el 25 de julio de 1921, al mando del sargento D. Enrique Benavent Duart (en la foto, tomada en unas maniobras, el mando lo ostenta un oficial y no el sargento). Esta unidad tuvo un comportamiento muy destacado en la retirada de la columna, protegiendo la retaguardia con sucesivas y osadas cargas de caballería, que diezmaron sus filas (incluido el sargento Benavent, que pereció en los combates, y destacando también la conducta del alférez veterinario, D. José Montero Montero, que sobrevivió después de recorrer a pie el trayecto de la retirada), emulando así la gesta realizada por sus compañeros de regimiento en el cauce del río Igan y escribiendo uno de los más gloriosos y épicos hechos de armas de la Caballería Española en toda su historia".




"En la fotografía superior, fechada en el año 1921, el alférez veterinario del Regimiento Alcántara D. José Montero Montero (1895-1941). Nacido en Córdoba el 21 de febrero de 1895, se licenció en la famosa Escuela de Veterinaria de esta ciudad en junio de 1919, aprobando las oposiciones a veterinario militar en octubre de ese mismo año. Su primer destino como veterinario tercero fue el Segundo Regimiento de Artillería Pesada, con sede en Mérida. Posteriormente, el 26 de noviembre de 1920, fue destinado al glorioso y laureado Regimiento de Caballería Cazadores de Alcántara nº 14. Al ocurrir el desastre de Annual se encontraba destinado en el campamento de Zoco el- Telatza e integrado en la Plana Mayor del Regimiento África número 68 (una de sus funciones era el cuidado del ganado de la circunscripción).

Superviviente en la retirada a la zona francesa, permaneció hasta el 24 de marzo de 1923 destinado en el regimiento Alcántara. En el D. O. Número 259, de fecha 20 de noviembre de 1921, se publicó su ascenso a veterinario segundo con antigüedad de 15 de octubre del mismo año. El alférez Montero fue condecorado con dos Cruces al Mérito Militar con distintivo rojo, una de ellas por su actuación durante la retirada del 25 de julio de 1921 hacia la zona francesa y la segunda por los servicios prestados durante el tiempo comprendido entre el 1 de febrero y el 31 de julio de 1922. 

En una de aquellas acciones fue herido, como lo acredita la Medalla Militar de Marruecos -con pasador Melilla, cinta verde y aspas en rojo-, que conserva la familia. Poseía también la Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo.

El alférez Montero falleció en Córdoba, en su domicilio y a las 17:00 horas del día 20 de noviembre de 1941". La fotografía del alférez Montero ha sido enviada por su nieto, D. Ignacio Montero Ruiz. El autor agradece la deferencia y consideración mostrada al enviar esta fotografía, que pertenece al archivo de la familia Montero.


"Extracto del parte del capitán Alonso Estringana, de fecha 10 de agosto de 1921, donde cita como distinguida la conducta del veterinario de Alcántara señor Montero, al que constantemente se le pudo observar en los sitios de mayor peligro, durante la retirada de la columna hacia la zona francesa". Folio 874 del Expediente Picasso (FC-TRIBUNAL_SUPREMO_RESERVADO, Exp. 50, N.4). Archivo Histórico Nacional. Ampliación del autor



"Revista de Higiene y Sanidad Pecuaria. Febrero de 1922". Extracto enviado por D. Ignacio Montero Ruiz".


Volveremos a hablar del alférez Montero para dejar constancia de su importante declaración ante el general Picasso, pues resulta muy interesante leer lo que, según este oficial, ocurrió en la mañana del día 24 de julio de 1921. Recibidas en el campamento de Zoco el- Telatza noticias de la desesperada situación en que se encontraba la posición avanzada de Haf (donde el enemigo llegaba hasta las alambradas y los defensores combatían hasta la extenuación, magníficamente dirigidos por el valiente capitán Ernesto Rodríguez Chacel), se acordó por los capitanes la celebración de un Consejo de defensa para decidir si se mandaban o no dos compañías en auxilio de Haf. 

En este primer Consejo de defensa (el segundo tendría lugar a las 22:00 horas del mismo día 24) no estuvo presente el capitán Asensi, pues pasó la noche del 23 al 24 de julio en la posición de Siach -campamento de la Policía Indígena-, con su compañía, hasta las 18:00 horas del día 24 en que recibió la orden de replegarse, bajo intenso fuego, hasta el campamento principal de Zoco el- Telatza. 

Pues bien, la siguiente declaración testifical del alférez Montero dejó constancia de la sorprendente rebelión de algunos oficiales frente al criterio de su teniente coronel en aquel Consejo de defensa matinal: "El día 24 reunió el Teniente coronel a la oficialidad para darle cuenta de la situación de Haf y sometió a la aprobación de los reunidos un acta, en la que se hacía constar que siendo imposible socorrer a Haf, se autorizaba a su guarnición para replegarse al Zoko. En la discusión subsiguiente, algunos oficiales de los que mandaban unidad, que eran los que tenían voz y voto, y entre ellos el teniente Arenas, el teniente Mandly y el alférez Muñoz, todos del Regimiento de África, opinaron que como habían de matar a los defensores de Haf al retirarse preferían ellos sacrificarse con sus unidades e ir a proteger la evacuación, siendo este el criterio que prevaleció, pues se llegó hasta formar las compañías; pero después nada se hizo, según cree el testigo, porque hubo noticia de la caída de la posición, que distaba catorce kilómetros del Zoko y estaba guarnecida por menos de una compañía de fusiles y una sección de Artillería". Folio 1.243 del Expediente Picasso (FC-TRIBUNAL_SUPREMO_RESERVADO, Exp. 50, N.6). Archivo Histórico Nacional.



En la fotografía superior, el capitán D. Ernesto Rodríguez Chacel (1893-1921), comandante de la 2ª compañía del 2º batallón del Regimiento África nº 68 ("los leones de Haf"), que defendía la posición de Haf el 23 de julio de 1921. La citada posición y su correspondiente avanzadilla estaban guarnecidas por 69 soldados y dos oficiales (el capitán y el jovencísimo teniente D. Manuel García Ovies); 14 soldados de la Policía Indígena (10ª mía, en la avanzadilla); 20 artilleros bajo el mando del teniente D. Manuel Corominas Gispert (6ª batería) y 3 ingenieros de red. La resistencia de Haf duró 48 horas, después de rechazar continuos asaltos rifeños e incluso reconquistar la avanzadilla. Según el cabo Manuel Carro Nieto, único superviviente de la posición que logró llegar al atardecer del día 24 de julio al Zoco el- Telatza para relatar a sus compañeros lo ocurrido, el capitán Rodríguez Chacel "se distinguió heróicamente al ser atacada la posición por enemigo muy superior en número a los defensores de la posición, al que rechazaron, causando al enemigo gran número de bajas; que al evacuar la posición se reanudó la lucha, llegando al cuerpo a cuerpo, en cuyo momento el capitán sacó el sable y dijo: ¡¡A ellos!!, continuando atacando al enemigo, distinguiéndose el citado capitán por su valor y arrojo, entablándose lucha cuerpo a cuerpo, hasta que el capitán Rodríguez cayó muerto, después de haber dado muerte a bastantes adversarios, y desde luego a más de tres, cuyos hechos tuvieron lugar en el ataque con el sable y pistola en mano que hizo el capitán". Siete meses después de su muerte nació el hijo póstumo del capitán.



En la imagen superior el joven teniente D. Manuel García Ovies, aguerrido oficial de la posición de Haf, que resistió numerosos ataques rifeños contra la posición hasta que, diezmada su guarnición y agotados casi todos los medios posibles de defensa, supo morir con la muerte de los héroes, dando así un notable ejemplo de abnegación y heroísmo como digno corolario de todas sus virtudes militares. La fotografía pertenece al archivo particular del autor (Libro de Oro. Inf).

También logró sobrevivir un artillero de la sexta batería, el soldado cordobés Manuel Silveiro Colchado (natural de Viso de los Pedroches), que prestará declaración ante el general Picasso el 14 de octubre de 1921 explicando que la posición de Haf estaba asentada sobre una pequeña loma en medio del llano y que "se recibió un telegrama del Zoko, mandando evacuar la posición, el cual entiende el testigo que hizo cambiar de parecer al Jefe de la misma (el capitán Rodríguez Chacel), que la noche anterior les había alentado a la defensa proponiéndoles extremarla hasta que agotadas las municiones, se hiciera al arma blanca muriendo todos como buenos, con lo que la fuerza estaba conforme. Al día siguiente el capitán les dijo que las demás posiciones habían sido abandonadas y que encontrándose muy escasos de municiones y víveres, iban con los pocos cartuchos que les quedaban a intentar retirarse al Zoko. Regaron la posición y repuesto de municiones con pólvora, a la que un sargento, después de salir la tropa, dió fuego. Salieron de tres a tres y media, delante la Infantería, luego los artilleros y organizaron una columna que a poco de salir empezó a ser hostilizada por el enemigo, que cuerpo a tierra contestaban con su fuego las tropas. Así llegaron a las inmediaciones de Arreyen Lao, que creían todavía en nuestro poder, con el propósito de hacer la retirada unidos a su guarnición; pero el enemigo, apostado en sus contornos, les recibió con fuego vivo. El Capitán de Infantería fue herido antes de llegar a Reyen (sic, se trata de un error de transcripción, pues debería poner Arreyen Lao), recogiéndolo dos acemileros que lo montaron en un mulo; pero en la confusión de la refriega, no sabe la suerte que corriera, como tampoco la de los demás oficiales. Quedaron únicamente siete hombres sin municiones; a eso de las cinco de la tarde aparecieron un grupo de moros a caballo, por lo que los soldados inutilizaron sus armas rompiendo los cerrojos, y aprovechando que el enemigo se había detenido, se ampararon en una montaña, en la que permanecieron dos días y dos noches, sin comer ni beber, por lo que decidieron encaminarse a Batel, que vieron ardiendo al acercarse a él. En esto amaneció y como estaban en un llano, les vieron los moros que les robaron y aprehendieron, matando a sus seis compañeros a tiros y encuchetazos, respetando la vida al testigo y llevándole a una jaima en la que permaneció cuatro días, enterándose por el moro en cuyo poder estaba que en el pozo número dos de Batel había un cabo de infantería con soldados, llevándole allí dicho moro".  Folios 1.335 a 1.338 del Expediente Picasso. FC-TRIBUNAL_SUPREMO_RESERVADO, Exp. 50, N.6. Archivo Histórico Nacional.

                                                       
En su último y desesperado telefonema, el capitán Rodríguez Chacel informó al teniente coronel García Esteban (que le conminaba a "vender cara su vida") de que no podía resistir más, pues el enemigo había destrozado la alambrada y se le echaba encima, avisando también de que un numeroso grupo de moros, a pie y a caballo, venían por el camino de Tamasusin y por la llanura de Metalza; por último, informaba también el capitán a sus compañeros del Zoco que la importante posición de Dar Drius, el mejor campamento español en el Rif, había sido evacuada y que negras columnas de humo podían divisarse desde Haf. A pesar de que todos los testimonios refieren la existencia de un único superviviente, obra al folio 1.730 del Expediente Picasso el listado de supervivientes de la posición de Haf, donde aparece también el soldado Honorato Juan Savater; la razón es que este último soldado pertenecía a la 3ª sección de la compañía, que guarnecía la posición de Tamasussin, bajo el mando del teniente D. Sergio González Fernández. Abandonada dicha posición y obligados a refugiarse en el puesto de policía de Ahesor, ante el ataque de los rifeños, sucumbieron allí todos excepto el referido soldado. La fotografía del capitán Rodríguez Chacel pertenece al archivo particular de Santiago Domínguez Llosá. 
             Diario Oficial del Ministerio de la guerra (D.O. Número 154, de fecha 13 de julio de 1926).


"El día 1 de octubre del año 2012 tuvo lugar un hecho extraordinario en la historia de las Fuerzas Armadas Españolas. En virtud del R.D. 905/2012, de fecha 1 de junio y aprobado en Consejo de Ministros, S.M. el rey D. Juan Carlos I impuso la Cruz Laureada de San Fernando, como Laureada Colectiva, al Regimiento de Caballería Alcántara nº 14 (hoy Regimiento Acorazado de Caballería Alcántara nº 10), en el patio de la Armería del Palacio Real de Madrid. El expediente, iniciado en 1922, había quedado paralizado por diversas circunstancias y España tardó 90 años en reconocer la gesta de sus héroes. Como Juez instructor del expediente  previo de apertura de juicio contradictorio para la concesión de la Laureada al Regimiento Alcántara fue designado el teniente coronel de infantería D. Manuel Lorduy Dini, y como secretarios del referido juicio LOS ALFÉRECES SUPERVIVIENTES DE LA PRIMERA COMPAÑÍA DEL PRIMER BATALLÓN DEL REGIMIENTO DE ÁFRICA Nº 68 EN LA RETIRADA DE ZOCO EL- TELATZA: D. Bernardino Bocinos Villaverde (nombrado el 1 de julio de 1922, cuando ya ostentaba el rango de teniente) y D. Francisco Sánchez Oliva (nombrado el 17 de julio en sustitución del anterior, por cambio de destino). Ello demuestra la gran consideración que se tenía a los oficiales supervivientes de la compañía que mandaba el capitán Asensi en el desastre ocurrido el año anterior". Folios 3 y 8 del expediente para la concesión de la Cruz Laureada Colectiva de San Fernando al Regimiento Alcántara nº 14 por su sacrificio y exterminio en el desastre de Annual. Archivo General Militar de Segovia, signatura 9ª, CAJA 1992, Exp. 16087. Ministerio de Defensa.


"Jefe moro acompañado de oficial (con toda probabilidad se trata del alférez Víctor San Martín) y policías moros de la Policía Indígena, un sargento europeo y notables indígenas adictos a España". La fotografía pertenece al álbum fotográfico del Regimiento África nº 68, publicado en el año 2013 por la Consejería de Cultura de la Ciudad Autónoma de Melilla en colaboración con el Archivo Intermedio del Centro de Historia y Cultura Militar de Melilla (fondo documental al que pertenece dicha obra). Patrimonio del Ejército de Tierra en Melilla.

Nacido en Logroño (La Rioja) el 5 de febrero de 1897, el teniente de infantería San Martín ingresó en la Academia de infantería de Toledo el 28 de junio de 1912 y fue condecorado con la Medalla Militar de Marruecos (con pasador Melilla) y dos Cruces Rojas del Mérito Militar en 1921 y 1923. En la trágica retirada hacia la zona francesa los rifeños estuvieron a punto de hacerle prisionero en varias ocasiones; no lo consiguieron y el teniente logró llegar a la posición francesa de Hassi Uenzga a las 15:00 horas del día 25 de julio de 1921. Su hoja de servicios termina en 1924, cuando el teniente estaba destinado en Mahón (Menorca).

Del autor de la declaración jurada que acreditaba el comportamiento heroico del capitán Asensi, prestada ante el comandante D. Manuel Canella Tapia (en aquel momento jefe de la Segunda Bandera del Tercio de extranjeros), basta decir que era uno de los mandos de la Policía Indígena que gozaba de mayor autoridad, consideración y prestigio en la Comandancia General de Melilla. No en vano, estaba en posesión de la antigua "Cruz de la Real y Militar Orden de María Cristina", cuya concesión llevaba aparejada en la hoja de servicios del condecorado la distinción de "valor reconocido". La Cruz de María Cristina se destinaba a recompensar grandes hazañas y el valor distinguido en campaña.

El testimonio del capitán Alonso Estringana (Madrid, 1878 - Benejama, 1944), documento inédito localizado por el autor en septiembre del año 2012 en el Archivo General Militar de Segovia después de una ardua labor de investigación histórica, resultaba muy relevante toda vez que fue testigo presencial de los hechos y pieza clave en la retirada de la columna a la zona francesa, como se acredita de la simple lectura del Expediente Picasso en relación con la retirada de Bu Beker.

Quiere ello significar que su declaración jurada no era sólo importante y relevante por lo que decía sino por quién lo decía. El capitán D. Francisco Alonso Estringana fue condecorado, además y a lo largo de toda su carrera militar, con ¡¡quince!! Cruces Rojas del Mérito Militar de 1ª clase (cinco de ellas pensionadas), que se concedían a los oficiales que, con valor, hubieran realizado acciones, hechos o servicios eficaces en el transcurso de un conflicto armado u operaciones militares, que implicaran el uso de la fuerza y conllevaran unas dotes de mando significativas.

Una de sus innumerables cruces del mérito militar con distintivo rojo fue otorgada en 1922, por los méritos y servicios prestados en las operaciones realizadas en la zona de Melilla desde el 25 de julio de 1921 (fecha en que tiene lugar la retirada del campamento de Zoco el- Telatza) a fin de enero de 1922, según Real Orden de 4 de octubre (D.O. Número 227). Con esta condecoración, es indudable que la Administración militar española reconoce, entre otros, los méritos contraídos por el capitán Alonso durante la retirada que costó la vida del capitán Asensi.


"Extracto de la hoja de servicios del capitán D. Francisco Alonso Estringana, donde se constata que fue condecorado con una cruz roja del mérito militar por los méritos y servicios prestados en las operaciones realizadas en la zona de Melilla desde el 25 de julio de 1921 y, por tanto, comprendiendo las acciones realizadas por dicho oficial en la retirada de la columna hacia la zona francesa". 
Expediente personal del capitán Alonso Estringana. Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa

"Noticia aparecida en julio de 1922 en un periódico de la época. Archivo
Javier Sánchez Regaña".

Cierran el impresionante historial de condecoraciones otorgadas a dicho oficial las siguientes: Cruz del Mérito Militar de 2ª clase con distintivo rojo, la Medalla Militar de Marruecos con el pasador "Melilla", la Medalla Militar de África con el pasador de "Ceuta", la Medalla de África sin pasador, la Medalla de Campaña de Melilla con cuatro pasadores, la Medalla de Alfonso XIII, la Medalla conmemorativa de campaña con el pasador "Marruecos", la Cruz y Placa de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo (por su conducta intachable), y el Distintivo de 12 años de servicios en la Policía Indígena (que daban derecho al uso de 4 barras de oro en su uniforme).

Es muy probable que el capitán Alonso Estringana tenga el honor de ser el militar español que haya conseguido el mayor número de cruces del mérito militar con distintivo rojo en la historia de nuestro Ejército, pues hasta la fecha no existe documentado el caso de un militar que ostentara u ostente mayor número de cruces rojas que las ¡¡16!! otorgadas al capitán Alonso. Caso éste a todas luces extraordinario.


"Capitán Francisco Alonso Estringana. Ingresó en el Ejército el día 5 de noviembre de 1898 como soldado de ingenieros por su suerte. El 15 de septiembre de 1899 quedó filiado como alumno de la Academia de  Caballería  (Valladolid), siendo promovido al empleo de segundo teniente de la referida arma el 15 de julio de 1904. Tras ser destinado al Regimiento de Cazadores de Treviño número 26 (Barcelona) y al Grupo de Escuadrones de caballería de Ceuta, en 1912 recaló en el mítico y laureado Regimiento de Cazadores de Alcántara número 14 de Caballería desde donde sería adscrito en comisión a las tropas del Cuerpo de Policía Indígena (luego llamado Intervención militar).

Militar de singular consideración y prestigio en el Ejército de África, tuvo que soportar la desgracia de ver como se cometió el error de solicitar su procesamiento, por desconocer el fiscal militar José García Moreno -así como el Consejo Supremo de Guerra y de Marina- el verdadero alcance y significación que tenían las atribuciones políticas de los capitanes de mías de la Policía Indígena en las labores de negociación con las cabilas del Rif, como acertadamente aclaró posteriormente el nuevo Fiscal jurídico militar en la causa instruida al efecto. En dicha causa -contrariamente a lo sostenido, errónea y temerariamente, con anterioridad- quedó claro que el responsable de pactar la rendición por dinero de la posición de Reyen de Guerruao -con el ánimo de salvar a su guarnición, pues el propio Alonso constató la imposibilidad de hacerlo por la fuerza de las armas ante el innumerable enemigo que rodeaba la posición- no fue el capitán Alonso Estringana sino el teniente coronel Saturio García Esteban (que autorizó el pacto y la operación de rescate, así como el envío al capitán Alonso del resto del dinero necesario, pues las 1.000 pesetas iniciales de las que disponía el capitán eran insuficientes, teniendo que ser completadas con otras 1.500, aportadas por los capitanes y oficiales presentes en el Consejo de defensa matinal del día 24 de julio de 1921); en honor a la verdad debe aclararse que en dicho Consejo de defensa, celebrado en el Zoco, no estuvieron presentes -no poniendo por tanto dinero alguno de su peculio particular ni participando en dicha decisión- los capitanes Rodríguez Chacel (Haf), Alcaine Albiñana (Arreyen Lao), Asensi Rodríguez (Siach), Prats García (Sidi Alí), Moreno Muñoz (Loma Redonda), ni tampoco los oficiales de las unidades correspondientes a dichos mandos.


En el escrito de conclusiones provisionales formulado por el Fiscal militar, en la causa instruida para juzgar la retirada de la columna de Zoco el- Telatza, se solicitaba la libre absolución para el capitán Francisco Alonso Estringana por no estimar que le fuese imputable delito ni falta alguna. No obstante, el Ministerio Fiscal señalaba posteriormente que: "el único delito que podía imputársele era el de negligencia del artículo 277.2 del Código Penal Militar, al no cumplir el deber militar de dar cuenta al Jefe de la Columna (García Esteban) de la situación de Reyen de Guerruao y pedirle autorización para iniciar las negociaciones de evacuación en lugar de iniciarlas desde luego antes de contar con su expreso consentimiento; claro es que lo hizo llevado por el mejor deseo pero infringiendo un precepto militar" (volvía a desconocerse que el comportamiento del capitán Alonso estaba totalmente justificado por las atribuciones conferidas a los capitanes de mías en lo que se refiere a su gestión política entre las cabilas de su circunscripción -sobre todo teniendo en cuenta que dicho capitán tuvo que negociar con jefes Chiufs, a los que conocía perfectamente al haber mantenido negociaciones de toda índole con anterioridad-).

Así, sin haber sido condenado por sentencia alguna, en el Dictamen final del auditor se propuso el indulto del capitán Alonso Estringana en relación con el delito de negligencia por lo que enterado dicho capitán de dichas conclusiones manifestará de forma contundente lo siguiente: "Que no se halla conforme con el indulto concedido, pues no se considera responsable del delito por el cual se le indulta, ya que como capitán de Policía en aquellas circunstancias se multiplicó cuanto supo y pudo, acudiendo siempre a los sitios de mayor peligro. Sólo alabanzas de todos su gestión ha merecido; tanto que hasta en la Zona Francesa fue felicitado por nuestras autoridades, conocedoras de mi gestión. Todo esto lo corroboran la no petición de pena de un Fiscal militar, que seguramente apreciando la labor del que suscribe en todo en toda la retirada, sólo alabanzas le merece esta. En cuanto al delito que se me atribuye al aplicarme el indulto tiene que manifestar el que suscribe que el Teniente Coronel Don Saturio supo, antes de salvar la posición de Reyen del Gerruao, cómo se hallaba esta, por un oficial que le envié, y que le pedía fuerzas para romper el cerco o dinero para gestionar la salida de las mismas; contestándome que soldados no podía enviarme y me trajeron el dinero al que tuve que añadir mil pesetas de mi bolsillo, siendo felicitado por todos al llegar al campamento con las fuerzas a las que salvé de una muerte cierta. No eran momentos aquellos en que el tiempo podía perderse. El fin propuesto de salvar a las fuerzas, se logró por lo que la negligencia que se me atribuye en aras de las vidas que salvé aun existiendo, creo que queda desvanecida por el bien logrado; hecho este, por el que me cita como muy distinguido el Teniente Coronel Don Saturio García Esteban".
                                                     
Fotografía perteneciente al Archivo Sánchez Regaña

La singular bravura de este militar se desprende de la lectura de su hoja de servicios, donde pueden leerse episodios como el siguiente: "El 1 de noviembre de 1922, con sus fuerzas, a las órdenes del Teniente Coronel D. Miguel Nuñez de Prado, cuyo Jefe mandaba la extrema vanguardia del General Ruiz Trillo, salió para establecer la posición de Benítez, avanzó sobre las lomas sosteniendo nutrido fuego con el enemigo, rechazando ataques violentos, ganando la línea de posiciones con decisión y ataque, llegando a la lucha cuerpo a cuerpo, teniendo que hacer uso de la pistola para su defensa; resultando herido leve en el cuello y contuso de piedras, con su ánimo y valor protegió la retirada de la columna, haciendo una reacción ofensiva contuvo al enemigo que hostilizaba duramente".

Ahora ya sabemos que lo que más llamaba la atención de él no era su estatura para la época, de un metro con setenta centímetros, sino los más de cien hechos de armas en los que había tomado parte en el territorio del Rif.

Aún impresiona leer la Circular sobre recompensas, relativa a su persona y publicada en el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, de fecha 16 de enero de 1925 (D.O. Número 12, páginas 136 y 137); en dicha Circular se publica el ascenso del capitán Alonso Estringana al empleo de comandante por méritos de guerra, en virtud del correspondiente expediente de juicio contradictorio. Fue citado en la documentación oficial por el celo e interés puesto en el desempeño de su misión, por su arrojo, serenidad, aptitud y acierto en el mando de las tropas indígenas en el Rif español.



"Extracto del Diario Oficial del Ministerio de la Guerra
nº 12, de 16 de enero de 1925, donde su publica el ascenso
del Capitán Alonso a la superior graduación en virtud de los
acreditados méritos de guerra".

En el referido juicio contradictorio declararon a su favor, entre otros personajes ilustres, los Generales D. Federico Berenguer y D. Miguel Cabanellas, el coronel Riquelme (jefe de la Policía Indígena), el teniente coronel Franco (futuro Jefe del Estado) y el comandante García y Margallo; todos ellos coincidían en considerar al capitán Alonso Estringana merecedor del ascenso al grado de comandante por sus brillantes dotes de mando, valor, serenidad y ser gran conocedor de la actuación a seguir en los problemas del Protectorado español en Marruecos.

Finalmente, el Consejo Supremo de Guerra y de Marina suscribió completamente tan favorables conclusiones.

Era así la segunda vez que el capitán Alonso ascendía a la superior graduación por méritos de guerra pues en el año 1914 había ascendido también al rango de capitán de la misma forma. En 1914 el ascenso por méritos, hechos o servicios de guerra era la recompensa militar más importante después de la Cruz Laureada de San Fernando (por delante incluso de la Cruz de María Cristina según la Ley adicional a la Constitutiva del Ejército de 19 de julio de 1889). Más tarde, en 1918 y tras la creación de la Medalla Militar Individual, pasaría a ocupar el tercer puesto en el orden de importancia.


"Fotografía que perteneció a la colección particular del general don Gerardo González Longoria, fechada en Nador en 1909 y en la que se puede observar (primero por la derecha) al joven teniente de caballería don Francisco Alonso Estringana. En 1909, el entonces teniente Alonso, destinado en el Regimiento de Cazadores de Treviño nº 26, había llegado el 16 de julio a Melilla procedente de Barcelona en el vapor "Buenos Aires", pasando a formar parte de la Brigada Mixta de Cazadores.

Recibió su bautismo de fuego el 19 de julio de 1909, al conducir un convoy a la 2ª caseta del fortín "Alfonso XII"; muy pronto comienza a destacar y brillar con luz propia, recibiendo felicitaciones de los Generales Marina y Tovar, por su comportamiento en campaña, destacando entre ellas la recibida por la defensa de Nador en cuya plaza sostuvo en octubre fuego pie a tierra a las órdenes de S.A.R. el infante don Carlos. En la fotografía, el teniente Alonso Estringana -que sostiene en sus manos un cigarrillo y la característica pitillera- luce el uniforme de rayadillo africano, prescindiendo del ros típico de los cazadores de caballería en favor del gorro cuartelero de color azul turquí con dos franjas celestes, de uso generalizado en los cazadores, por su comodidad".
La fotografía pertenece al archivo particular del autor y fue adquirida en todocolección en enero de 2015.

"El capitán Francisco Alonso Estringana, identificado con el número 4 en la fotografía, acompañado por otros oficiales de la Policía Indígena: Redondo (2), Martínez Monje (3), Pajarero (5), Capablanca (6) Alfaro (7), Civantos (8), Pómes (9), Jiménez Ortoneda (10), Gavila (11) y Cibantos (12). La fotografía pertenece al archivo particular de D. Santiago Domínguez Llosá".

Examinando en el Alcázar de Segovia su hoja de servicios y la documentación incluida en su expediente personal, con el objeto de redactar una futura biografía sobre él,  el autor ha conseguido poner fin a las diversas especulaciones sobre su historial posterior y fallecimiento:

D. Francisco Alonso Estringana se retiró del ejército el día 19 de noviembre de 1940, al cumplir la edad reglamentaria. El 16 de diciembre de 1936 era coronel de caballería y permaneció en situación de disponible forzoso en la primera división hasta la citada fecha de su retiro.

Afortunadamente para él, no participó en la guerra fratricida entre españoles. En mayo de 1936 fue absuelto del delito de sedición por un Consejo de Guerra de oficiales generales republicanos celebrado en Guadalajara (juicio sumarísimo nº 88/1936), demostrándose en dicho juicio que una enfermedad le había impedido incorporarse al destino preceptivo.

Estallada la guerra civil española, por su condición de militar fue denunciado a las autoridades por un maledicente vecino y por ello, detenido el día 28 de julio de 1936, sufrió la pena de prisión en la temible y siniestra prisión de San Antón (Madrid), de tan infausto recuerdo para muchos españoles torturados en la checa habilitada en el citado centro y desde donde salieron muchos otros para ser asesinados en Paracuellos del Jarama. En aquella cárcel estuvo desde el día 29 de julio de 1936 hasta el 30 de enero de 1937, siendo dado de baja del ejército republicano por desafecto al "régimen rojo" (sic) el 17 de diciembre de 1937.

Interesante resulta leer la sentencia dictada por el Jurado Popular de Urgencia nº 4 en el expediente nº 37/1937 (donde intervino también el Juzgado de Instrucción nº 6 de Madrid), FC_CAUSA_GENERAL, 294. Exp. 21 (Archivo Histórico Nacional). En dicha sentencia, de fecha 22 de enero de 1937, se absuelve libremente a D. Francisco Alonso Estringana pues "solo resultaba cierto que no ha sido probado que el inculpado haya realizado acto alguno de desafección al Régimen"; por esa razón, el Ministerio Fiscal retiró la acusación y solicitó la libre absolución. En el acto del juicio, el propio Alonso Estringana había declarado que el día 17 de julio (víspera del alzamiento nacional del 18 de julio) se hallaba en su domicilio no intentando entrar en ninguno de los cuarteles sublevados y sí, por el contrario, efectuó su presentación en la División para ofrecerse al Gobierno añadiendo que no ha pertenecido a ningún partido político ni tampoco a la Unión Militar Española (como se sostenía en las diligencias).

De modo que el coronel D. Francisco Alonso Estringana fue recluido injustamente en la prisión de San Antón, casi 6 meses, por culpa de un maledicente vecino y el odio irracional entre españoles.

Terminada la guerra civil, por orden de 21 de septiembre de 1939 (B.O. Nº 268) se le reintegra en su puesto con la antigüedad de 16 de diciembre de 1936 antes aludida.

Finalmente, uno de los mejores oficiales que tuvo España en el Protectorado marroquí falleció en Benejama (población que en árabe significa "hijo de las tierras fértiles" y que está situada en la provincia de Alicante) el día 19 de abril de 1944, a la edad de 66 años. Contrariando la creencia popular, estaba casado pues su viuda pidió la hoja de servicios del coronel el 16 de junio del mismo año; según el acta de matrimonio contraído el día 11 de mayo de 1934, el enlace se celebró en Madrid con Doña Natalia Calabuig Sanz.

No podía haber encontrado el capitán Francisco Asensi Rodríguez mejor puntal y testigo presencial de su heroico y valeroso comportamiento en el Monte Bubris. De hecho, resulta sobrecogedor leer las declaraciones realizadas sobre el capitán Alonso Estringana por el cónsul de Uxda, D. Isidro de las Cagigas López de Tejada, que, al redactar la correspondiente nota o informe sobre lo ocurrido en la retirada de Zoco el- Telatza, dejó constancia con respecto a dicho oficial de lo siguiente (énfasis añadido): "El cónsul de España en Uxda, en despacho reservado número 50, de 12 de agosto de 1921, ..., hace encomio del capitán D. Francisco Alonso, que antes de abandonar la zona quiso volverse repetidas veces a su puesto y trató de suicidarse dos veces. Sobre su figura no creo preciso insistir, porque sé que el señor cónsul de la Nación en Orán ha trasmitido ya a V. E. sus propias declaraciones". Dicho informe obra al Folio 1.164 de la información gubernativa instruída para esclarecer los antecedentes y circunstancias que concurrieron en el abandono de las posiciones del territorio de la Comandancia General de Melilla en el mes de Julio de 1921. Expediente Picasso.


"Extraordinaria fotografía que pertenece al magnífico archivo de Santiago Domínguez Llosá donde se puede ver, de izquierda a derecha, al General Dámaso Berenguer y Fusté (con guerrera de cazadores), al famoso General José Sanjurjo Sacanell (identificado con el número 2 en la fotografía) y al Cónsul de España en Uxda, D. Isidro de las Cagigas López de Tejada". Archivo de Santiago Domínguez Llosá que ha cedido este documento fotográfico al blog.




"En la fotografía superior (ampliación) puede verse al capitán Francisco Alonso Estringana,  sentado e identificado con un círculo, junto al Cónsul de Uxda. El cónsul lleva sus características gafas de conducir y gorra (en la segunda fila, de pie, el último a la derecha). En la fotografía inferior puede verse también, en el centro, al coronel Riquelme, jefe de la Policía Indígena, acompañado de otros oficiales del referido Cuerpo y rifeños partidarios de España. Archivo de Santiago Domínguez Llosá.




Quedaba así constancia del buen comportamiento del capitán Alonso durante la retirada. También señalaría el cónsul de Uxda que "los heridos y rezagados durante la retirada fueron abandonados (nota del autor: entre ellos el capitán Asensi y sus hombres, que cubrían la retirada) y en ningún caso se trató de ampararlos", a pesar de que el propio capitán Alonso Estringana, a salvo en la zona francesa y consciente del sacrificio de la primera compañía del primer batallón y del sufrimiento del resto de la columna, quiso volverse a la zona de nuevo para ayudar a los rezagados que trataban, desesperadamente, de alcanzar la salvación en zona francesa.

Otras informaciones del señor cónsul se comprobarían inexactas (por ejemplo, la información relativa a que la persecución rifeña cesó al llegar a la vista de la avanzadilla francesa, cuando la realidad fue que muchos soldados españoles fueron degollados por las gumías rifeñas al pie de las alambradas de la avanzadilla francesa de Hassi Uenzga).

Volveremos, más adelante, a hablar del cónsul de Uxda para contrastar y comparar sus informaciones con lo que verdaderamente ocurrió en la retirada de Zoco el- Telatza, a la vista de toda la documentación oficial y más fidedigna que obra en los archivos oficiales.



"Fotografía del capitán Francisco Asensi en el libro
Annual 1921: Las imágenes del desastre (2005)".
En esta fotografía puede apreciarse claramente
la huella del accidente sufrido durante su periodo
de formación militar en la Academia de Infantería
de Toledo, que tuvo como consecuencia la pérdida
de su ojo izquierdo. Con posterioridad, un ojo de
cristal serviría para disimular dicho traumatismo.



"En el centro de la imagen los hijos, huérfanos del capitán Francisco Asensi, José Alfredo y María Asensi López Blanco, que en aquel año de 1921 contaban con 4 y 2 años de edad, respectivamente". Archivo familiar del autor.







"D. Alfredo López-Blanco y Carrera (1860-1936), que tuvo conocimiento
 del comportamiento heroico de su yerno D. Francisco Asensi gracias
a las conversaciones mantenidas con el capitán Alonso Estringana,
el cual le informó  de que su pariente político había muerto o fue herido
 después de atacar unas lomas ocupadas por numeroso enemigo que
"hacía multitud de bajas a nuestras fuerzas", siendo su opinión que el
sacrificio del capitán Asensi se había hecho digno y merecedor de 
notoria recompensa". Archivo familiar del autor

Para todos los historiadores e investigadores que se han atrevido a intentar esclarecer la verdad de lo ocurrido en el desastre de Zoco el-Telatza es un hecho que el teniente coronel D. Saturio García Esteban había dejado claro que había citado en los correspondientes partes oficiales la conducta de aquellos de sus oficiales, cuyo ejemplo y comportamiento su jefe consideraba meritorio, para ver así "si merecían gracia por parte de sus superiores". Así debe entenderse el parte antes citado de fecha 10 de agosto de 1921, donde se relata la muerte del capitán Asensi y otros oficiales de la columna.

Pero es que también el parte-memoria del capitán D. Francisco Alonso-Estringana resultaba muy esclarecedor en este sentido por cuanto en dicho documento, como se verá más adelante en la siguiente entrada del blog, son continuas y reiteradas las referencias expresas al capitán Asensi y la unidad bajo sus órdenes: "la primera Cía del primer bón".

Advierto al lector que ambos partes, tanto el del teniente coronel D. Saturio García Esteban como el del capitán Alonso Estringana, tenían la misma fecha: 10 de agosto de 1921. El primero de ellos iba dirigido al Alto Comisario de España en Marruecos y General en jefe del Ejército de África D. Dámaso Berenguer y Fusté; el segundo, al coronel D. José Riquelme y López-Bago, que ostentaba en aquella fecha la jefatura de la Policía Indígena en Marruecos.

"En la imagen, el coronel D. José Riquelme y López Bago oye las explicaciones
de un soldado indígena de la Policía Indígena, a juzgar por la vestimenta. A su
izquierda y en el centro de la imagen aparece también el capitán Alonso, jefe
muy caracterizado del referido Cuerpo de Policía Indígena y que anteriormente
había estado destinado en el mítico Regimiento de Caballería Alcántara nº 14
porque pertenecía al Arma de Caballería".
Archivo de Santiago Domínguez Llosa



"En la fotografía superior, oficial médico de la Policía Indígena practicando una cura a un soldado de la correspondiente mía, herido en la cabeza. La fotografía pertenece al archivo fotográfico del diario ABC.


"En la imagen superior, el coronel Riquelme con diversos oficiales y soldados de la Policía Indígena durante las operaciones de reconquista del territorio del Rif Oriental en 1921-1922. Entre ellos puede distinguirse claramente al capitán Alonso Estringana, con bastón y uniforme claro. "España en sus héroes", editorial Ornigraf, 1969.

Pues bien, el artículo 37º del Reglamento de la Real y Militar Orden de San Fernando, disponía lo siguiente (énfasis añadido):

"La apertura del procedimiento para conceder esta Cruz corresponde precisamente al jefe más caracterizado del ejército, escuadra, distrito o apostadero donde se realice el hecho meritorio, y habrá de disponerse dentro del plazo de cinco días, a partir del en que dicho jefe reciba el parte detallado de la acción o episodio militar que lo motiva, y publicarse desde luego en la orden general correspondiente, comunicándolo además al interesado. Cuando los actos que merezcan el abrir juicio contradictorio se realicen por el jefe de fuerzas o barcos independientes o por los capitanes o comandantes de distrito o apostadero que no tengan nombramiento de generales en jefe, corresponderá la apertura del juicio al Ministerio de la Guerra o al de Marina, según los casos, y en las condiciones consignadas anteriormente."

Si se lee detenidamente el parte al que hemos hecho referencia con anterioridad (Folio 772 del Expediente Picasso. FC-TRIBUNAL_SUPREMO_RESERVADO, Exp. 50, N.4), redactado por D. Saturio García Esteban y dirigido al General en jefe del Ejército de África D. Dámaso Berenguer, queda meridianamente claro que dicho general estaba informado del comportamiento del capitán Asensi, concretamente de su muerte en rudo combate, y de los avatares de la unidad que estaba bajo sus órdenes pues en dicho parte, accesible al lector en el portal "pares" del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, son también continuas y extensas las referencias a la primera compañía del primer batallón del Regimiento de África nº 68; en dicho parte se identifica claramente al "Capitán Asensi" como jefe de: "la 1ª del 1º".


"Comunicación oficial del Ministerio de la Guerra -Negociado de Marruecos- por la que se pone de manifiesto que se ha recibido el telegrama número 558 del Alto Comisario de España en Marruecos General D. Dámaso Berenguer, de fecha 14 de agosto (4 días después de haber sido redactado el ya citado parte del teniente coronel Saturio García Esteban, de fecha 10 de agosto de 1921), por el que se informa al referido Ministerio de la muerte en combate del Capitán Francisco Asensi y de otros oficiales de la columna de Telatza. Este documento prueba que Berenguer tenía perfecto conocimiento de las circunstancias que rodearon la muerte del Capitán Asensi al haber recibido el referido parte del teniente coronel García Esteban". A pesar de ello, en la documentación oficial se citará a dicho capitán como "desaparecido". Expediente personal del Capitán Francisco Asensi Rodríguez. Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.

El anterior telegrama era un acto debido, pues el artículo 90 de la Ley del Registro Civil, de fecha 17 de junio de 1870, disponía lo siguiente (énfasis añadido): "Si el fallecimiento de militares ocurriese en campaña en territorio español donde a la sazón no impere la Autoridad del Gobierno legítimo, o en territorio extranjero, el Jefe del Cuerpo a que perteneciera el difunto dispondrá el enterramiento y lo pondrá en noticia del Ministerio de la Guerra; remitiéndole copia duplicada de la filiación, para que éste haga verificar la inscripción en el Registro del último domicilio del finado, si fuere conocido, o en el de la Dirección General en otro caso". Colección Legislativa de España, Madrid: Imprenta Nacional, (1848-1893), volumen 103, página 840.

Sin embargo, a pesar de ello, el Ministerio de la Guerra no verificó la inscripción de defunción en el Registro Civil de Melilla (último domicilio del capitán Asensi); imperdonable omisión que provocará, posteriormente, una lamentable confusión al tener estos documentos carácter reservado. Tan cierto era el fallecimiento del capitán que el 18 de septiembre del año 1921 se publicó la baja del capitán Asensi y de los referidos oficiales en el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra número 208, por haber fallecido en los últimos combates del mes de julio del mismo año.



"En la imagen superior, publicación de la baja del capitán Asensi en el D. O. Número 208, de fecha 18 de septiembre de 1921". Dicho fallecimiento fue comunicado a su viuda por oficiales del Regimiento África nº 68, en aquellas fechas y sin dar más detalles sobre tan triste acontecimiento (por esa razón, en octubre de 1921 se publicó su esquela y se celebró el correspondiente funeral). Biblioteca virtual del Ministerio de Defensa, Gobierno de España.

Sin embargo, el día 27 de mayo de 1922 se publicó el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra número 116 donde, sorprendentemente, se dejó sin efecto la baja publicada el día 18 de septiembre de 1921, por "no existir prueba testifical ¡ni de ninguna otra clase! que acredite la muerte del capitán Asensi y de los oficiales también citados en el telegrama 558"; de este modo, se dispuso en cambio que dichos oficiales fueran dados de alta en la relación de desaparecidos hasta que se cumpliese lo ordenado en el artículo 90 de la Ley del Registro Civil o transcurriese el tiempo fijado por Real Orden de 26 de julio de 1884 (tal y como el lector podrá leer en la imagen inferior). Hay que destacar la increíble referencia que hacía el Diario Oficial al artículo 90 de la Ley del Registro Civil, anteriormente transcrito y que ya había sido escrupulosamente observado por el general Berenguer al enviar el telegrama número 558.


El telegrama número 558 del Alto Comisario de España en Marruecos General D. Dámaso Berenguer, de fecha 14 de agosto de 1921, y el parte anterior del teniente coronel Saturio García Esteban (folio 772 vuelto del Expediente Picasso), de fecha 10 de agosto del mismo año, COMO SI NO HUBIERAN EXISTIDO: los muertos que no se admitieron. En cuanto a la prueba testifical de su muerte, hubiese bastado con tomar declaración a los oficiales y soldados supervivientes de la compañía del capitán Asensi, o al mismísimo capitán Francisco Alonso Estringana. Nada de eso se hizo, evidentemente, y la familia del capitán Asensi siempre consideró a su pariente como desaparecido, pues nunca vieron el telegrama número 558 ni el parte del teniente coronel Saturio García Esteban; eran documentos que tenían carácter reservado al formar parte del trascendental Expediente Picasso.

El caso del teniente D. Miguel Morales Delgado resultaba más llamativo, y lacerante, porque obraba al folio 1.277 del Expediente Picasso la declaración testifical jurada, formulada el 10 de octubre de 1921 por su capitán, D. Pedro Moreno Muñoz, por la que éste último declaraba ante el general Picasso lo siguiente, énfasis añadido: "Al empezar a subir las laderas, mataron los mulos, quedando abandonadas las municiones  y mataron al oficial, cuyo cadáver no pudo ser retirado".

El carácter secreto y reservado de estos documentos hicieron el resto porque la viuda del teniente Morales, doña Filomena Carrera Ruiz de la Cuesta, solicitó que se dejase sin efecto la baja de su difunto esposo, en tanto no constase la inscripción y prueba de su defunción. Ciertamente esto favorecía a las familias, pues suponía seguir cobrando íntegro el sueldo de sus difuntos como desaparecidos hasta enlazar, más tarde, con la pensión de viudedad. 

Y así, el autor no ha podido evitar recordar un episodio que leyó hace quince años y que le causó una honda y dolorosa impresión: D. Juan Pando Despierto, en su magnífico libro "Historia Secreta de Annual", escribió lo siguiente bajo la rúbrica "Manella y cinco más, los muertos que no se admitieron":

<<Los prisioneros enterradores que dirigía Basallo localizaron e identificaron el cadáver del jefe de Alcántara, "que tenía cinco balazos". Manella era un valiente y supo morir como tal. A su lealtad, y a la de los caídos en Annual, respondió el militarismo alfonsino con un proceder tan amoral como pusilánime.

Basallo y los suyos darían sepultura, en la zona de Annual, a 697 cadáveres de españoles "sin identificar", pero el sargento advertiría en su detallista Informe: "Además, identificados, en lugar próximo a la fosa del capitán Salafranca, los siguientes: coronel Manella, comandante Benítez, capitán Federico de la Paz, y tenientes Julio Bustamante, Eugenio Nougués y Alberto Escrich." Corría la primera semana de febrero de 1922.

Basallo mandó este importante mensaje al coronel Civantos Buenaño, comandante del Peñón de Alhucemas. Y Civantos lo reexpidió, vía telegráfica, a Sanjurjo (comandante general en Melilla por aquellas fechas). Sanjurjo, a su vez, lo envió a La Cierva, todavía ministro de la Guerra, y a Berenguer, que seguía siendo alto comisario. Tan altas cabezas callarán. Las familias no fueron informadas y el país nada supo. Ese despacho, el nº 4.333, del 4 de febrero de 1922, como si no existiese.

En 1997, Concepción Manella, nieta del coronel, mostró su sorpresa -y su indignación- por un hecho tan cruel, cuando su madre (sic) había estado ¡diez años! buscando noticias. Diez años "molestando a generales y ministros", para averiguar "si era posible" rescatar el cuerpo de su esposo. Nadie le dijo nada de ese telegrama, el nº 4.333. Los silencios fueron para toda la España enlutada por Annual. El régimen alfonsino no expedía certificados de muerte. Sólo de "desaparecidos". Y eso con tiempo.

La viuda de Manella recibirá uno de ellos, el 4 de mayo de 1928. Procedía del Servicio de Administración del Ministerio de la Guerra, y lo firmaba su director, Antonio Losada Ortega. Contradicción suprema: el remitente adjuntaba a doña María "el certificado de desaparecido de su difunto esposo". Si era "difunto", no estaba desaparecido. María Du Quesne Montalvo murió en 1953 sin saber nada de su marido, perdido en Annual">>. Páginas 336 y 337 del libro "Historia secreta de Annual". Temas de Hoy, 3ª Edición de 1998.


"En la imagen superior, extracto del telegrama enviado por el general Sanjurjo (comandante general de Melilla) el 4 de febrero de 1922 al Ministro de la Guerra. El despacho, con el número de registro de Subsecretaría 4.333, donde aparece la copia del referido telegrama se encuentra en el legajo 364/4 del Archivo Fundación Antonio Maura en Madrid. Las familias no fueron informadas del trascendental hallazgo e identificación, quizás por el pánico oficial a que la opinión pública reclamase la recuperación de cadáveres y Abd el- Krim exigiera una considerable suma de dinero para hacer efectiva su repatriación".

Pues eso, los muertos que no se admitieron. Y la familia del capitán Asensi empieza a entender por qué siempre se consideró en la familia a su pariente como desaparecido. Resulta inquietante comprobar que se trataba de los mismos personajes (el general Sanjurjo y el general Berenguer). En esta ceremonia de la confusión u ocultación (el lector sabrá juzgar con mejor criterio que el autor), los documentos oficiales (en este caso el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra número 116, de fecha 27 de mayo de 1922) debieron pesar más que el fidedigno testimonio del capitán Francisco Alonso Estringana.

En cuanto al coronel D. Francisco Manella Corrales -valiente y gallardo jefe del laureado Regimiento de Caballería Alcántara número 14-, aunque falleció luchando en el desfiladero del Izzumar durante la retirada de Annual,  estará por fin orgulloso de que España haya reconocido, en el año 2012, la gesta realizada en el cauce del río Igan por su Regimiento, en cuya instrucción y dirección tanto se significó este oficial.



"Extracto de un ejemplar del periódico "La Libertad", de fecha 11 de agosto de 1921, donde se afirma que diversos testigos vieron morir a los capitanes Apolo Lagarde y Francisco Asensi. Las unidades al mando de estos oficiales (Compañía de Ametralladoras y 1ª del 1er bón) demostraron una gran cohesión en el momento crítico de la retirada a la zona francesa. El capitán Lagarde (1877-1921, nacido en Puerto Príncipe, Cuba) desplegó su compañía de ametralladoras hacia la izquierda de la marcha, para cubrir también el avance de la columna, sufriendo nutridísimo fuego de la montaña de enfrente". Ejemplares de título: La Libertad (Madrid, 1919). Hemeroteca Digital. Biblioteca Nacional de España. Madrid (página 441 de 5826). Ampliación del autor


"Extracto del parte redactado por el capitán Alonso Estringana, donde se describe la dispersión sufrida por algunas fuerzas de la columna en retirada. A causa del intenso ataque, los accidentes del terreno abrupto y la gran cantidad de bajas sufridas en el Cuadrilátero, la compañía de ametralladoras y parte de la columna (5ª  y 3ª compañías del 2º bon) equivocaron el camino y tomaron un falso camino, hacia la izquierda del sentido de la marcha, perdiendo muchísimos efectivos al darse cuenta de su error e intentar tomar el camino correcto hacia la zona francesa (el collado de salida de la cuenca o desfiladero). 

Otra versión, más fidedigna, sostiene que, antes de entrar en el desfiladero, la compañía de ametralladoras, bien dirigida por el capitán Lagarde, se echó a la izquierda para tomar posición, emplazar las máquinas y proteger el avance de las compañías de vanguardia y centro de la columna pero sufrió un fuego tan intenso y nutrido de la montaña de enfrente que desapareció el capitán Lagarde y la compañía se desorganizó al morir los mulos que portaban las ametralladoras (un mulo llegó incluso a despeñarse, rodando con toda su carga hacia el fondo de un barranco). Las fracciones de la izquierda (la doble hilera que faldeaba las laderas de Yebel - Ben - Hiddur), probablemente malinterpretaron el movimiento de la compañía de ametralladoras y se echaron también hacia la izquierda del sentido de la marcha, a pesar de las voces y órdenes de sus mandos y otros oficiales de la columna. No obstante, algunos oficiales y soldados de este grupo lograron darse cuenta de su error, cambiar su ruta  y llegar a la zona francesa, con un número más elevado de bajas. Ninguna compañía fue aniquilada en sentido estricto, la compañía de ametralladoras tuvo 23 supervivientes de un total de 45 efectivos: 42 soldados y tres oficiales. Folio 874 del Expediente Picasso (FC-TRIBUNAL_SUPREMO_RESERVADO, Exp. 50, N.4). Archivo Histórico Nacional. Ampliación del autor.



En la imagen, la ametralladora francesa Hotchkiss M1900, modelo de la serie española extraoficial 1907-1909 (que fue mejorado por la versión Mle 1914). Es prácticamente idéntica al armamento principal de la compañía de ametralladoras del 2º batallón, que formaba parte de la columna móvil del regimiento África 68. Basada en un diseño del capitán austrohúngaro Barón A. Odkolek von Augeza, cuyas patentes fueron compradas por la empresa francesa, era una ametralladora accionada por los gases del disparo y refrigerada por aire. El cilindro de gases situado bajo el cañón tenía un pistón regulable que podía ajustarse a la cadena normal de 450 disparos por minuto. El arma tenía 32 piezas incluyendo 4 resortes, haciéndola fácil de desarmar; era fiable y sencilla de alimentar por un equipo de hasta tres sirvientes, a pesar de que cada peine sólo tenía 24 cartuchos 8 x 50 R. Lebel o 7 x 57 Mauser (con un alcance máximo efectivo de 3.800 metros aproximadamente). Cada peine vacío era eyectado automáticamente tras haber sido disparado su último cartucho, dejando el cerrojo abierto y en posición posterior. Al introducir un nuevo peine lleno en la ametralladora se soltaba el cerrojo y el fuego continuaba (también era posible alimentar el arma con una cinta articulada de 250 cartuchos). El cañón podía alcanzar la temperatura de 400º C, volviéndose de color rojo oscuro, hasta que se disipaba automáticamente dicha temperatura; situación que sólo ocurría en combates de emergencia y extrema violencia. El gran inconveniente que tenía esta ametralladora era su tremendo peso (que pudo comprobar el autor), pues la ametralladora y su trípode pesaban en total casi 50 kg.

En la retirada de la columna hacia la zona francesa no llegaron a tener gran protagonismo (a pesar de contar la compañía con tres máquinas, pues una de las cuatro con que contaba la unidad se encontraba en Annual), incluso hay testimonios (alférez Montero) que refieren que quizás no llegaron a entrar en acción, por lo que fueron inutilizadas por el personal de la compañía y elementos de la 1ª del 1º. La muerte del capitán accidental de la compañía, Apolo Lagarde Leyva, así como la de los mulos que portaban las máquinas junto a muchos de sus sirvientes, sumieron a la unidad en una terrible confusión, desorganizándola, por lo que el potencial de esta unidad no pudo hacerse verdaderamente efectivo en la retirada. Para juzgar lo ocurrido habría que haber estado allí pero parece que la inicial cohesión de la unidad, gracias a la iniciativa de sus mandos, se tornó en letal dislocación al morir su capitán y sufrir un intenso fuego que abrumó a una tropa bisoña, agotada, abrasada por el intenso calor y sedienta. La dificultad de desplazar las armas, dado su tremendo peso para la época, sin duda desempeñó también un papel determinante. La fotografía fue tomada por el autor en la "Sala Coronel Asensi", que forma parte de la Sala Histórica del Tercio "Gran Capitán 1º" de la Legión; museo donde se encuentra dicha arma y cuyo acceso al mismo es público y gratuito.

"Fotografía que pertenece al archivo particular de Santiago Domínguez Llosá, en la que se observa a los sirvientes de una ametralladora Hotchkiss. La fotografía fue tomada en mayo de 1921, en el campamento de Zoco el- Telatza, y sus protagonistas pertenecían a la compañía de ametralladoras del 2º batallón, cuyo mando accidental fue desempeñado por el capitán Apolo Lagarde Leyva (en el momento del desastre, este oficial ya había sido ascendido a comandante y se hallaba pendiente de incorporarse a su nuevo destino). La unidad solía ejercitarse en el campo de tiro de Ben Hiddur; un equipo bien entrenado tardaba aproximadamente tres minutos en montar las máquinas y hacer fuego, como señala Domínguez Llosá, pero los rifeños aprovechaban cada disparo porque si conseguían abatir a los que llevaban los trípodes, lograban inutilizar las máquinas. En esta fotografía, el tirador (que solía ser siempre un cabo), rodeado de las cajas de munición con peines rígidos, parece ostentar la graduación de sargento y lleva en su cinto la característica pistola Campo Giro, modelo 1913-1916, con munición de 9 milímetros largo y fabricada en la localidad vizcaína de Guernica y Luno. El inventor de esta pistola fue el militar cántabro D. Venancio López de Ceballos y Aguirre (1856-1917).


"Elementos de la compañía de ametralladoras del 2º batallón del Regimiento África nº 68, durante un descanso en el período de operaciones. Entre ellos destacan el sargento D. Manuel Lorente, muerto en la retirada de la columna hacia la zona francesa, y el suboficial D. Antonio Bautista Fernández, que logró llegar vivo al campamento francés de Hassi Uenzga. Eran otros tiempos que no presagiaban el triste final reservado para la citada compañía. Archivo particular Santiago Domínguez Llosá.

"Extracto del parte del teniente coronel D. Saturio García Esteban, de fecha 2 de septiembre de 1921, en el que se califica de heroico el comportamiento de los capitanes de la columna, muertos en la retirada, D. Apolo Lagarde, D. Francisco Asensi y D. Andrés Molero. Especial mención hace también dicho parte a los capitanes D. Ernesto Rodríguez Chacel (muerto en la defensa de la posición avanzada de Haf, por lo que sería también propuesto para la Cruz de San Fernando) y D. Antonio Alcaine Albiñana (desaparecido en la posición de Arreyen Lao). El parte del teniente coronel García Esteban fue proporcionado al autor por Santiago Domínguez Llosá.


                                                            "Capitán Andrés Molero Pimentel". Archivo del autor

El capitán melillense Andrés Molero Pimentel (1887-1921), comandante de la 3ª compañía del 2º Batallón y del que existen pocos datos en el Expediente Picasso, estaba en posesión de cuatro Cruces Rojas del Mérito Militar de 1ª clase y era un oficial experto, habiéndose distinguido en la ocupación de Reyen de Guerruao con anterioridad a los sucesos de julio de 1921; oficial con valor acreditado y que perteneció también a la Policía Indígena, murió de forma dramática, herido y protegido por su hermano mayor, el sargento Marcelino Molero Pimentel, que sucumbió también en su defensa frente a los rifeños (el periódico dio la versión de que fue el capitán quien se quedó protegiendo al sargento)".

Verdadera admiración causa leer la hoja de servicios del capitán Molero Pimentel, donde se relata cómo el 16 de febrero de 1915, prestando servicios de emboscadas, reconocimiento y protección de caminos, cooperó en la captura de un rifeño que conducía 1.500 paquetes de dinamita. Más tarde, el 16 de mayo de 1915, fue citado en el correspondiente parte militar como distinguido por la rapidez y decisión con que hizo el avance de la infantería, bajo el fuego eficaz del enemigo, para ocupar Ber-Kan  y las lomas de sus alrededores. Ésta era la clase de hombres que murieron en el infierno del "Cuadrilátero".

El temple y la gallardía de estos capitanes pudieron ser constatados por el propio capitán Sigifredo Sainz Gutiérrez, oficial de Estado Mayor y ayudante del general Felipe Navarro durante la retirada de Annual. Después de conferenciar con ellos, nada más ocurrir el desastre de Annual y antes de que se cortaran las comunicaciones con la Comandancia General de Melilla, transmitió al general Navarro el ánimo de los oficiales del Zoco el- Telatza en los siguientes términos: "Me dice ponga en conocimiento de S. E. que por aquella columna no tenga cuidado ninguno, que están dispuestos a todo. En su conversación demostró gran entusiasmo y un excelente espíritu" (página 23 del libro escrito por el capitán Sainz con el título: "Con el general Navarro. En operaciones. En el cautiverio, prólogo del barón de Casa Davalillos, Felipe Navarro y Ceballos Escalera". Sucesores de Rivadeneyra, Madrid).

Más tarde, la angustiosa carencia de municiones, agua y víveres les devolvió a la dura realidad.

Por su parte, el capitán D. Pedro Moreno Muñoz, jefe de la 6ª compañía del 1er Batallón, declararía ante el general Picasso lo siguiente: "Como quiera que los moros se habían apoderado de unas alturas hacia la izquierda de la marcha, hubo necesidad de acelerar la marcha por el valle y aun de ocupar otra posición hacia su cabecera para protegerla". (NOTA DEL AUTOR: La compañía del capitán Asensi fue la encargada de ocupar dicha posición, que dominaba la entrada del desfiladero, para proteger el avance de las compañías de vanguardia y centro de la columna). Folio 1.278 del Expediente Picasso (FC-TRIBUNAL_SUPREMO_RESERVADO, Exp. 50, N.6). Archivo Histórico Nacional.




En la fotografía superior, el capitán D. Pedro Moreno Muñoz (Archivo del autor). Nacido en Aranjuez (Madrid) en 1895, sobrevivió a la dura retirada hacia la zona francesa y continuó destinado en Marruecos siendo condecorado con la Medalla Militar de Marruecos en 1922 y con una Cruz del Mérito Militar de 1ª clase con distintivo rojo en 1924 (por los servicios de campaña realizados desde el 1 de agosto de 1922 hasta el 31 de diciembre de 1923). En julio de 1921 protegía con su compañía la posición de Loma Redonda (41 soldados y el teniente D. Miguel Morales Delgado, que falleció en el repliegue efectuado por su compañía sobre Kudia Sidi Alí y, posteriormente, sobre el Zoco el- Telatza); efectivos de su compañía defendían también la posición de Tazarut Uzai (60 soldados a las órdenes del alférez D. Francisco Dueñas Sánchez, que murió defendiendo la posición a pesar de su cercanía a la zona francesa y de la orden recibida para su evacuación) y la de Siach nº 2 (13 soldados bajo el mando del sargento D. Marcelino Molero Pimentel cuyo hermano, Andrés, estaba destacado en el campamento de Zoco el- Telatza al mando de la 3ª compañía del 2º batallón).

En su declaración ante Picasso, el capitán Moreno recordaría que: << Al amanecer entraron en un valle que gráficamente denominaba la gente de la columna "el Cuadrilátero", viendo que llegaba la caballería enemiga por la derecha y retaguardia y que los montes de la izquierda se coronaban de moros, se separaron las hileras de la derecha de las de la izquierda hasta distancia de trescientos metros, y como el fuego arreciara, se tocaba alto y fuego para que las hileras volvieran cara a los flancos respectivos y repelieran con el suyo la agresión, como venía haciendo la guerrilla de vanguardia. La muerte de muchos mulos había obligado a abandonar los heridos que conducían, el relevo de las camillas en qué eran llevados otros se hacía sumamente peligroso tanto por el fuego de los moros como por el cansancio y resistencia que oponía la tropa, muy decaída ya al subir el repecho de salida del valle. Como quiera que los moros se habían apoderado de unas alturas hacia la izquierda de la marcha, hubo necesidad de acelerar la marcha por el valle y aun de ocupar otra posición hacia su cabecera para protegerla. Distanciadas las hileras de la izquierda de la columna, de sus homólogas que recorrían el fondo del valle, hubieron de separarse de la dirección de la marcha, desatendiendo las indicaciones del mando, ganando las alturas de la izquierda, volviendo al llano del Guerruao, extraviados y donde debieron encontrar el mayor golpe del enemigo >>.



En la imagen superior, el teniente D. Arturo Mandly Ramírez (1881-1921). Nacido en Cáceres el 24 de agosto de 1881, era hijo del capitán de infantería D. Ricardo Mandly García e ingresó en el Ejército como soldado de infantería voluntario el 30 de diciembre de 1899. En 1901 ascendió a cabo por elección y cinco meses después ya era sargento, también por elección.

Pero lo mejor aún estaba por llegar, por Real Orden de fecha 20 de abril de 1910 (D.O. Nº 86) se le concede el empleo de segundo teniente de infantería (Escala de Reserva), por méritos de guerra y como recompensa a su distinguido comportamiento en el reconocimiento sobre el collado de Atlaten y ataque posterior al campamento de Nador.

Este oficial, con valor acreditado, fue condecorado con la Cruz de Plata del Mérito Militar con distintivo rojo (que luce en la fotografía superior junto a las medallas conmemorativas de los sitios de Zaragoza, Astorga y Gerona, la medalla de Alfonso XIII y la medalla conmemorativa de campaña de Melilla) y la pensión mensual de 7,50 pesetas, por su comportamiento y méritos contraídos en la acción de Leddara y toma del poblado de Mayen Mafrú- Briam el 6 de septiembre de 1909 (Real Orden de fecha 20 de enero de 1910, D.O. Nº 17).

En la fotografía, el teniente Mandly luce el uniforme y ros del Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey número uno, el regimiento más antiguo del mundo (1248) y al que perteneció desde el 1 de noviembre de 1901 hasta fin de abril de 1910. El característico ros debe su nombre al general D. Antonio Ros de Olano (1808-1886), nacido en Caracas pero de origen catalán, que introdujo en el Ejército esta prenda del uniforme.

En julio de 1921, el valiente teniente Mandly estaba destinado en Batel recibiendo la orden de dirigirse al Zoco el- Telatza al frente de la 3ª compañía del 1er batallón (su capitán, D. Adolfo Bermudo Soriano, permaneció en Batel al mando de una de las compañías provisionales constituidas antes del desastre). El teniente Mandly murió también en el Cuadrilátero al frente de su unidad que marchaba en vanguardia de la columna, con sus secciones desplegadas en guerrilla para hacer frente al intenso fuego recibido de frente y por el flanco derecho. La fotografía pertenece al archivo de la familia Arias Durán.

NOTA DEL AUTOR: los siguientes párrafos de este cuadrante han sido añadidos en marzo de 2014, como consecuencia de la investigación desarrollada en el Archivo General Militar de Segovia los días 5 y 6 de marzo de 2014.




El autor ha descubierto que el teniente D. Arturo Mandly Ramírez es uno de los grandes héroes olvidados del desastre de Zoco el- Telatza. Las fuerzas bajo su mando directo fueron las que sostuvieron la parte más dura de la lucha hasta el extremo que, siendo estas tropas vanguardia de la columna, se quedaron formando la retaguardia y protegiendo la marcha de la columna, tal y como declararía el cabo de la compañía Prudencio Romo Rodríguez .

La tercera compañía del primer batallón marchaba en la extrema vanguardia y había destacado dos flanqueos próximos a la columna. Al amanecer, cuando la columna fue atacada por los rifeños desde unas grandes chumberas, situadas a la entrada del valle del Cuadrilátero, así como por la caballería mora (que atacaba por la derecha del sentido de la marcha), el teniente Mandly ordenó romper el fuego con objeto de proteger el avance de la columna. El teniente no paraba de recorrer las dos secciones de su compañía, desplegadas en guerrilla por el flanco derecho, ordenando la apertura y cese de fuego cuantas veces lo creyó necesario. Desde luego que la compañía del teniente Mandly no necesitaba estímulo para luchar sobre todo viendo a su oficial con un dominio completo de su persona e infundiendo con su presencia aliento a la fuerza que mandaba para continuar luchando.

Todos los testimonios le sitúan en el flanco derecho, protegiendo el avance de la columna por la diagonal del cuadrilátero que formaba el valle que tenían que recorrer. Mientras tanto, la 2 ª sección de la compañía -mandada por el alférez D. Evaristo Falcó Corbacho- fue desplegada por el flanco izquierdo para hacer frente al fuego procedente de dicho flanco. Recordando la declaración del capitán Moreno Muñoz, anteriormente transcrita, éste es el origen de la separación de las hileras de la columna en retirada (una doble hilera por la derecha y otra doble hilera por la izquierda, pues las compañías que marchaban a continuación hicieron lo mismo que la unidad del teniente Mandly, para responder al doble fuego recibido por ambos flancos.

En palabras del alférez D. Eduardo Navarro Chacón (1898, Madrid - 1936, Almería), que formaba parte de la compañía de ametralladoras: "No vio el acto que el teniente realizó por ir éste en vanguardia y el declarante en el grueso de la columna pero que oyó decir que dicho teniente quedó sólo con sus fuerzas, protegiendo el flanco derecho y que allí murió con toda su fuerza".


                                                                             "Alférez Navarro Chacón"

El alférez Navarro Chacón era el oficial de la compañía de ametralladoras al que, según el capitán Alonso Estringana, el teniente de la Policía Indígena Victor San Martín había solicitado una ametralladora, para emplazarla y sostener el ataque de la compañía del capitán Asensi contra las crestas de la izquierda, ocupadas por numeroso enemigo que se echaba encima atacando a la columna, no concediéndose dicha autorización y sin mencionar las causas de ello. 

Sí sería testigo presencial el teniente burgalés D. Daniel Herrera Merino (1896-1936), también de la compañía de ametralladoras, que recordaría lo siguiente: "Que vio cuando más duro era el combate en el Cuadrilátero que el citado teniente protegía con el fuego de unas guerrillas de su unidad la marcha de la columna hacia la zona francesa, causándole el enemigo más de la mitad de bajas en su compañía y en cuya acción encontró gloriosa muerte según más tarde se enteró el declarante".


                                                                         "Teniente Daniel Herrera Merino"

Por su parte, el alférez de la compañía del teniente Mandly, D. Evaristo Falcó Corbacho (1895-1966), declararía el 2 de mayo de 1923 lo siguiente: "Que no sabe si el teniente Mandly realizó algún hecho heroico y únicamente por referencia sabe que su comportamiento fue inmejorable. Cuando el declarante mandaba la 2ª sección de la compañía, pudo comprobar por sí mismo que el teniente Mandly con su sección desplegada ejecutó un cambio de frente sobre el flanco derecho con objeto de contener al enemigo, protegiendo de esta manera la retirada del resto de la columna; desde este momento ya no tuvo más noticias de él".



Así, nunca pudieron imaginar los oficiales y soldados de la columna de Zoco el- Telatza que la llegada de la primera y tercera compañías del primer batallón del África nº 68 al campamento del Zoco el- Telatza (la primera llegó el día 21 de julio de 1921 y la tercera el día 22 por la tarde) resultaría tan determinante y providencial. El sacrificio del teniente Mandly con dos secciones de su compañía, protegiendo el flanco derecho a la entrada del cuadrilátero, y el posterior sacrificio del capitán Asensi y el teniente Mestre Martorell, lanzándose con dos secciones de la primera compañía del primer batallón para ocupar el monte de la izquierda que dominaba la entrada del desfiladero de los montes Fetachas, resultaron decisivos y determinantes para decidir la suerte de sus compañeros.

Y, como en el caso del capitán Asensi, el sacrificio del teniente Arturo Mandly también quedará sin recompensa.

Propuesto para la Cruz Laureada de San Fernando, su expediente de juicio contradictorio terminó con el informe favorable del Juez instructor, que lo consideraba acreedor de la cruz por entenderlo incurso en el artículo 54, párrafo IV 1er caso: "En vanguardia, retaguardia, flanqueo o servicio avanzado, no fortificado, sostener el combate contra fuerzas superiores, sin iniciar el repliegue hasta tener por lo menos un tercio de bajas entre muertos y heridos, y llegado este caso, verificarlo con orden y pericia militar". Pues bien, a pesar de ello, el motivo para denegar la Cruz Laureada de San Fernando al teniente Mandly fue el siguiente: "Que teniendo en cuenta que la instancia solicitando la apertura de juicio a favor del causante, está formulada por un hermano del mismo y preceptuado por el artículo 39 del Reglamento vigente que sólo el interesado puede solicitar la apertura de juicio contradictorio,  facultad que el Real Decreto de 3 de mayo de 1922 amplia a los padres, hijos o viudas de los fallecidos sin haber podido ejercer el derecho del citado artículo; considerando que el solicitante, que es capitán del Ejército, debió enterarse oportunamente como parte interesada de la soberana citada disposición, y puesto que esta daba suficiente tiempo para ello, haber subsanado el error cometido, procede dar carácter de nulidad a todo lo actuado con arreglo a lo resuelto por esta Asamblea en casos idénticos entre los que se encuentra el del fallecido capitán de Artillería Bandín Delgado, que fué visto en el Pleno celebrado por este Alto Cuerpo el 25 de abril pasado". Acuerdo del Pleno de la Asamblea, de fecha 17 de octubre de 1925 y conforme al criterio de los señores fiscales militares. La Real Orden del rey Alfonso XIII que confirma la nulidad de todo lo actuado es de fecha 21 de diciembre del año 1925. 

Lo sorprendente y desconcertante de este caso es que la instancia solicitando la apertura de juicio contradictorio a favor del teniente Mandly fue presentada el 21 de octubre de 1921 por su hermano, el capitán de la Escala de Reserva D. Ricardo Mandly Ramírez, pero... EN NOMBRE DE LA ESPOSA DE SU HERMANO DOÑA MANUELA ARIAS DURÁN. Por eso obra al folio 170 de dicho expediente de juicio contradictorio un dictamen del mismísimo señor Auditor de Guerra de la Comandancia General de Melilla, de fecha 24 de octubre de 1923, donde puede leerse lo siguiente (énfasis añadido): "... Y rogará a dicha Comandancia se sirva indicar motivos por los que no propuso en su día, directamente, la formación del presente juicio contradictorio haciéndolo únicamente al recibir la instancia de la esposa del oficial para quien se solicita la concesión de la Cruz de San Fernando". Por lo demás, no consta en el expediente diligencia por la que se requiriese al capitán Ricardo Mandly para que acreditara la representación que alegaba, representación que parecía presumirse y admitirse por la Administración durante toda la tramitación del expediente hasta el informe de los señores fiscales militares del Consejo Supremo de Guerra y de Marina.



En la imagen superior, extracto del inédito parte del teniente coronel García Esteban, de fecha 14 de noviembre de 1921 y descubierto recientemente por el autor, en el que se cita como distinguidos a los oficiales de la columna que se distinguieron en los combates sostenidos en el cuadrilátero y en el desfiladero "Maachen" de los montes Fetachas. La compañía del teniente Mandly, compuesta por 103 soldados y dos oficiales, tuvo 63 muertos y 42 supervivientes (aunque en algún listado aparece también la cifra de 44 supervivientes) lo cual acredita que las dos secciones que mandaba el teniente fueron prácticamente exterminadas. En el mismo parte, en el que se detalla -unidad por unidad- el comportamiento de los oficiales de la columna, se elogia el comportamiento de los oficiales de la primera compañía del primer batallón, en los siguientes términos (énfasis añadido):

"Al llegar al cuadrilátero de los Montes Ben Hiddur y Ftacha, tomó posiciones desplegando la primera y segunda secciones en guerrilla, conteniendo con sus fuegos al enemigo que se venía encima atacando a la columna, bajando de los mencionados Montes, siendo necesario reforzar la guerrilla con la 3ª sección; desapareciendo en el fragor de la lucha el Capitán Don Francisco Asensi Rodríguez y Teniente Don Juan Mestre Martorell y la mitad de clases y soldados de la compañía, pudiendo el Teniente Don Bernardino Bocinos Villaverde (que en aquel momento ostentaba la graduación de alférez), que se hizo cargo del mando de la Compañía, y el Alférez Don Francisco Sánchez Oliva, reorganizar la Compañía y traspasar el desfiladero de los Ftachas, internándose con la columna en la zona francesa. Estos Oficiales se distinguieron por las acertadas medidas adoptadas en las distintas fases del combate. Esta compañía estuvo el día 23, guarneciendo el campamento de la 9ª Mía de Policía, mientras ésta llevó el convoy a la posición de Haff; el día 24, se concentró de nuevo a la posición de Zoco T´latza". 

NOTA DEL AUTOR: espero que el lector advierta la contradicción en que incurre el teniente coronel García Esteban en este tardío parte (de fecha 14 de noviembre), en relación con lo que el mismo jefe declaró en su otro parte anterior -de fecha 10 de agosto de 1921 y, por tanto, más fidedigno porque fue redactado sólo 15 días después de la trágica retirada- en el que detalló que el capitán Asensi fue muerto al pie de la avanzadilla francesa de Hassi Uenzga, junto a los oficiales de la 3ª y 5ª compañías del segundo batallón. Esto último se ve corroborado también por el testimonio del capitán Alonso Estringana, al declarar que oyó decir a los soldados que quedaron más rezagados que el capitán Asensi tuvo un comportamiento ejemplar y murió luchando hasta el último momento (en rudo combate, tal y como precisaría también el teniente coronel García Esteban en su famoso parte de fecha 10 de agosto de 1921, que obra al folio 772 vuelto del Expediente Picasso).


En la imagen, el capitán Francisco Asensi, comandante de la 1ª compañía del 1er batallón del regimiento África nº 68. Al llegar al desfiladero de los montes Fetachas, y viendo como el enemigo diezmaba con nutrido fuego a la columna, ordenó desplegar las dos primeras secciones de su unidad, lanzándose a la ocupación de las crestas de la izquierda que dominaban el desfiladero, para proteger dicho paso del numeroso enemigo que atacaba a sus compañeros bajando desde dichas alturas. A su lado, su siempre fiel y leal asistente don Amadeo Mata Castillo, que no aparece en el listado de supervivientes por lo que es de suponer que encontró también gloriosa muerte junto a su capitán. Ningún sargento de la compañía del capitán Asensi logró sobrevivir y llegar a la zona francesa, lo que demuestra la cohesión y entereza que mostró la compañía en el combate sostenido en el Cuadrilátero. Tampoco sobrevivieron los cornetas y tambores de la unidad, que sin duda cargaron junto a sus compañeros contra el monte de la izquierda del desfiladero.

La fotografía del capitán Asensi, proporcionada por Santiago Domínguez Llosá -que dispone en su archivo de un ejemplar original-, pertenece a un ejemplar de la revista "LA UNIÓN ILUSTRADA", de fecha 26 de octubre de 1921 (página 13). Hemeroteca Digital. Biblioteca Nacional de España.

                       Disposición táctica de la primera compañía del primer batallón en el Cuadrilátero

Gracias a una declaración del teniente Bocinos Villaverde podemos reproducir el planteamiento táctico de la compañía del capitán Asensi, al llegar al desfiladero de los montes Fetachas y tener que tomar posiciones para proteger el paso de la columna.

Las tres secciones de la compañía, formada inicialmente en columna de a cuatro, al llegar al Cuadrilátero imitaron el comportamiento de la compañía del teniente Mandly. Esto significa que la unidad del capitán se dividió en dos hileras, una doble hilera por el flanco izquierdo y otra doble hilera por el flanco derecho (separadas ambas a distancia inicial de 8-10 metros, aumentados después hasta los 300 metros según el testimonio del capitán Moreno Muñoz). Ahora sabemos con certeza que el teniente Bocinos mandaba la guerrilla del flanco derecho, formada así (tras la separación de las hileras) por tres medias secciones de la compañía.

El flanco izquierdo, guerrilla formada por las restantes tres medias secciones de la compañía, iba mandado directamente por el capitán Asensi, asistido por el joven teniente Juan Mestre Martorell. Al grito de ¡Viva España! fue la guerrilla del flanco izquierdo, es decir, aproximadamente la mitad de los efectivos de la compañía, la encargada de lanzarse al asalto y ocupación del monte "Maachen", situado a la izquierda del desfiladero. Se comprende así la dificultad de la operación, pues dicho movimiento táctico tuvo que hacerse por los efectivos de media compañía (quizás unos pocos más). El teniente Bocinos continuó en la guerrilla del flanco derecho y fue el segundo oficial en cruzar con sus hombres el desfiladero, detrás de la sección del alférez Falcó Corbacho (que marchaba en cabeza del flanco izquierdo, protegido por el capitán Asensi al ocupar el monte). Resultaron protegidos todos ellos, como el resto de la columna, por las tres medias secciones de la compañía del capitán Asensi, dominando esa estratégica altura y posición. Esta es la razón por la que el teniente logró sobrevivir junto a la mitad de elementos de la primera compañía del primer batallón (los soldados y clases que tuvieron más suerte, al tocarles por azar estar situados en el flanco derecho, que a su vez fue protegido también de forma contundente por el teniente Arturo Mandly).

NOTA DEL AUTOR: Otra novedad, recientemente descubierta, es que ahora sabemos también que el alférez Francisco Sánchez Oliva no marchaba junto a sus compañeros. Media hora antes de empezar la retirada hacia la zona francesa fue agregado, por orden del teniente coronel García Esteban, a la sexta compañía del tercer batallón (pues se trataba de una unidad de 128 soldados mandados por un solo alférez, Luis Muñoz Bertet). De modo que dicho alférez, según su propia declaración, no marchaba en la compañía del capitán Asensi sino mucho más atrás que sus habituales compañeros de unidad.



Héroes fueron no sólo el teniente Mandly sino también los sargentos Antonio Vieira, Claudio Jiménez y Aurelio Pulido; los cabos Arturo Trigo, Mariano Flores y Juan Martínez; los dos cornetas de la tercera compañía del primer batallón Andrés Fernández y Manuel Elvira; y sin olvidar al joven tambor José Cotán. Todos ellos murieron sacrificándose para proteger el avance de la columna por el valle del cuadrilátero hasta la zona francesa. El autor ha conseguido averiguar el nombre de todos y cada uno de los soldados de la compañía del teniente Mandly que murieron en la retirada. Más adelante se publicarán todos sus nombres.

El alférez de la primera compañía del primer batallón, Francisco Sánchez Oliva, declaró lo siguiente: "cree recordar que a raíz de dicha retirada se comentó favorablemente sin que el testigo recuerde, dado el tiempo transcurrido, por quién se hacían estos comentarios, que dicho oficial (Mandly) se sacrificó con su sección para proteger la retirada de la columna".



En la imagen superior, panorámica realizada por el investigador Santiago Domínguez Llosá donde se puede apreciar, en el centro, el cuadrilátero que formaba el valle y las crestas de la izquierda que dominaban la entrada del desfiladero. La panorámica está tomada desde una pequeña loma situada en el flanco derecho (en el sentido de la marcha de la columna hacia la zona francesa). Esta loma fue ocupada por el teniente Mandly, con dos secciones de la 3ª cía del 1er bón, para proteger el avance de la columna por el valle y la entrada de la fuerza española en el desfiladero. Al pie de la loma se puede apreciar un barranco que fue también ocupado por la fuerza de Mandly (con toda probabilidad debieron desalojar antes a los rifeños, que ciertamente debieron parapetarse en dicho barranco para hostigar a las fuerzas españolas en retirada). En palabras del alférez Bocinos Villaverde, fue atacada la columna por una masa de caballería enemiga (todos los testimonios precisan que la caballería atacó por el flanco derecho y a la entrada del cuadrilátero) que (énfasis añadido): "trataba de impedir la entrada de la columna en dicho desfiladero, cosa que hubiera conseguido si el teniente Mandly (que mandaba la extrema vanguardia de la columna) no hubiera ocupado con su sección una pequeña loma y barranco que desde el llano dominaban la entrada de dicho desfiladero, consiguiendo con la resistencia que hizo en dichos lugares retardar la acción del enemigo en provecho de la columna que pudo continuar la marcha aunque era hostilizada durante ella a cierta distancia. Que en el curso del combate llegó el enemigo a rodear por completo las posiciones que ocupaba el teniente citado, en donde en unión de casi toda su fuerza encontró gloriosa muerte, a juzgar por referencias de un soldado superviviente de su sección (cuyo nombre no recuerda el que declara), que se unió a la columna en la zona francesa completamente desnudo en la tarde del día siguiente. Que dichas posiciones las tomó el teniente Mandly por su propia iniciativa sin haber recibido orden, toda vez que el Jefe de la columna se encontraba en el grueso de la misma, y la aparición de la masa de caballería enemiga fue en un momento repentino de sorpresa. En su consecuencia le considera acreedor a la recompensa de la Cruz de San Fernando, por haber sido jefe de una fuerza que por su propia iniciativa tomó posiciones que decidieron un momento de la lucha, sacrificándose en las mismas por las demás fuerzas y haber sucumbido las suyas en casi su totalidad".



Fotografía que pertenece al archivo de Santiago Domínguez Llosá donde se pueden apreciar, al fondo y en el centro de la fotografía, las crestas de la izquierda ocupadas por la compañía del capitán Asensi. Una primera cresta -situada a la izquierda del desfiladero, en el sentido de la marcha de la columna-, que forma parte del mismo monte que domina el desfiladero; alturas de las que fue preciso desalojar a los rifeños por elementos de la primera compañía del primer batallón, para que la columna en retirada pudiera cruzar el estrecho paso que les separaba de la salvación en zona francesa (para comprender esta fotografía el lector debe contrastarla con la imagen de Google Earth anteriormente colgada en este blog). La fotografía está tomada desde la pequeña loma ocupada por el teniente Arturo Mandly con dos secciones de su compañía en el flanco derecho, protegiendo así desde el llano no sólo la entrada al desfiladero sino también toda la marcha y el camino que debía recorrer la columna hasta llegar a la entrada del desfiladero. Pero no bastaba este primer sacrificio del teniente Mandly y sus hombres, pues era necesario ocupar también el monte de la izquierda, situado más adelante y desde donde bajaban -enfurecidos y sedientos de sangre- numerosos rifeños; recordando el testimonio del capitán Alonso Estringana, el capitán Asensi comprendió muy pronto que de no ocupar el monte que domina el desfiladero de Maachen el paso sería imposible y, por ello, se lanzó a la ocupación de la referida posición. A raíz de los recientes hallazgos esto último debió hacerlo el capitán Asensi sólo con tres medias secciones de su compañía.

Todo ello constata que la toma de posiciones por la 1ª y 3ª compañías del primer batallón del Regimiento África nº 68, vanguardia de la fuerza española, fue determinante para la salvación de gran parte de la columna del teniente coronel García Esteban. Tan alto sacrificio no recibirá, sin embargo, ninguna recompensa.

                                                                     "LA VANGUARDIA HEROICA"

No existen testimonios de testigos directos de la muerte del teniente Arturo Mandly pero por el testimonio del cabo superviviente de su compañía, D. Prudencio Romo Rodríguez, sabemos que soldados que iban en su guerrilla le vieron caer herido en el vientre. Inmediatamente, sintiéndose herido de muerte, el teniente llamó a su asistente que le prestó los auxilios que las circunstancias permitieron, muriendo también dicho bravo asistente junto a su oficial. Dicho cabo no presenció la muerte de Mandly porque, según él, fue herido y tuvo que separarse de la guerrilla que mandaba su teniente, conociendo la muerte de dicho oficial por referencias de otros soldados de su compañía. En carta fechada el 14 de octubre de 1921 y dirigida al capitán D. Ricardo Mandly, hermano de su oficial, Prudencio Romo relató al capitán todas estas circunstancias y la suerte sufrida por su hermano añadiendo lo siguiente: "En los tres días que pasaron en la posición (Zoco Telatza) no se separó de él ni un sólo momento. A pesar del estado en que nos encontrábamos por las fatigas sufridas antes de abandonar la posición, tanto físicas como morales, supo mantener la disciplina y el elevado espíritu que siempre debe llevar el buen soldado de un modo admirable con el ejemplo. Su hermano se condujo con un valor que raya más lejos de la heroicidad, dando un notable ejemplo de heroísmo y abnegación".


En la fotografía superior, el teniente Arturo Mandly Ramírez el día de su boda con doña Manuela Arias Durán (1895-1963). El matrimonio tenía tres hijos pequeños cuando desapareció el teniente en 1921: Antonio (1916-1997), Arturo (1919-2011) y Ricardo. Archivo familia Arias Durán.

El autor descubrió en el mes de marzo de 2014 otra importante pieza documental en relación con la retirada de Zoco el- Telatza, que desvelará en el momento oportuno. La cantidad de información recopilada, de la que ahora sólo se adelanta una mínima parte, hace necesario, tras un profundo análisis, dedicar un libro entero a lo ocurrido en relación con la retirada de Zoco el- Telatza.

                                "A LOS QUE MUEREN POR SU PATRIA LES RECOGE LA INMORTALIDAD"

Por su parte, el artículo 39º del mismo Reglamento añadía que (énfasis añadido): "Si transcurridos diez días de la acción, el general, jefe u oficial, clase, individuo de tropa o marinería, que se considere acreedor de la Cruz de San Fernando, no ha recibido notificación de haberse abierto el juicio contradictorio, podrá solicitarlo en un plazo de cinco días más".

Esto es algo que indudablemente, ante la inactividad y dejadez de sus superiores, el capitán Asensi no pudo hacer pues, desgraciadamente para él, murió en el combate sostenido en "el Cuadrilátero".

Debo aclarar al lector una extraordinaria circunstancia, en su redacción originaria ningún artículo del Reglamento de la Orden de San Fernando autorizaba para solicitar la preciada cruz a la familia de los interesados; no obstante, dicha autorización se suponía tácita a pesar de que ningún artículo del reglamento fijara el plazo en que podía utilizarse.

Será la instancia promovida por parte de la viuda del honorable coronel D. Gabriel Morales y Mendigutía, pidiendo tal beneficio para su difunto esposo, la que provocará el lógico, ansiado y consecuente cambio normativo.

Así, por Real Decreto de fecha 3 de mayo de 1922 (publicado en el D. O. del Ministerio de la Guerra nº 100, de fecha 4 de mayo de 1922) se procede a incorporar al artículo 39 del citado reglamento un nuevo párrafo segundo del siguiente tenor literal:

"Igual derecho tendrá por un plazo de dos meses, a contar desde el hecho originario, la viuda, hijos o padres, cuando su pariente hubiese fallecido o desaparecido sin utilizar su derecho, aun cuando la muerte o desaparición no conste oficialmente, sino sólo por racionales presunciones".


"Real Decreto de S. M. Alfonso XIII, de fecha 3 de mayo de 1922, por el que se procede a
reformar el artículo 39 del Reglamento de la Real y Militar Orden de San Fernando en el
sentido de añadir un segundo párrafo a dicho artículo"
D. O. del Ministerio de la Guerra nº 100, de fecha 4 de mayo de 1922. Biblioteca Virtual del
Ministerio de Defensa. Gobierno de España.

Resta añadir que el Consejo Supremo de Guerra y de Marina, como Asamblea de la Orden de San Fernando, había sentado la doctrina consistente en permitir la aplicación retroactiva de dicha reforma, teniendo en cuenta la gravosa brevedad de los plazos establecidos primitivamente en el reglamento (ejemplo de la referida aplicación retroactiva es la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando al Comandante Benítez, héroe de Igueriben, en virtud de instancia presentada por su viuda pasados los plazos anteriormente referidos de 5 y 10 días pero no los 2 meses a los que aludía la reforma del artículo 39, contados desde el hecho originario).

De este modo, afortunadamente quedaba una única posibilidad para instar la apertura de juicio contradictorio y ésta era que lo solicitase la propia familia del fallecido, como así sucedería en el caso de la familia del capitán Asensi, cuya viuda se amparó para solicitar tan preciada condecoración en dicho artículo 39, alusivo a los familiares, pero sobre todo teniendo en cuenta también la dicción literal del artículo 40º del Reglamento, a cuyo tenor (énfasis añadido):

"Una vez transcurridos los plazos que fija el artículo anterior, sólo podrá admitirse y tramitarse la solicitud de Cruz de San Fernando cuando así se disponga de real orden, previa la formación de un expediente en el que quede plenamente demostrado, a juicio de la Asamblea, la existencia de una causa legítima que haya impedido en absoluto al interesado formular su petición antes de la fecha en que haya presentado la correspondiente instancia".

De la redacción del artículo 40 transcrito se colige que era perfectamente posible la presentación de instancias fuera de plazo y, por tanto, la no aplicación de los plazos antes referidos, pues dicho artículo otorgaba a la Asamblea de la Orden de San Fernando amplias facultades, a todas luces discrecionales y no regladas, para decidir si eran o no razonables y legítimas las causas que habían impedido a una viuda formular su instancia en tiempo oportuno.

Y ello era un hecho harto frecuente pues normalmente los familiares del desaparecido, ante el oscurantismo y secretismo oficial, tenían conocimiento de las acciones heroicas y meritorias de sus difuntos de manera totalmente casual o fortuita.

Es asombroso descubrir que ocurrió exactamente lo mismo en el caso del Regimiento de Caballería Alcántara nº 14, pues también existió la tramitación de un expediente previo para acreditar las causas que impidieron al recientemente laureado Regimiento formular su petición dentro de los plazos reglamentarios (la solicitud fue presentada también fuera de plazo por el coronel D. Emilio Fernández Pérez el día 27 de diciembre de 1921). Es más, tras el informe desfavorable del fiscal militar, el Consejo Supremo de Guerra y de Marina, como Asamblea de la Orden de San Fernando, en Acuerdo de fecha 7 de abril de 1923 estimó que no debía aconsejarse fuera dictada Real Orden disponiendo la apertura de juicio contradictorio en favor del Regimiento Alcántara, por resultar la solicitud extemporánea conforme al reglamento de 1920. No obstante, no consta que se dictara Real Orden confirmando el criterio de la Asamblea sino que el expediente quedó paralizado y seis años después, el 26 de febrero de 1929, se dictó Real Orden por la que se dispuso la remisión del expediente previo para nuevo informe y acuerdo de la Asamblea toda vez que se insistía en el hecho de que, al accederse a la formación de juicio contradictorio, no se prejuzgaba en definitiva la resolución que debía recaer y que, de no acceder a la petición de apertura,"podrían quedar en la mayor oscuridad actos y merecimientos que tal vez eran dignos de pasar a la historia".

Ello demuestra que la Asamblea era incluso capaz de dejar sin efecto un acuerdo previo desfavorable y aconsejar, dictando un nuevo acuerdo, la apertura del juicio contradictorio, a pesar de las censuras e informes negativos iniciales de la Fiscalía Jurídico Militar. No obstante, a pesar de la efectiva apertura del juicio contradictorio, el expediente quedó paralizado de nuevo en el año 1934, procediéndose a la reanudación de su tramitación en el año 2010, después de tan largo paréntesis.

Inexplicablemente, la administración militar española no investigó exhaustiva y acertadamente el comportamiento de Asensi y sus hombres sino todo lo contrario, como más adelante detallaremos.

Y ahora sí, aquí mismo, se alza contundente el informe del Fiscal Militar Togado del Consejo Supremo de Guerra y de Marina, D. Ángel Romanos, cuando afirma lo siguiente en los folios 67 y 68 de dicho documento, que tiene fecha de 28 de junio de 1922 (énfasis añadido):

"De lo doloroso pasemos a lo grato, a lo consolador, a los buenos hechos, a las acciones brillantes que desgraciadamente son pocas en los sucesos de Julio, o más bien, desgraciadamente se han podido consignar pocas, o por muerte a manos del enemigo, o por falta de información debida a que muchos testigos, o ya no existen o están prisioneros, o no han declarado por una u otras causas.

(...)

... y sin contar los verdaderos héroes que supieron morir en sus puestos, como los de Abarrán, Igueriben, Annual, Monte Arruit y otras posiciones; los Flomesta, los La Paz, los Primo de Rivera, los Sánchez Monge, los Aguilar de Mera, los Marquerie, los Sahun, los Benítez, los Velázquez, los Nougués, los Escribano, Aguado, los Verdiguer, los Navarro Zaragoza, los Amador, los Graciá y tantos y tantos otros, que acaso no habrá sabido encontrar el Fiscal, entre los folios de la Información o que acaso queden para siempre desconocidos, por no tenerse noticias de las posiciones en que sucumbieron; como quedarán desconocidos los soldados que con ellos supieron morir, hasta ser aniquilados, defendiendo sus puestos y cayendo al lado de sus Oficiales.

No, no estaban tan desmoralizadas como se decía, en comunicaciones oficiales, las fuerzas de la Comandancia General de Melilla, donde supieron ser mandadas, supieron cumplir con su deber o morir dignamente. No era espíritu lo que faltaba, era Mando, organización y orientación.

Y como no es posible aquí detallar todo ello, PARECE NATURAL QUE, ASÍ COMO SE ABRIÓ UNA INFORMACIÓN PARA DEPURAR RESPONSABILIDADES, SE AMPLIE O SE ABRA OTRA PARA DETERMINAR MÉRITOS O DISCERNIR RECOMPENSAS."

Se podía decir más alto pero no más claro, el Fiscal Togado militar, después de afirmar la posible existencia de otros oficiales cuyo comportamiento fue meritorio y destacado, reconoce que no ha podido hallar a todos ellos entre todos los folios del Expediente Picasso. Todo un ejercicio de honradez y honestidad intelectual de un prestigioso profesional de la Fiscalía Jurídico Militar.

El lector puede leer los citados folios 67 y 68 de dicho informe en el Expediente Picasso (FC-TRIBUNAL_SUPREMO_RESERVADO, Exp. 51, N.22. Archivo Histórico Nacional).

Y se preguntará el lector: ¿Merecían verdaderamente aquellos hombres gracia por parte de sus superiores?, interrogante que se han planteado muchos autores e investigadores para llegar muchos de ellos a la conclusión de que por supuesto que la merecían, muchos más de los que fueron efectivamente recompensados, pero la triste realidad es que la magnitud del desastre, con sus derivaciones políticas; el carácter secreto y reservado de las investigaciones en el seno del proceso instruido para la exigencia de responsabilidades; la frenética actividad y convulsión en la vida parlamentaria de la época que provocó el "Desastre de Annual"; y, finalmente, la Dictadura del general D. Miguel Primo de Rivera, proclamada en septiembre de 1923 para poner fin a una situación que socavaba los fundamentos del sistema político vigente y amenazaba con herir seriamente a la monarquía de D. Alfonso XIII, resultaron determinantes.

Todas estas circunstancias, unidas al forzado y deliberado olvido institucional posterior, sepultaron y ocultaron durante décadas la historia de aquellos hombres que pagaron con el mayor de sus sufrimientos y el sacrificio de sus vidas los errores políticos y militares ajenos. En la inercia del olvido, se negó injustamente a los descendientes y familiares de los fallecidos en aquella tragedia el ejercicio del legítimo derecho de acceso a los archivos militares a fin de conocer la suerte de sus deudos.

Derecho éste último, que ahora sí está plenamente reconocido en el artículo 105. b. de la Constitución Española de 27 de diciembre de 1978, a cuyo tenor: "La Ley regulará: El acceso de los ciudadanos a los archivos y registros administrativos, salvo en lo que afecte a la seguridad y defensa del Estado, la averiguación de los delitos y la intimidad de las personas".

En el mismo sentido, los artículos 35, apartados a) y h) y 37.1 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo común, éste último dispone que: "Los ciudadanos tienen derecho a acceder a los Registros y a los documentos que, formando parte de un expediente, obren en los archivos administrativos, cualquiera que sea la expresión gráfica sonora o en imagen o el tipo de soporte material en que figuren, siempre que tales expedientes correspondan a procedimientos terminados en la fecha de la solicitud". Sin olvidar la legislación específica de desarrollo, constituida por la Ley de 25 de junio de 1985, del Patrimonio Histórico Español y el Real Decreto 2598/1998, de 4 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento de Archivos Militares.

No, el General D. Dámaso Berenguer y Fusté, conocedor de lo ocurrido en la retirada de la columna de Zoco el- Telatza y el comportamiento de la primera compañía del primer batallón, no ordenó, como aconsejaba el fiscal militar, la apertura de una información para determinar los méritos o discernir posibles recompensas a las que pudieron tener derecho los oficiales caídos en combate junto a sus soldados.

Quizás porque, desgraciadamente para los hombres de la primera compañía del primer batallón, el general Berenguer tenía sus propias preocupaciones. Así, fue procesado por el delito de negligencia y, por sentencia de fecha 26 de junio de 1924 dictada por el Consejo Supremo de Guerra y de Marina, condenado a la pena de separación del servicio y pase a la situación de reserva, en la causa contra el Mando que siguió a la instrucción del Expediente Picasso, por sus responsabilidades en el desastre de Annual y el derrumbamiento de la Comandancia General de Melilla en el verano de 1921 (FC-TRIBUNAL_SUPREMO_RESERVADO, Exp.51, N. 21, Folios 6.409 a 6.417. U. 21ª Pieza de la Causa en única instancia instruida para depurar las responsabilidades en que pueda haber incurrido el Mando con motivo de los sucesos desarrollados en el territorio de la Comandancia General de Melilla en los meses de julio y agosto de 1921. Archivo Histórico Nacional).

Con todo, a pesar de la gravedad de los hechos, disuelto en 1923 el régimen constitucional por el golpe de estado de D. Miguel Primo de Rivera y Orbaneja, el general Dámaso Berenguer fue indultado por el rey Alfonso XIII (Real Decreto de 4 de julio de 1924 y Real Orden Circular de 8 de julio, folio 6.420 de la 21ª Pieza de la Causa en única instancia instruida para depurar las responsabilidades) nombrándole, además, Teniente General y jefe de su cuarto militar; no sólo eso sino que incluso llegaría a ser nombrado más tarde, en 1930, Presidente del Consejo de Ministros del Gobierno de España durante la época del Directorio Militar conocida como "dictablanda"; es decir, se nombró nada más y nada menos que Presidente del Gobierno de España a uno de los mayores responsables del peor desastre militar de la historia militar contemporánea española, tragedia que causó la muerte de más de 10.000 compatriotas.


"El rey Alfonso XIII y D. Miguel Primo de Rivera"
Bundesarchiv

El otro responsable principal de tal hecatombe, el general D. Manuel Fernández Silvestre, había muerto ya, ajeno a todos sus deberes militares, pues pereció suicidado en su tienda de campaña en plena hoya de Annual, pasado el mediodía del 22 de julio de 1921, mientras la tropa española salía a trompicones y completamente desorganizada del campamento, buscando el imposible resguardo del escarpado desfiladero del Izzumar.

Proclamada la Segunda República, el general Dámaso Berenguer fue procesado de nuevo en 1932, esta vez por los fusilamientos de Jaca (Huesca). La sentencia definitiva, dictada en 1935, sería absolutoria; el fallo favorable sobrevino durante la época  del gobierno de la CEDA (Gil Robles) y el Partido Radical (Alejandro Lerroux), en el famoso "bienio radical-cedista".


"General D. Dámaso Berenguer y Fusté
(San Juan de los Remedios, Cuba 1873-
Madrid, 1953). Con un brillante historial militar
y creador de las Fuerzas Regulares Indígenas en
Marruecos, en julio de 1921 era Alto Comisario de
España en Marruecos y General en jefe del Ejército
de África"


"El coronel Francisco Jiménez Arroyo, jefe del Regimiento de África nº 68 (identificado con el número 1 en la fotografía, con salacot), junto al general Dámaso Berenguer y Fusté (que sostiene con su mano izquierda su bastón de mando y puro habano). A pesar de la correspondiente orden de la Comandancia General de Melilla, que disponía que los coroneles debían hallarse permanentemente al mando de sus unidades y en los lugares donde éstas se encontrasen (a excepción de 10 días en que podían permanecer en Melilla, a disposición del Comandante General), el coronel Jiménez Arroyo no se hallaba en julio de 1921 donde estaba lo mejor de su regimiento, estaba ausente del Zoco el- Telatza ¡desde el mes de mayo de 1921! (casi dos meses antes del desastre). Por ello, será condenado a la pena de 6 años y un día de prisión por el delito de negligencia y por el de abandono de destino en campaña; no obstante, a pesar de la condena impuesta, que cumplía en el fuerte de María Cristina, el coronel Jiménez Arroyo fue también indultado por el rey Alfonso XIII, el 30 de agosto de 1925 y "por el resto de la pena". La gravedad de estos hechos hacen comprensible, hasta cierto punto, el silencio, hermetismo y secretismo oficial en torno a lo verdaderamente ocurrido en el derrumbamiento de la Comandancia General de Melilla en el mes de julio de 1921".
                                         La fotografía pertenece al archivo de Santiago Domínguez Llosá.


"La condena del general D. Dámaso Berenguer y Fusté. Tal y como era reflejada en la edición correspondiente del periódico "La correspondencia de España", de fecha 28 de junio de 1924. Se le consideraba incurso en el artículo 275 del Código de Justicia Militar, a cuyo tenor: "Sufrirá la pena de prisión militar mayor o la pérdida de empleo el oficial que por negligencia u omisión en el cumplimiento de sus deberes sea causa de daños considerables en las operaciones de guerra". Sin embargo, la aplicación de atenuantes en virtud de los servicios prestados a la Nación (Toma de Xauen en 1920) motivó que la pena impuesta fuera la de separación del servicio y pase a la situación de reserva. Indultado por el rey Alfonso XIII, el monarca le concedió el título nobiliario de Conde de Xauen el 4 de mayo de 1929; más tarde incluso, en 1930, Dámaso Berenguer fue nombrado Presidente del Consejo de Ministros de España (había sido antes Ministro de la Guerra). Casi veinte años antes, el general Fermín Jáudenes (que rindió Manila en 1898, a pesar de la orden de resistir, y que igualmente tenía un brillante historial militar) fue condenado a la pena de pérdida de empleo". Hemeroteca Digital, Biblioteca Nacional de España.




De esta manera, nunca el deseo de justicia de tantos protagonistas verá colmadas sus legítimas aspiraciones, condenando por otra parte al más injusto de los olvidos a quienes supieron morir dignamente, cumpliendo con su deber hasta con el sacrificio de la propia vida.

Pero la familia del capitán Francisco Asensi Rodríguez tuvo mucha suerte, una conversación fortuita del suegro del capitán, D. Alfredo López-Blanco y Carrera, con el capitán Francisco Alonso Estringana vino a paliar la incertidumbre y dudas familiares en relación con la desaparición y suerte sufrida por su pariente, despejando así todas las incógnitas familiares.

En aquel tiempo D. Alfredo López-Blanco y Carrera ostentaba el cargo de Director del Matadero municipal de Melilla (era también miembro de la Junta de Arbitrios y llegaría a ser Jefe de negociado del Ayuntamiento de Melilla) y no paró de investigar hasta poder averiguar las circunstancias en las que desapareció su yerno.

Doña Piedad López-Blanco Barcelona, viuda de Asensi, no vivía en Melilla en aquel tiempo. Para evitar el doloroso e irrespirable ambiente de Melilla después del desastre, se había trasladado con sus hijos pequeños a casa de su hermana Dolores en Motril (Granada). Dolores estaba casada con el comandante de infantería D. Ceferino Villalón Dombriz, hermano del que sería en los años 1958-1960 Alcalde de Melilla y Procurador en Cortes: D. Juan Villalón Dombriz.

La familia quedó muy sorprendida por el testimonio del capitán Alonso Estringana cuya actitud es digna de todo elogio. Quizás, sorprendido por el hecho de que las acciones realizadas por su compañero no hubiesen sido debidamente recompensadas, por ello animó a la familia a pedir la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando.

Y aunque será la viuda del capitán, doña Piedad, quien formulará la instancia oportuna solicitando la Cruz Laureada de San Fernando para su difunto esposo, es indudable que debe considerarse al capitán Francisco Alonso Estringana como promotor indirecto de dicho expediente.


"Instancia mecanografiada presentada por doña Piedad López-Blanco Barcelona, viuda del
capitán Francisco Asensi. Solicita la apertura de juicio contradictorio para juzgar los méritos
contraídos por su difunto esposo y que se le conceda la Cruz Laureada de San Fernando.
La instancia fue presentada el 4 de junio de 1923 con firma autógrafa.
Expediente previo de apertura de juicio contradictorio para la concesión de la Cruz
 Laureada de San Fernando en favor del capitán Francisco Asensi y Archivo familiar del autor


"Doña Piedad López-Blanco Barcelona, también
llamada por su familia como Dulce nombre de María
pues con ese nombre fue bautizada. Nació en Melilla
 el día 29 de noviembre de 1895, a las 11:30 horas de la
mañana, y falleció en Castellón de la Plana el día 24
de diciembre de 1994, una vez cumplidos los 99 años
 de edad"
Fotografía del archivo personal del autor


"Esquela del capitán Asensi, publicada en el Telegrama del Rif de fecha 22 de octubre de 1921. En dicho periódico llegó a trabajar el propio Abd el- Krim, como redactor y traductor, antes de liderar la sublevación rifeña". Este documento fue hallado y ha sido enviado al autor por el investigador Javier Sánchez Regaña.



"En la imagen superior e inferior destacan los respectivos oficios que acreditan la residencia en Motril de la viuda del capitán Francisco Asensi; uno de ellos expedido por la Comandancia Militar de Motril lo cual corrobora la memoria familiar relativa a que Piedad López-Blanco Barcelona, para superar la trágica pérdida de su esposo, se refugió con sus hijos en casa de su hermana Dolores, en Motril (Granada). En uno de sus viajes a Melilla, en mayo de 1923, tuvo conocimiento a través de su padre de los hechos heroicos realizados por su difunto esposo por lo que, sin pérdida de tiempo, formula su solicitud en Melilla. No está de más recordar que en aquella época las casas no disponían de teléfono y no eran estos hechos dignos de relatarse por carta". Expediente previo apertura juicio contradictorio en favor del capitán Asensi.



Fotografía del capitán Asensi, perteneciente a un ejemplar de la revista  "LA UNIÓN ILUSTRADA", del año 1921.  Fue encontrada por el investigador Santiago Domínguez Llosa en la biblioteca de la Asociación de Estudios Melillenses.                      


"Recordando la tragedia ocurrida en el verano del año anterior, el diario "La Voz" se hacía eco, en julio de 1922, de la gran ignominia de no haber sido capaz el Estado español de pagar los cuatro millones de pesetas que pedía Abd el-Krim para el rescate de los prisioneros supervivientes del desastre de 1921, encerrados en el infierno de las mazmorras de Axdir. Será un empresario vasco, don Horacio Echevarrieta Maruri (1870-1963), el que pagará de su bolsillo el dinero necesario para hacer efectivo el rescate de nuestros compatriotas (que se hizo efectivo en enero de 1923). En la fotografía, de izquierda a derecha, aparecen el general Fernández Silvestre, el general Navarro, el coronel Morales de la Policía Indígena y el heroico teniente coronel don Fernando Primo de Rivera y Orbaneja (que mandaba al glorioso Regimiento Alcántara nº 14 en las cargas del río Igan y en la posterior defensa de Monte Arruit). 

El testimonio del capitán Alonso Estringana acerca de lo que ocurrió cuando la columna, al clarear el día 25 de julio de 1921, llegó al monte Bubris e intentó atravesar el desfiladero del macizo de Ben Hidur, sufriendo nutridísimo fuego por parte de los moros que coronaban las alturas y causaban numerosas bajas en la columna, debió impresionar sobremanera tanto al Juez Instructor del expediente previo de apertura del juicio contradictorio como al coronel auditor, D. Manuel del Nido y Torres, que fue coronel jefe del Tribunal Militar de Derecho de Tetuán y dictaminó favorablemente en dicho expediente previo de apertura.

Así, el otrora Ministro de la Guerra de España en el gabinete de D. Manuel García Prieto (desde el 26 de marzo de 1923 hasta el 15 de septiembre del mismo año), el ferrolano General D. Luis Aizpuru Mondéjar, que en aquel momento (1924), en plena Dictadura de D. Miguel Primo de Rivera y Orbaneja, ocupaba el puesto de Alto Comisario de España en Marruecos y General en Jefe del Ejército de África dio su conformidad con el anterior dictamen del coronel auditor de su cuartel general y procedió a ordenar la remisión del expediente del capitán D. Francisco Asensi al Consejo Supremo de Guerra y de Marina (en la actualidad Sala V de lo Militar del Tribunal Supremo), como Asamblea de la Orden de San Fernando, para que dictase la resolución pertinente de conformidad con el artículo 40 del Reglamento de la Real y Militar Orden de San Fernando (aprobado por Real Decreto de 5 de julio de 1920).


"Resolución del Alto Comisario de España en Marruecos
  D. Luis Aizpuru Mondéjar por la que ordena la remisión
del expediente previo de apertura de juicio contradictorio
             al Consejo Supremo de Guerra y Marina".
                 Archivo General Militar de Segovia

"Alto Comisario de España en Marruecos (1923-1924),
D. Luis Aizpuru Mondéjar, sin duda el general más brillante
e inteligente que tuvo España en el Protectorado marroquí.
Comandante General de Melilla (1915-1920), su sustitución
en 1920 por el impulsivo y temerario Fernández Silvestre
habría de conducir inexorablemente al desastre de 1921".


"El general Aizpuru preside el entierro de su sobrino D. José
Subirán, teniente de regulares de infantería, en el año 1923". 



Y EL EXPEDIENTE DEL CAPITÁN ASENSI LLEGÓ A MADRID...

Por resolución de fecha 5 de febrero de 1924,  dictada por el Alto Comisario de España en Marruecos, se ordenó la remisión del expediente al Consejo Supremo de Guerra y de Marina. Dicho alto Cuerpo lo recibió el día 19 de febrero de 1924 por lo que, al día siguiente, acordó en Pleno que procedía pasar el expediente para su dictamen por parte del Fiscal militar y luego al Togado.

Veamos, pues, lo que dictaminó el Fiscal Militar el 25 de marzo de 1924 (énfasis añadido):

"Fiscal Militar dice: que a los fines del artículo 43 del Reglamento vigente de la Real y Militar Orden de San Fernando, remite el General en Jefe del Ejército de operaciones en Marruecos, el expediente previo instruido en averiguación de las causas que impidieron a Doña Piedad López-Blanco, Viuda del Capitán de Infantería Don Francisco Asensi y Rodríguez, formular en tiempo oportuno la petición de juicio contradictorio a favor de su esposo.

Resulta de lo actuado: que según la instancia, el Capitán de Infantería Don Francisco Asensi se encontraba con una compañía del Regimiento de África nº 68 en la retirada del Zoco de Telatza el día 25 de julio de 1921 y comisionado (Nota del autor: debería decir aquí "de su propio impulso", tal y como declaró el capitán Don Francisco Alonso Estringana y constaba en el referido expediente previo; no fue comisionado pues no se le ordenó tal cosa sino que por su propia iniciativa, de su propio impulso, se lanzó a la ocupación del monte; esta circunstancia podría tener gran trascendencia en una posible revisión del expediente pues refleja que, en virtud de la investigación llevada a cabo por la Administración militar española, aparecía en el expediente un hecho meritorio nuevo, muy relevante y hasta entonces desconocido, con las consecuencias que más adelante se desvelarán) con su compañía  para tomar posiciones que protegiesen el paso de nuestras tropas por el desfiladero llamado "el Cuadrilátero" y que al cumplir su misión teniendo que batir numeroso enemigo, encontró al frente de los suyos gloriosa muerte.

Dicha instancia fue promovida con fecha 4 de junio de 1923 y ordenado por la superioridad la formación del oportuno expediente con arreglo al artículo 40, en él se insertan declaraciones de la recurrente Doña Piedad López-Blanco (folio 19 vuelto), la de D. Alfredo López-Blanco (folio 29) y la del Capitán Don Francisco Alonso (folio 35 vuelto).

La primera, después de afirmarse y ratificarse en su instancia (Nota del autor: en declaración jurada ante un Juez Militar, el 22 de julio de 1923 en Motril (Granada), y advertida de la obligación que tenía de decir verdad y de las penas en que incurría el reo de falso testimonio), dice no la produjo hasta el día de la fecha porque no estaba hasta entonces enterada de los detalles de la muerte de su marido, de que le puso en conocimiento su padre Don Alfredo López-Blanco, y que ignoraba hubiere plazo marcado para solicitar lo que pide. Don Alfredo afirma en su atestado que conoció los hechos que después refirió a su hija por oirlos referir al Capitán Alonso sin poder precisar en qué día se los refirió. Por último el Capitán Alonso en su primera declaración dice que considerando que los hechos ejecutados por el Capitán Asensi y presenciados por el declarante podían calificarse de heroicos aconsejó al referírselos a Don Alfredo López-Blanco la familia debía pedir la laureada para aquél Capitán, pero no cita la fecha en que sostuvo ésta conversación. En su nueva declaración (folio 44 vuelto) dice no puede recordar la fecha, pero si puede asegurar que fue muchos meses después de ocurridos los hechos realizados por su compañero.

Al folio 27 se hace constar no parece que al Capitán Asensi, se le instruya ningún otro expediente de juicio contradictorio así como tampoco hasta el presente resultan, según oficio de la Comandancia General (folio 28), cargos contra él, por los sucesos ocurridos en este territorio en el año 1921 ni particularmente en la retirada del Zoco Telat-za (folio 46).

De todo lo expuesto parece resultar que la recurrente no pudo enterarse de los hechos realizados por su esposo hasta la fecha que dice, pero habiéndose publicado el Real Decreto de 3 de mayo de 1922 y habiendo tenido dos meses de plazo desde su publicación para hacer su solicitud, no parece admisible dejase transcurrir tanto tiempo sin promover su instancia , por lo que el Fiscal que suscribe crée no procede aconsejar se disponga de Real Orden la apertura de expediente de juicio contradictorio a favor del Capitán Asensi.

La Asamblea no obstante acordará.

Madrid 25 de Marzo de 1924"

Por su parte, el Fiscal Togado del Consejo Supremo de Guerra y de Marina, en fecha 27 de marzo de 1924, suscribió en todas sus partes el precedente dictamen de su ilustrado compañero el Fiscal Militar.

Elevado el dictamen precedente al Consejo Supremo, reunido en Pleno de 5 de abril de 1924, dicho Alto Cuerpo dio también su conformidad con el criterio de los fiscales y, una vez informado el referido expediente, lo remitió por conducto de su presidente para la resolución definitiva del rey Don Alfonso XIII.

El Rey, de acuerdo con el Consejo Supremo de Guerra y de Marina, resolvió el 25 de febrero de 1925 (fecha de la resolución 4 de marzo de 1925, ¡Once meses después del Pleno de 5 de abril de 1924! demora totalmente inusual y extraordinaria).


"Resolución del rey D. Alfonso XIII, Real Orden de fecha 4 de marzo de 1925, por la que se deniega la apertura de juicio contradictorio para la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando al capitán Francisco Asensi Rodríguez". Expediente personal del Capitán Asensi. Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.

Dicha resolución no fue notificada personalmente a la familia, ni publicada en el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra. La Cruz Laureada de San Fernando estaba premiada vitaliciamente con la pensión correspondiente al empleo en que se obtuvo, siendo ésta transmisible a las viudas, hijos y padres de los Caballeros fallecidos. La cantidad que hubiese correspondido a la viuda e hijos del capitán Asensi era de 2.000 pesetas (ex. Artículo 14 del Reglamento de la Orden de San Fernando de 1920), suma considerable para la época.

"¡Oh Dios, qué buen vasallo si hubiese buen Señor!". Cantar del mío Cid. Biblioteca Nacional, Madrid.

El autor dedicará la entrada correspondiente de este blog a estudiar detenidamente el expediente previo así como la resolución del mismo, antes referida. Se analizarán también las posibilidades de revisión del expediente que tiene la familia del capitán Asensi.

"El valor moral de la conciencia de un hombre se establece sólo a partir del momento en el que está dispuesto a dar su vida defendiendo sus convicciones". Mayor General Henning von Tresckow (1901-1944).

"Me han despojado de mis honores de oficial; el éxito y los hados me han sido adversos. Pero la Historia, incorruptible, tendrá la última palabra pues no tuve más ambición que cumplir con mi deber. La vida era bella". Comandante Roland von Hoesslin.

                 "PRO PATRIA MORTUIS HONOR ET PAX"






EN HONOR A LA VERDAD...

El General instructor que da nombre al famoso expediente, D. Juan Picasso González (Málaga, 1857- Madrid, 1935), fue muy crítico con lo ocurrido en la retirada de Zoco el- Telatza, llegando a decir que "es de notar la flojedad, desmoralización y desaliento que acusa esta retirada" y que correspondería apreciar a la superioridad militar si se correspondía al más alto partido del honor y el espíritu militar la decisión de retirarse hacia la zona francesa.

En su resumen-informe de lo ocurrido en el Zoco el-Telatza, el General Picasso cercenará el párrafo del informe del capitán Alonso Estringana donde se afirmaba literalmente lo siguiente: "consiguiendo la vanguardia pasar el desfiladero, antes de lo cual había rogado al capitán Asensio (sic) que con su compañía coronara las crestas de la izquierda". Ello contribuyó todavía más a que la hazaña del capitán Asensi no se reflejase en las conclusiones de Picasso, a pesar de que, como el autor ha demostrado, existían muchos indicios y testimonios en el Expediente Picasso del comportamiento heroico, o por lo menos meritorio, de dicho capitán.

Pues bien, el autor ha encontrado la sentencia de la superioridad militar a la que tantas veces aludía el General Picasso, como instructor del Expediente, para juzgar en definitiva lo ocurrido con la columna de Zoco el-Telatza.

Por sentencia del Consejo de Guerra de oficiales generales celebrado en Melilla, de fecha 7 de octubre de 1924, se absuelve al teniente coronel Saturio García Esteban del delito de negligencia por lo ocurrido en la retirada de Zoco el- Telatza. En uno de sus más importantes considerandos, la referida sentencia juzga lo ocurrido en el Zoco, de manera demoledora y en los siguientes términos (énfasis añadido):

"Considerando: Que aislada e incomunicada la columna, sin repuesto de víveres, falta de agua, con municiones escasas, atacada por numeroso enemigo, con la moral de las tropas deprimida y la de los moros elevada, su resistencia no podía prolongarse largo tiempo, por lo que NO HABIENDO POR OTRA PARTE RECIBIDO ORDEN DE MANTENERSE A TODO TRANCE ES FORZOSO ESTIMAR QUE LA SOLUCIÓN MÁS CONVENIENTE Y EN NADA CONTRARIA A LAS EXIGENCIAS DEL HONOR DE LAS ARMAS ERA LA RETIRADA POR SORPRESA QUE PERMITIERA SALVAR CUANTO MÁS SE PUDIERA DE LA COLUMNA".

Continúa el siguiente considerando afirmando: "Que en ese supuesto, también era lo más acertado buscar la zona francesa por ser el punto seguro más cercano, y ser el camino elegido el más propicio a la sorpresa del enemigo".

Esta sentencia, forma parte de una pieza documental de aproximadamente 1.740 folios, inédita y nunca analizada hasta ahora. Con esta sentencia, el alto mando cierra en falso lo ocurrido en el Zoco el Telatza y nunca más se vuelve a abordar lo ocurrido en dicha posición (espero que el lector advierta que la denegación de juicio contradictorio al capitán Asensi para la concesión de la Cruz Laureada se produjo el 4 de marzo de 1925, casi seis meses después de la absolución del principal responsable de la retirada). El autor dedicará los siguientes meses a estudiar detenidamente dicha documentación inédita y formular las correspondientes conclusiones.

Como avance y para hacer verdadera justicia a lo ocurrido, se adelanta en esta introducción del blog la referida sentencia que pone fin a dicha pieza documental.

El Consejo de Guerra, Tribunal que dictó tan reveladora sentencia, fue presidido por el general D. Juan García Aldave actuando como vocales el general D. Emilio Fernández Álvarez y los coroneles D. Antonio Cisneros, D. Ángel Morales, D. German Sanz Pelayo y D. Rafael Morelló; como ponente actuó el Auditor de brigada D. Pablo María Sichar y de fiscal el teniente coronel Martínez Marcos.

Juez instructor de la causa, para dilucidar las responsabilidades de los oficiales del regimiento África nº 68 en la retirada, fue el teniente coronel D. Ramón Jiménez Castellanos y Barreto.


"Teniente coronel Saturio García Esteban"



El teniente coronel Saturio García Esteban, jefe del II Batallón del Regimiento de África nº 68, dirigió la retirada de 22 kilómetros hasta la zona francesa. Nacido en Valladolid, el 2 de octubre de 1865, ingresó en el Ejército como soldado raso en 1885 ascendiendo rápidamente en el escalafón (en 1897 fue ascendido a capitán por méritos de guerra en la campaña de Cuba) hasta alcanzar el rango de coronel el 20 de noviembre de 1923. La Segunda República accedió a su solicitud de nombramiento como general de brigada honorario, cuando ya estaba disfrutando del retiro en la villa de Burjassot (Valencia).

A la pregunta formulada por el general Picasso para que el teniente coronel señalara los hechos de mérito recomendable en el comportamiento observado por toda su tropa con los de omisión, tibieza o desaliento que indujeran al decaimiento de la moral, García Esteban contestará el 18 de agosto de 1921 lo siguiente (énfasis añadido): "Que merece una distinción por el hecho de estar herido al frente de su compañía el capitán Prats. Los oficiales se portaron como buenos, mereciendo algún elogio el capitán Alonso, que mandó en la retirada las fuerzas auxiliares y sirvió de guía". Folio 212 vuelto del Expediente Picasso (FC-TRIBUNAL_SUPREMO_RESERVADO, Exp.50, N.1).

Volvía otra vez a quedar constancia del magnífico comportamiento del capitán Francisco Alonso Estringana (testigo directo de la hazaña realizada por el capitán Asensi) durante la retirada. Ante el general instructor, el teniente coronel García Esteban guardará silencio en relación con la muerte, en rudo combate y al pie de la avanzadilla francesa, del capitán Asensi, los tenientes Núñez y Anisí, y el alférez Alderete; así evitó dicho jefe la espinosa pregunta que pudo y debió hacer el general instructor: ¿Dónde estaba usted, teniente coronel jefe de la columna, cuando los rezagados trataban de acogerse a la avanzadilla de la posición francesa de Hassi Uenzga?. A pesar de ello, Picasso hará constar dichas muertes y sus circunstancias, teniendo en cuenta el parte redactado por el mismo teniente coronel en fecha anterior, concretamente el 10 de agosto de 1921 (folio 772 del Expediente Picasso). Con todo, Saturio García Esteban no consiguió evitar su procesamiento y posterior Consejo de Guerra por su actuación durante la retirada.

Un año después de su declaración ante Picasso, concretamente el día 27 de agosto de 1922, el teniente coronel García Esteban recuperará la memoria al declarar en Toledo lo siguiente (énfasis añadido): "Al empezar a amanecer le ordenó (se refería al teniente Arturo Mandly) adoptara el orden de combate quien tomo acertadas medidas, cubriendo con dos secciones casi toda la columna en el despliegue de las guerrillas por el flanco derecho y la tercera sección por el flanco izquierdo al mando del alférez D. Evaristo Falcó, conteniendo al enemigo con sus fuegos a la entrada del cuadrilátero de los montes Fetachas, mientras la columna tomaba y rebasaba el desfiladero de uno de ellos y como el enemigo muy numeroso le arrollara, observé la bizarría de aquél bravo oficial que desapareció gloriosamente con la mayor parte de las clases y soldados de las dos secciones, mereciendo su comportamiento, como hecho heroico, comprendido a mi juicio en la primera parte, párrafo primero y cuarto del artículo 54 del Reglamento". Folios 21 y siguientes del Expediente de juicio contradictorio para la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando a favor del teniente D. Arturo Mandly Ramírez.

Nunca sabremos por qué el teniente coronel García Esteban no informó al general Picasso, en su declaración de fecha 18 de agosto de 1921, del comportamiento heroico del teniente Mandly pero lo que resulta incuestionable es que si se hubiese abierto el juicio contradictorio a favor del capitán Asensi, hoy tendríamos más testimonios sobre lo realmente ocurrido en tan trágica retirada, pues habríamos podido leer no sólo declaraciones de oficiales de la columna sobre el comportamiento del capitán Asensi sino también las de los oficiales, clases y soldados supervivientes de su compañía. Ha sido una sorpresa para el autor comprobar que en el expediente del teniente Arturo Mandly no se tomó declaración al capitán Francisco Alonso Estringana, testigo presencial del sacrificio del capitán Asensi.

En cuanto a la herida del capitán madrileño Pedro Prats García, debemos aclarar que fue herido en "región posterior lateral derecha del cuello, con orificio de entrada en la cara posterior del referido cuello y de salida en la región lateral de pronóstico menos grave". Más tarde, la comisión de médicos pertinente calificó la herida de leve por lo que, a pesar de sus insistentes reclamaciones, se denegó al capitán Pedro Prats García la Medalla de Sufrimientos por la Patria. En 1942, indultado de la pena de prisión, causará baja en el Ejército al ser también condenado injustamente en 1941 a la pena de separación del servicio, por su negativa a sublevarse en Melilla el 18 de julio de 1936. Volveremos a hablar sobre este oficial, de firmes convicciones republicanas y que fue condecorado con dos Cruces rojas del Mérito Militar de 1ª clase.

"Capitán Pedro Prats García"

Al ser preguntado sobre el comportamiento heroico del teniente Mandly, el capitán Prats García -que hizo la retirada montado en el caballo cedido por el alférez de Alcántara Montero, pues los rifeños le habían matado el suyo- declarará lo siguiente: "No conoció al teniente Mandly ni sabe nada de que haya realizado acto heroico alguno ni dónde se encontraba dicho teniente ni conoce nada relacionado con lo que se le pregunta por cuyo motivo no puede creerle comprendido en ninguno de los artículos del Reglamento".

El capitán Manuel Gil Rodríguez, jefe de la 5ª cía del 1er bón, declaró por su parte que: "Mandly iba en vanguardia y cree debieron matarlo pronto porque en la columna nadie daba cuenta de dicho oficial cuando llegaron a la posición francesa".

Este mismo capitán Gil declaró en otra ocasión que: "La columna avanzaba haciendo fuego en retirada durante el trayecto en armonía con el terreno hasta las alturas inmediatas al Cuadrilátero, donde ya la fuerza consiguió, al ganar las alturas de la otra vertiente, proteger el paso de la columna bajo un fuego mortífero". Corrobora así dicho testimonio la declaración del capitán Moreno Muñoz en el sentido de que, efectivamente, fue necesario ocupar una posición elevada en la cabecera de la columna, para proteger el paso de la fuerza española hacia la zona francesa (hoy sabemos que tan difícil misión fue asumida por la primera compañía del primer batallón mandada por el capitán Asensi).

El teniente Pedro Pérez Martín (también de la 5ª del primero) declaró que sí conocía al teniente Mandly pero que no vio ningún hecho heroico por la situación de las fuerzas y no permitirlo la configuración del terreno.

"Teniente Pedro Pérez Martín. Nacido en Salamanca el 25 de junio
de 1895, era hijo del comandante de infantería don Manuel Pérez
Bustamante y fue condecorado con la Medalla Militar de Marruecos
y una Cruz del Mérito Militar de 1ª clase con distintivo rojo (en 1921
y por los servicios prestados desde el 4 de febrero hasta el 31 de octubre
de 1920). El 13 de febrero de 1926 ingresó en el Hospital militar de Tetuán
falleciendo en dicho lugar por enfermedad el 23 de febrero de 1926. 

Fotografía perteneciente al archivo de Javier  Sánchez Regaña

Por su parte, el alférez José Montero Montero, en declaración prestada en Zeluán el 20 de enero de 1923, manifestó que ignoraba si el teniente Mandly realizó actos heroicos.

La controvertida figura del teniente coronel García Esteban y su actuación durante la retirada de Zoco el- Telatza serán objeto de análisis en una entrada posterior. Absuelto libremente del delito de negligencia en la causa seguida para dilucidar sus responsabilidades en el desastre, por no haberse demostrado que hubiera realizado hecho punible alguno, lo primero que hizo Saturio García Esteban, una vez conocido el veredicto de la sentencia del consejo de guerra, fue entrevistarse con el Rey. Así, el autor ha localizado en un ejemplar del periódico "La Vanguardia", de fecha 18 de noviembre de 1924 (casi un mes y medio después de su absolución), la audiencia militar concedida por S.M. Alfonso XIII al teniente coronel Saturio García Esteban.



"Extracto de un ejemplar del diario ABC, de fecha 18 de noviembre de 1924, donde también se refleja la audiencia militar concedida por S.M. el rey D. Alfonso XIII al teniente coronel Saturio García Esteban, una vez absuelto de los graves delitos que se le imputaban por su actuación durante la retirada de la columna de Zoco el- Telatza, que este oficial dirigió el 25 de julio de 1921 hacia la zona francesa". Hemeroteca Digital, Diario ABC. 

Era así la segunda vez que Saturio García Esteban se entrevistaba con el Rey. En la primavera de 1922, el rey Alfonso XIII concedió su primera audiencia militar al teniente coronel; en dicha audiencia, García Esteban le hizo entrega al monarca de su particular e interesado relato: "Defensa y evacuación de la posición del Zoco el- Telatza por la columna del Teniente Coronel Saturio García Esteban", cuya portada ha sido reproducida en una imagen anterior de esta entrada.


"En la fotografía superior, el teniente coronel Saturio García Esteban acompañado por un alférez (izquierda de la imagen), un jefe moro y el capitán Marciano González Vallés (que mandaba la compañía de ametralladoras del primer batallón del regimiento de África nº 68 y murió en Monte Arruit, a donde este capitán llegó en retirada desde Annual)."España en sus Héroes". Editorial Ornigraf, Madrid 1969.

"Extracto de la sentencia del Consejo de Guerra que absolvió al teniente coronel Saturio García
Esteban de los graves delitos que se le imputaban por la retirada de Zoco el- Telatza".
Expediente personal del teniente coronel García Esteban. Archivo General Militar de Segovia
Ministerio de Defensa.


"Relación nominal de oficiales supervivientes del Regimiento África nº 68, con expresión de su situación antes y después de los sucesos de julio de 1921. Pueden así observarse los nombres de los oficiales supervivientes de la columna de Zoco el- Telatza, viendo donde se encontraban antes y después del desastre". Folio 1.714 del Expediente Picasso. FC-TRIBUNAL_SUPREMO_RESERVADO, Exp. 50, N.4. Archivo Histórico Nacional.

Estimado lector, terminada esta introducción del blog, en futuras entradas el autor narrará detenida y minuciosamente lo ocurrido desde la llegada de la compañía del capitán Asensi al Zoco el- Telatza, el 21 de julio de 1921, hasta la llegada de los supervivientes de la columna a Melilla, el 9 de agosto en el vapor "Bellver". Para ello se analizará a cada uno de sus protagonistas, haciendo constar sus respectivas declaraciones. Se concretarán, más detenidamente, fechas, horas y lugares.

En espera de recibir importante documentación de los archivos militares franceses, esta labor requerirá paciencia y un estudio minucioso. Palma de Mallorca, 15 de noviembre de 2013.


ÁLBUM DEL REGIMIENTO DE LÍNEA ÁFRICA NÚMERO 68. ZOCO EL- TELATZA 1921

Un valioso testimonio iconográfico de la presencia española en el norte de África y todo un referente del legado documental de la fotografía militar. Procede de la antigua biblioteca del Centro Cultural-Deportivo de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire, donde estuvo alojado en la estantería dedicada a la Guerra de África.

En la actualidad, esta pieza gráfica de enorme valor documental, se custodia en el Archivo Militar Intermedio de Melilla, dependiente del Centro de Historia y Cultura Militar de Melilla, a cuya magnífica labor se debe la publicación de este álbum fotográfico. El Centro de Historia y Cultura Militar de Melilla tiene por función principal la protección, conservación, divulgación e investigación del patrimonio histórico, cultural, documental y bibliográfico del Ejército de Tierra en Melilla.

En palabras del coronel director de dicho centro, D. Hamadi Mohamed-Chej Mohamed-Lamin: "El Regimiento África 68, al igual que otras unidades militares de la época considerada, los años veinte del pasado siglo, en ocasiones acostumbraban a documentar sus posiciones, quehaceres y vida cotidiana de campaña. En este aspecto, la aportación de la fotografía se constituye en un testimonio documental muy apreciado hoy en día por historiadores e investigadores.Ya de por sí es muy difícil actualmente encontrar fondos de estas características conservadas en perfecto estado, pero en este caso alcanza aún más importancia, por estar datado en mayo de 1921 -dos meses antes de que se produjera el conocido como desastre de Annual, en el que este Regimiento quedó prácticamente deshecho- y aportar una visión completa de la circunscripción de Zoco T´latza en el que se encontraba ubicado. Este álbum fotográfico fue originariamente enviado como obsequio por el Coronel jefe del Regimiento África 68 al Barón de Casa Davalillo, general Felipe Navarro, 2º Jefe del Territorio de Melilla, tras una visita de inspección de éste".

El álbum fue presentado en Melilla, en mayo de 2013 y en el contexto de la celebración del Día del Libro. Fue editado y publicado por la Consejería de Cultura y Deportes de la Ciudad Autónoma de Melilla (Servicio de Publicaciones) y la UNED-Melilla.

El autor agradece al Centro de Historia y Cultura Militar de Melilla el envío del referido álbum para su posterior difusión. El lector puede ver dicho documento en el correspondiente enlace de la esquina superior derecha del blog.

En la fotografía superior, perteneciente al referido álbum, puede verse a la guarnición de la posición de Arreyen Lao, la 4ª compañía del 1er batallón del Regimiento África (119 soldados y oficiales en total: 3 ingenieros, 82 hombres en la posición principal -en la foto sólo aparecen 48-, y 31 en la avanzadilla a las órdenes del teniente D. Francisco Cortés Aguilar). En la primera fila y sentado (tercero por la derecha y con uno de los perros de la posición) puede verse al capitán D. Antonio Alcaine Albiñana (1895-1921), natural de Torredonjimeno (Jaén) e hijo de un capitán de la Guardia Civil. Tras rechazar un durísimo ataque sobre la posición y ante la carencia de víveres y municiones, la guarnición intentó replegarse sobre el campamento de Zoco el- Telatza. Sólo lo consiguieron unos pocos, pues el recuento final de supervivientes de la compañía arrojaba la dramática cifra de 7 soldados; se trataba del corneta Eusebio Aparicio Oviondo y de los soldados Ángel García Benito, Doroteo Ferreras García, Félix Sánchez Gómez, Francisco Almagro Ruiz, José García Corral y José Illarde Blanch. La unidad había sido prácticamente aniquilada, incluyendo a su capitán y el teniente D. Emilio Sancho Hernández. 



                                                                   "Capitán Antonio Alcaine Albiñana"
                                                                                                                                                                   


En la imagen superior, fotografía tomada por el autor desde "el balcón de Arreyen Lao". La fotografía fue realizada el 26 de abril de 2014, durante la expedición organizada por el Grupo 26 de Abril de 2014 África 68; fue realizada desde los restos del parapeto de la posición defendida por la 4ª compañía del 1er batallón del Regimiento África 68. Dicha posición elevada quedó aislada una vez producido el levantamiento rifeño por lo que soportó un durísimo ataque que agotó rápidamente las municiones y provisiones disponibles. El teniente coronel García Esteban afirmó que, ante la apurada situación, autorizó el repliegue de la compañía al Zoco el- Telatza; agotados, pues, los medios de defensa, el capitán Alcaine Albiñana ordenó la evacuación de la posición al grito de ¡sálvese el que pueda! momento en el que fueron nuevamente atacados, pereciendo el capitán luchando hasta el último momento y protegiendo así la retirada de los supervivientes de la compañía. En su hoja de servicios aparece como nota de concepto la de "valor acreditado".

"Cuerpo de Guardia y garita de la puerta principal del campamento de Zoco el- Telatza (vistos desde el Este)". Álbum fotográfico del Regimiento África nº 68, publicado en el año 2013 por la Consejería de Cultura de la Ciudad Autónoma de Melilla en colaboración con el Archivo Intermedio del Centro de Historia y Cultura Militar de Melilla (fondo documental al que pertenece dicha obra). Patrimonio del Ejército de Tierra en Melilla.

LISTADO-RELACIÓN NOMINAL DE LOS SOLDADOS SUPERVIVIENTES DE LA PRIMERA COMPAÑÍA DEL PRIMER BATALLÓN DEL REGIMIENTO ÁFRICA NÚMERO 68. Compañía mandada por el capitán Francisco Asensi Rodríguez.

1.- Cabos: Francisco Segui Otón, Antonio Álvarez Méndez, Eduardo Vega Cedillo, Isidro Sáez Martínez, Honorio Martín Ramos.
2.- Soldados de primera: José de la Torre Robles, José Gutiérrez Gascón, Romualdo Muriana Herrera.
3.- Soldados de segunda: Armando Olín Rovira, Antonio Hernández Herrera, Antonio García Cuevas, Adolfo Artell Porcal, Benjamín Castellano Ramos, Baltasar Trueba Martínez, Carlos Castañeda Álvarez, Clodoaldo Monfort Rodríguez, Esteban Lote Olave, Francisco Ortiz Lorente, Faustino Fernández Quintana, Francisco Ferrer Montalbán, Fernando Yañez Fajardo, Francisco Carmona Rodríguez, Francisco Santos Cruz, Francisco Gómez Ungido, José Villaroel Fernández, José Gatell Torrens, Juan Sánchez Porras, Juan Lorenzo Cumpian, Juan Lorenzo Quintas, Julio Fuentes Domínguez, Juan Sánchez Collado, Juan Rico López, Manuel Molina Morilla, Manuel Rivas Díaz, Montserrat Lorente Ávila, Miguel Pardo Gómez, Miguel González López, Manuel Villar Sierra, Máximo Plaza, Manuel Palacios Morán, Miguel Tomás Franch, Manuel Cuevas Sánchez, Miguel Besnud Salvador, Miguel Guerrero Capeli, Pedro Balader Gallego, Pedro Justicia Molina, Raimundo Sáez Gómez, Salvador Martín Durán, Saturnino de Fe Alcalá, Severino Rivera Fernández, Tomás Beltrán Cervera, Vicente Valiente River, Vicente Barber Ferrer, Vicente Boix Alber(t).

"Compañía de reclutas del Regimiento África nº 68 desfilando ante el Comandante General de Melilla. En la foto pueden apreciarse claramente el deficiente equipamiento y calzado de la tropa (las denostadas alpargatas)".

LISTADO-RELACIÓN NOMINAL DE LOS SOLDADOS SUPERVIVIENTES DE LA TERCERA COMPAÑÍA DEL PRIMER BATALLÓN DEL REGIMIENTO ÁFRICA NÚMERO 68. Compañía mandada por el teniente Arturo Mandly Ramírez.

1.- Cabos: Prudencio Romo Rodríguez, Manuel Mostaso Ruiz, Jesús Treceño Guijarro.
2.- Soldados: Gabriel García Álvarez, Antonio García Pérez, Antonio Sánchez Nájera, Antonio Martín Ruiz, Cristobal Enrique Rodríguez, Domingo Bauzá Martín, Domingo Heredia López, Eulogio Arnado Expósito, Esteban Ortega Gómez, Eduardo Fernández Orellana, Esteban Calmernijo Cortés, Faustino Sierra Fernández, Federico Yumber Garriga, Francisco García García, Florencio Bagués Marcos, Fortunato González Blana, Francisco Esparza Villalba, Francisco Espert Antrich, Francisco Calle Crespo, Francisco Carmona Hernández, Gregorio Briones Amor, José Guardia Mateo, Juan Godino Expósito, José Poch Manero, Luis Mayo Carreras, Manuel López Maldonado, Marcelino Casado González, Miguel Boira, Manuel González Salicio, Miguel López Pérez, Manuel Gutiérrez Arribas, Paz Molina Martínez, Rafael Nevot Nevot, Santiago Rodríguez Fernández, Segundo Quintana Fernández, Vicente Torres Monfort, Francisco Martos Caparrós, Eugenio Doncel García, Fidel Calzadilla Pérez, José Rodríguez Ribas y Juan Rojo Martínez.

"Listado de los soldados y clases supervivientes de la 3ª compañía del 1er bón del
África 68. Expediente Picasso FC-TRIBUNAL_SUPREMO_RESERVADO Exp. 50_6_0361"
Con el número 20 en el listado aparece el soldado Francisco Esparza Villalba

"Soldado don Francisco Esparza Villalba (1898-1968)"
Fotografía del archivo familiar de Francisco Esparza Losada

Uno de los soldados supervivientes de la compañía del valeroso teniente Arturo Mandly fue el valenciano don Francisco Esparza Villalba. Nacido en Castielfabib (Rincón de Ademuz, Valencia) el 26 de julio de 1898, en 1921 fue destinado a Marruecos con apenas 22 años y sería agregado a la tercera compañía del primer batallón a las órdenes del teniente Mandly y el alférez Evaristo Falcó Corbacho.

El autor agradece a su nieto, Francisco Esparza Losada, la información facilitada sobre su abuelo y las fotografías y documentación enviadas. En la fotografía superior, de estudio, Francisco aparece ataviado con el uniforme y alzacuello del regimiento África 68 (alzacuello donde puede apreciarse claramente el numeral de su unidad, así como en la hebilla del cinturón).

Afortunadamente Francisco Esparza Villalba regresó a su pueblo natal, una vez concluido su periodo de servicio militar en Marruecos (donde también prestaría servicio en el Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas), y allí continuó su vida, se casó y tuvo hijos; en Castielfabib continuaría trabajando la tierra, pues era agricultor. Y así, trabajando y labrando la tierra con un macho, murió el 8 de junio de 1968.

Muy interesantes eran las historias que contaba Francisco al cura del pueblo y a sus amigos, reunidos en torno a su mesa. Todos ellos comentaban la dureza de lo vivido y sus experiencias en Marruecos; fue tal la impresión de lo vivido que Francisco Esparza llegaría al extremo de cambiar hasta el día de su cumpleaños; en adelante lo celebraría el día de Santiago (25 de julio, patrón de España), porque en aquella ocasión "salvó la vida dos veces", según sus propias palabras.

En la memoria de su familia destaca el siguiente relato, que nos ha llegado difuminado por el paso del tiempo: "Fueron atacados por muchísimos moros que les hicieron una encerrona, siendo masacrados, y cayéndole encima numerosos compañeros muertos. Los moros llegaron a cogerlos prisioneros en una ocasión y, cuando iban a fusilarlos, él cayó de los primeros con otros -gravemente herido- y allí quedó entre los muertos (con un tal Casimiro -vecino de un pueblo cercano al suyo-, un gallego y otro asturiano). Después consiguió recuperar el conocimiento y deambular por el desierto, llegando incluso a beber su propia orina. Y entonces ¡apareció la figura del alférez don Evaristo Falcó Corbacho! que encontró al soldado de su compañía Francisco moribundo. Contaba el bueno de Francisco que su alférez le llamó por su nombre de pila, se lo cargó al caballo y se lo llevó con él, protegiéndole. Durante el resto del trayecto de la retirada, el alférez no paraba de hablarle continuamente para ver cómo se encontraba porque pensaba que su soldado se le moría.

Llegaron así a un río y contaba Francisco que el río no llevaba suficiente agua para apagar la sed que había pasado en los últimos días (el autor supone que ya en la zona francesa)".

Este sorprendente relato ha podido ser corroborado en parte, pues resulta estremecedor leer el testimonio del soldado Fidel Calzadilla Pérez, compañero también de Francisco Esparza y que se presentó en Melilla ante el teniente coronel de Estado Mayor don Vicente Calero Ortega, dando lugar al correspondiente atestado de fecha 27 de agosto de 1921. El soldado Fidel Calzadilla relató lo siguiente: "al pasar por una cortadura entre dos montañas fueron atacados por más de 2.000 moros, defendiéndose la columna, pero fueron hechos prisioneros el compareciente y unos 27 hombres más, quitándoles el equipo y la ropa, y llevándoles a unas jaimas donde había otros 30 prisioneros; conduciéndoles a beber agua fueron agredidos furiosamente y solo quedaron dos escondidos en unas matas logrando penetrar por la noche en la zona francesa. Fue detenido nuevamente y arrojado a un pozo del cual pudo salvarse a nado. En la zona francesa encontró a otro moro que lo socorrió y le enseñó dónde estaba el campamento francés, al que llegó el día 30 por la mañana".

De aquella odisea que vivieron juntos quedó en Francisco Esparza un sentimiento de enorme y eterna gratitud hacia el alférez de su compañía, Evaristo Falcó Corbacho, por haberle salvado la vida. Y entre ambos, se forjaría así una entrañable y duradera amistad, reflejada en un abundante intercambio epistolar a lo largo de los años. Amistad que ni siquiera truncaría la guerra civil, a pesar de haber luchado ambos -por azar e ironía del destino- en bandos diferentes.

"Evaristo Falcó Corbacho (1895-1966)"
Archivo Francisco Esparza Losada

El alférez de la tercera compañía del primer batallón D. Evaristo Falcó Corbacho era gallego. Había nacido un 20 de enero de 1895, en la casa solariega del segundo teniente de infantería Germán Falcó, situada en la villa de Verín (Orense) que está emplazada en el centro de la fértil comarca del valle de Monterrei; el alférez creció en un entorno natural privilegiado, pues el precioso valle del río Támega y las montañas que lo circundan al Oeste (con el Alto de Valdeagua, a 940 metros de altitud) hacen del lugar un paisaje de singular belleza. Viejos árboles de ribera y pinos rodean la villa de Verín, que nació al pie de la importante fortaleza de Monterrei, construida durante la Baja Edad Media.

Evaristo Falcó Corbacho ingresó en la Academia de Infantería de Toledo el 7 de septiembre de 1914 y después de sus años de servicio en el Ejército de Tierra (donde incluso llegó a estar destinado en los Grupos de Fuerzas Regulares Indígenas del Protectorado) pasó a formar parte de la Guardia civil, en 1925; en dicho Cuerpo permanecería hasta el 21 de enero de 1957, fecha de su retiro con el grado de coronel.

Oficial con valor acreditado -pues, además de poseer la Medalla Militar de Marruecos (que luce en la fotografía superior con la graduación de teniente), fue condecorado con una Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo en 1923-, resultó también bastante afortunado. Don Evaristo salvó la vida en varias ocasiones, no sólo en la sangrienta retirada de Zoco el- Telatza sino también en la trágica Guerra Civil; encuadrado desde octubre de 1936 en el 5º batallón del Regimiento de Infantería "La Victoria 28" (que formaba parte de la 4ª Brigada Navarra del Ejército Nacional), la divina providencia le salvó de una muerte segura por segunda vez. Así, en las operaciones del 2 de diciembre de 1937 en el frente de Álava, fue herido de consideración al recibir un balazo con orificio de entrada por el lado derecho del cuello y salida por su nuca.

Casado en 1924 con doña Flora Calvo Piñón, el matrimonio tuvo cuatro hijos: Evaristo, Ángel, Flor y María José. La singular educación y apostura de este oficial resultará determinante a lo largo de su vida, como lo demuestran, no sólo las cartas que envió al soldado de su antigua compañía, Francisco Esparza, sino también el telegrama del alcalde de Foz (Lugo), de fecha 21 de junio de 1931, donde dicha autoridad agradece el loable comportamiento de don Evaristo, que con su celo y tacto logró evitar un día de luto en la constitución del Ayuntamiento de dicha localidad, durante la II República Española.

El coronel Falcó Corbacho falleció en Madrid, el 29 de julio de 1966 en el Hospital Militar del Generalísimo.

"Fortaleza de Monterrei"

"Soldados pertenecientes al regimiento África número 68 de Melilla. Con toda
probabilidad pertenecen a la tercera compañía del primer batallón, antes de que
se produjera el desastre de julio de 1921".
La fotografía pertenece al archivo familiar
de Francisco Esparza Losada.


LOS HIJOS DEL CAPITÁN D. FRANCISCO ASENSI RODRÍGUEZ

Por ellos y a ellos está también dedicado este blog, para que perdure también su memoria entre los descendientes de las familias Asensi Mendoza y Laguna Asensi.

1.- D. José Alfredo Asensi López-Blanco.


"D. José Asensi López-Blanco"
Archivo del autor

Nacido en Burgos el día 17 de septiembre de 1917, a las 00:30 horas. Coronel de infantería, perteneció al Tercio Sahariano Alejandro Farnesio IV de la Legión, siendo además uno de sus más notables y caracterizados organizadores. Así, en diciembre de 1957 se hizo cargo, como comandante de infantería, del mando de la XI Bandera de dicho Tercio así como de la Plana Mayor e incluso, accidentalmente, de la mayoría del Tercio.

Entre los cargos más relevantes que ostentó destacan el de ayudante de campo del Gobernador Militar de la provincia del Sáhara, desde el 27 de febrero de 1967 hasta fin de 1971; ayudante de campo de S.E. Teniente General D. José María Pérez de Lema-Tejero, Capitán General de la 6ª región militar de Canarias hasta fin de abril de 1973. En este último cargo, el 2 de mayo de 1973, con motivo de la visita de SS. AA. RR. los príncipes de España Don Juan Carlos y Doña Sofía (futuros reyes de España), formando parte de la comitiva, acompaña al Capitán General en helicóptero a las islas de Hierro y La Gomera, regresando a Tenerife en el mismo medio de transporte.

Ostentó también el mando del Batallón de Cabrerizas número uno, desempeñando la importante misión de proteger los yacimientos y cinta transportadora de los fosfatos de Bu Craá (descubiertos por España en 1947), objetivo preferente de los ataques de los guerrilleros del Frente Polisario a principios de la década de los 70.

Perteneció también al Servicio de Intervenciones del Protectorado marroquí; en una primera etapa, desde diciembre de 1943 hasta fin de marzo de 1952, prestando sus servicios en lugares como Taatof, y en una segunda etapa, desde 1954 hasta el 30 de septiembre de 1956, fecha en la que desaparece el referido servicio como consecuencia de la independencia concedida a Marruecos.

Durante esta época en que, a petición suya, estuvo destinado como capitán interventor en el territorio del Kert (Marruecos oriental, territorio del Rif), el 4 de junio de 1954 fue destinado a prestar servicios en la cabila de Temsaman, oficina de Budimar, dedicándose por entero a investigar lo ocurrido en el desastre de Zoco el- Telatza intentando así esclarecer todo lo concerniente a su padre, el capitán Asensi.

Lamentablemente, el secretismo y hermetismo oficial con que era tratado todo asunto relacionado con el "Desastre de Annual" le impidieron lograr todo su propósito, pues nunca tuvo acceso al expediente personal de su padre, a pesar de saber que había sido propuesto para la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando; aún así, conoció y estuvo a las órdenes de Bocinos Villaverde, uno de los alféreces supervivientes de la compañía que mandaba su padre, durante el tiempo en que prestaba servicio como interventor en el territorio del Lucus.


"D. José Asensi a caballo, mientras recorre las cabilas del Rif oriental durante
la época en que desempeñó el cargo de capitán interventor en el Servicio de
Intervenciones del Protectorado español en Marruecos"
La fotografía pertenece al archivo de la familia Asensi Mendoza y ha sido cedida
a este blog por su hija, María Jesús Asensi Mendoza.

D. José Asensi López-Blanco falleció en Málaga, el día 21 de diciembre de 1984. Gran aficionado a la historia y profundo conocedor de la lengua árabe y el "chelja" rifeño, que hablaba con fluidez, fue autor del libro "20 de septiembre de 1920. Episodios legionarios, Sáhara, seminario de la provincia. Aaiún, 1975", de imprescindible referencia para todos los historiadores de esta prestigiosa unidad del Ejército Español.

"Extracto de los Episodios Legionarios, redactados por el comandante de infantería Asensi López-Blanco. En este caso hace referencia a la gesta realizada en septiembre de 1921 por el cabo Suceso Terrero y 14 legionarios, que reforzaron el blocao Dar Hamed hasta morir todos ellos tras un combate épico en el que más tarde sería conocido como "el blocao de la muerte". Era la primera vez que los rifeños arrebataban una posición a los legionarios pero fue cuando ya no quedaba ni uno vivo. El episodio ha sido objeto de representación teatral en numerosas ocasiones, la última el 13 de septiembre de 2013 en el Teatro Kursaal de Melilla (drama en tres actos y prosa, original del capitán caballero legionario fallecido Leandro Alfaya Rey)". Sala Histórica del Tercio Gran Capitán 1º de la Legión. Archivo del autor

Casado con Doña Elisa Mendoza Carrasco el 5 de octubre de 1940, el matrimonio tuvo seis hijos: José Alfredo, Luis Carlos, Francisco, María Jesús, Fernando y Elisa.



"Elisa Mendoza Carrasco. Nacida el día 1 de enero de 1922
en Belicena (Granada)"
La fotografía ha sido cedida por su hija, María Jesús Asensi
Mendoza. Archivo de la familia Asensi Mendoza

Este prestigioso oficial fue distinguido con las siguientes condecoraciones, entre otras:
  • Medalla Militar Colectiva, concedida al 5º Tabor de Regulares de Infantería de Melilla, al que perteneció. Esta condecoración fue otorgada por la siguiente meritoria actuación de esta unidad durante la decisiva Batalla del Ebro: Una batería de artillería de la 13ª División fue copada y encerrada en una bolsa. El Mando de la División ordenó al 5º Tabor de Regulares acudir a rescatar a sus compañeros. La unidad, en vigorosa ofensiva, rompe el frente enemigo y protege el repliegue de la batería completa, con cañones y supervivientes, necesitando para ello abrirse paso en dura lucha cuerpo a cuerpo, con cargas a la bayoneta (hasta tres cargas fueron necesarias hasta llegar a Gandesa). El resultado fue recuperar la batería para la División a costa de muchísimas pérdidas para el Tabor.
  • Medalla Militar Colectiva concedida a la 13ª División, a la cual pertenecía con el 5º Tabor. La heredera de esta prestigiosa unidad de élite del Ejército Español fue la famosa 1ª División Acorazada "Brunete", con sede en El Goloso (Madrid). Renombrada en 1996 como División Mecanizada "Brunete" nº 1, la unidad fue disuelta en el año 2006 tras la oportuna reorganización del Ejército de Tierra.
  • Cruz de Caballero de la Orden de Cisneros (O.C. 18 de septiembre de 1958). La Orden de Cisneros es una distinción civil al Mérito Político que se concede en premio de relevantes servicios prestados a España.
  • Medalla de Sufrimientos por la Patria.
  • Cruz roja del Mérito Militar de 1ª clase.
  • Medalla de Campaña.
  • Cruz de Guerra. El motivo de la concesión será el haber realizado actos o servicios muy destacados que tuvieran una extraordinaria eficacia en el desarrollo de una batalla o combate.
  • 2 Cruces de 1ª clase de la Orden del Mérito Militar con distintivo blanco (una de ellas pensionada).
  • 3 Cruces de 2ª clase de la Orden del Mérito Militar con distintivo blanco.
  • Autorización para el uso del distintivo de 4 galones dorados correspondientes a otras tantas heridas recibidas en acción de guerra.
  • Medalla de África.
  • Medalla del Sáhara por su participación en la zona de combate.
  • La Orden de África en su categoría de comendador con Placa (D.O. nº 266 de 1968).
  • Placa y Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo.
  • Mención Honorífica sencilla por O.C. de 11 de Enero de 1960 (D.O. nº 8).
  • Medalla de Bronce de la ciudad de Melilla.
  • Medalla de la Paz de Marruecos.
  • Insignia de la Orden de la Mehdauia, con el grado de oficial. Esta condecoración civil fue creada el 18 de agosto de 1926 por S. A. I. El Jalifa Muley el Mehdi Ben Ismael. El objetivo era distinguir los servicios prestados al Protectorado; la otorgaba el Jalifa a propuesta de las autoridades españolas.
  • Distintivo al Mérito Interventor. O.C. de 24 de enero de 1955 (D.O. nº 20).
  • Placa del Mérito deportivo en su categoría de Plata.

"Ampliación de una fotografía del coronel Asensi López-Blanco para poder
 observar el pasador con las distintas condecoraciones, anteriormente citadas,
 otorgadas a dicho oficial. En su brazo destacan los cuatro galones dorados
 y la Medalla Militar colectiva, insignia individual. El círculo central de la
 orla de la Medalla Militar está bordado en rojo, con la acción y fecha que
 determina el real decreto de concesión, en oro. Las dos barras de oro que se
 observan en la ampliación de la fotografía, bordadas debajo de la insignia
individual y separadas de ella o entre sí, por cinco milímetros, acreditan la
 posesión de dos Medallas Militares colectivas, otorgadas por el valor muy
distinguido en campaña". Archivo Asensi Mendoza

En su hoja de servicios consta la siguiente ampliación exclusiva del Sr. Coronel Jefe del IV Tercio Sahariano (1966): "Este Jefe por su gran espíritu e inteligencia es extraordinariamente apto para desempeñar cualquier misión que se le encomiende". El Excmo. Sr. Coronel Jefe de la Junta Calificadora del Tercio Gran Capitán I de la Legión correspondiente al año 1963: "Jefe muy trabajador y celoso de su misión". El mismo Coronel Jefe anota lo siguiente en el año 1964: "Acendrado espíritu militar y valioso colaborador del mando". 1970: "Jefe de gran espíritu militar, trabajador y de una gran eficiencia en cuantos cometidos se le encomiendan".

"En el centro de la fotografía, D. José Asensi López-Blanco al frente de la XI Bandera del 4º Tercio Alejandro Farnesio, durante unas maniobras celebradas en los años 50 del pasado siglo en la playa de la Cebadilla (en la Bahía de Alhucemas, donde tuvo lugar en 1925 el primer desembarco aeronaval de la Historia Universal -que sirvió de inspiración al general norteamericano Dwight Eisenhower para la planificación  del desembarco de Normandía en 1944, durante la segunda guerra mundial-, hecho trascendental en la Historia de España pues supuso el principio del fin de la Guerra del Rif  y la consiguiente derrota de Abd el- Krim, gracias a la cooperación franco-española)".





"La permanencia del coronel Asensi López-Blanco en la Legión estuvo repartida entre el Tercio "Alejandro Farnesio" 4º de la Legión, el Tercio sahariano del mismo nombre  y el Tercio "Gran Capitán 1º". Durante su destino en este último, realizó los famosos EPISODIOS LEGIONARIOS, que actualmente se encuentran en la "Sala Coronel Asensi" de la Sala Histórica del Tercio Gran Capitán, situada en el fuerte de Cabrerizas Altas de Melilla". La fotografía pertenece al archivo del autor.
      

"En la fotografía superior, el fuerte de Cabrerizas Altas, que formaba parte de la línea exterior de defensa de Melilla. En 1893, el Gobernador de Melilla, general García Margallo, fue muerto de un disparo en la cabeza a la entrada de la fortificación al efectuar una temeraria salida. En la actualidad, dicho fuerte forma parte del acuartelamiento Millán Astray del Tercio Gran Capitán 1º de la Legión y en su interior alberga un pequeño museo del citado Cuerpo llamado Sala Histórica. Una de las salas del museo está dedicada a la figura del coronel D. José Asensi López-Blanco; en su interior pueden verse no sólo los Episodios Legionarios sino también una gran variedad de armamento histórico español y extranjero de incalculable valor y significación histórica". Fotografía que pertenece al archivo del autor y fue tomada en la visita de familiares del coronel Asensi al museo, quienes agradecieron a la Comandancia General de Melilla la magnifica visita guiada por el cabo legionario Cañizares el 25 de abril de 2014.
"Sala Histórica del Tercio Gran Capitán 1º de la Legión. Fuerte de Cabrerizas Altas"

"Con motivo de la conmemoración del XCIV aniversario de la creación de la Legión Española, el viernes día 19 de junio de 2014 tuvo lugar el acto de presentación de la reedición del libro "20 de Septiembre de 1920" por parte del Tercio Gran Capitán 1º de la Legión. Obra reeditada cuyo autor fue el Coronel de Infantería José Asensi López-Blanco y que fue anteriormente editada en el Aaiún (Sáhara Español) en el año 1969. El acto fue presidido por el Comandante General de Melilla. En diciembre de 2014 tendrá lugar su presentación en Madrid". Fundación Tercio de Extranjeros cuya sede radica en Málaga.
"Santísimo Cristo de la Buena Muerte. Sala Histórica del Tercio Gran Capitán. Fuerte 
de Cabrerizas Altas Melilla. La imagen fue donada al Tercio por la Congregación del 
Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Ánimas y Nuestra Señora de la Soledad de Málaga.
Reproducción exacta del antiguo Cristo de Mena, tallada en madera de Cedro Real, fue
terminada en Noviembre de 2013 por el escultor malagueño Rafael Ruiz Liébana.
Fotografía perteneciente al archivo particular del autor. Abril de 2014"


2.- Dª María Asensi López-Blanco.


"María Asensi López-Blanco"
Archivo del autor

Doña María Asensi López-Blanco nació en Huércal-Overa, provincia de Almería, el día 3 de noviembre de 1919, a las 9:00 horas de la mañana, mientras su padre estaba destinado, con la graduación de capitán, en la Caja de reclutamiento nº 40 de la correspondiente zona de reclutamiento.

Casada con el capitán de regulares de infantería D. Porfirio Laguna Luis (futuro General Gobernador de la plaza y provincia de Castellón), el matrimonio tuvo siete hijos: Francisco, José María, Porfirio, María Elena, María Cristina, Pilar y Carlos.


"Fotografía de Dª. María Asensi López-Blanco el día de su boda con el capitán de regulares
 de infantería D. Porfirio Laguna Luis, celebrada en Melilla el 17 de mayo de 1939".
Archivo de la familia Laguna Asensi

"Beni Arós (Marruecos). Vista panorámica de la huerta de Sidi Alí desde el emparrado. Este emparrado era el acceso principal a la oficina del gobierno comarcal de Beni Arós (Intervención). El comandante Laguna Luis ostentaba en aquella época el cargo de gobernador o interventor de Beni Arós, cuya capital era Sidi Alí y en donde vivían el gobernador y su familia. Ostentaría también el cargo de vicecónsul en Nador, cuando D. Carlos Robles Piquer (Ministro de Educación y Ciencia en 1975-1976) ejercía las funciones de cónsul. A la derecha de la fotografía, a media distancia, destaca un pequeño edificio que fue primero consultorio médico y después escuela de la comarca. Frente a él se extiende un gran eucaliptal bajo cuya sombra se instalaba todos los jueves el famoso zoco de Beni Arós. Finalmente, entre la masa arbórea o forestal se percibe una mancha blanca: es una de las fachadas del nuevo hospital de Beni Arós, que fue construido durante el mandato del comandante Laguna Luis".

Las fotografías y los comentarios han sido proporcionados por José María Laguna Asensi y pertenecen al magnífico archivo fotográfico del general Laguna Luis.




El General D. Porfirio Laguna Luis será el encargado de recoger el testigo dejado por D. José Asensi López-Blanco, continuando la tarea de intentar obtener toda la documentación e información posible sobre el capitán Francisco Asensi. Sin embargo, tampoco logrará su propósito, a pesar de sus denodados esfuerzos para esclarecer la verdad y todo lo ocurrido en el Zoco el- Telatza. Más adelante, el autor revelará un dato sorprendente sobre lo ocurrido en el Consejo de defensa en el que se decidió la retirada de la columna hacia la zona francesa; importantísimo dato obtenido en una conversación con el general Laguna.


"General D. Porfirio Laguna Luis (1909-1994)"

Él mismo, relatará a uno de sus hijos, José María Laguna Asensi, lo infructuoso de sus reiterados esfuerzos, en una carta fechada en 1989 y en los siguientes términos (énfasis añadido):

"Si te fuera de verdadera precisión para tus fines, me lo dices y te indicaré donde podrían darte datos, pero no te lo aconsejo porque te van a traer como p por r, como me ha ocurrido con dos o tres cosas (una de tu abuelo, marido de mamá) del que no conseguí ni un dato, como si no hubiera existido, después de llevarme y yo escribir cartas y cartas, de archivo en archivo, desde el de Simancas hasta el de Indias, es un decir. Tenía pensado revolverme diciéndoles que cómo cobraba la pensión, pero no lo hice, no sea que se la quitaran, es un decir".


"Extracto de la carta enviada por D. Porfirio Laguna Luis a su hijo José María
Laguna Asensi donde le relata, en 1989, la imposibilidad de acceder a la
documentación oficial existente en relación con D. Francisco Asensi Rodríguez"


"Instancia presentada en 1989 por la viuda del capitán Asensi, Doña Piedad, por la que solicita
 el documento que obre en su expediente de pensión de viudedad en donde se certifique la
defunción o desaparición en acción de guerra de su difunto esposo"
Archivo de la familia Laguna Asensi

"Contestación a la instancia presentada por la viuda del capitán Asensi. Se le comunica que no aparece
certificado de defunción de D. Francisco Asensi Rodríguez y se le informa de la posibilidad de dirigirse al
Servicio Histórico Militar, por si en los Archivos Generales de Segovia existiera el documento interesado".
Lo cierto es que no existía dicho documento, de ahí la sorpresa y reacción del General Laguna en el sentido de preguntarse que cómo era posible que cobrase la pensión su madre política. Cuando la familia se dirija al AGM
 de Segovia les contestarán que no aparece ningún documento relativo al capitán Asensi.
Archivo de la familia Laguna Asensi


"Real Orden de S.M. D. Alfonso XIII, de fecha 15 de septiembre (Diario Oficial del Ministerio de la
guerra nº 209, de 17 de septiembre de 1922). Se dispone que causen baja en el Ejército por fin de
julio de 1922, los jefes y oficiales de Infantería desaparecidos durante los sucesos ocurridos en la
zona de Melilla en el mes de julio de 1921. En la relación de capitanes se cita al capitán Asensi
como desaparecido cuando era público y notorio su fallecimiento en combate".
Biblioteca vitual del Ministerio de Defensa, a cuya magnífica labor y colaboración se debe el que
la familia del capitán Asensi haya podido, al fín, desvelar todo lo ocurrido en relación con su pariente.


El General Laguna Luis falleció en Castellón de la Plana el día 6 de noviembre de 1994, sin lograr tan loable propósito. Estudioso de la cultura árabe, era capaz de hablar con fluidez dicha lengua y el chelja, idioma bereber hablado por los rifeños, a los que tenía sincero aprecio; estos conocimientos le permitieron mantener excelentes relaciones con los yebalíes y rifeños, durante sus años de servicio en el Protectorado español de Marruecos.

Y aquí viene otro hecho singular de esta historia, examinando el expediente personal y toda la documentación existente en el Archivo General Militar de Segovia sobre el capitán D. Francisco Asensi, el autor encontró el día 9 de noviembre del año 2012 (dentro del referido expediente personal) la instancia presentada el 12 de mayo de 1989 por Doña Piedad López-Blanco Barcelona (de 93 años de edad en aquel año), firmada por su yerno el General Laguna Luis y acompañada por la preceptiva declaración jurada de la viuda del capitán.

En dicha instancia, con la referencia nº 754/2144 (580-g, 1ª Secc./652), la familia solicitaba toda la documentación certificada correspondiente al capitán D. Francisco Asensi Rodríguez.

Sorprendentemente, dicha solicitud o instancia fue contestada ¡en 1989! con un enigmático y escueto "No aparece", contestación firmada por el coronel jefe del Archivo General Militar de Segovia en aquel tiempo.

Dicha contestación está actualmente incluida, junto con la referida solicitud, entre toda la documentación existente sobre el heroico capitán.

María Asensi, última protagonista de esta historia, falleció en la ciudad de Valencia el día 12 de marzo de 2008. En la memoria de sus nietos queda el recuerdo de oírle decir que era hija de "un bizarro capitán".

Durante décadas, cada vez que los nietos y bisnietos del capitán Asensi observaban su foto en el salón de la casa familiar, y preguntaban qué fue lo que ocurrió con su ascendiente, no obtenían otra respuesta que: "Desaparecido en Annual".

Ella fue quien regaló al autor, en el verano de 1998, el libro "Historia secreta de Annual" así como todas las fotografías que forman parte de su archivo. Esa fecha es el origen último de este blog y el punto de partida de las investigaciones realizadas por el autor en estos últimos catorce años.


"Una jovencísima María Asensi López-Blanco en la época en que residía en la ciudad
de Melilla"
Archivo del autor

"General de Brigada de Infantería D. Porfirio Laguna Luis, en la época en que ostentaba el cargo de Gobernador militar de la plaza y provincia de Castellón de la Plana (lo fue también de Teruel). De la promoción de 1928, el General Laguna  estaba en posesión de las siguientes condecoraciones, entre otras: 2 Cruces de Guerra, 3 Cruces rojas del Mérito Militar de 1ª clase, 2 Cruces del Mérito Militar de 2ª clase con distintivo blanco (una pensionada), Cruz del Mérito Militar de 3ª clase con distintivo blanco, Medalla de campaña, Placa de Saada (Comendador ordinario Rº 1047, concesión en fecha 18 de julio 1946) de la Orden de la Mehdauia (1926-1956), Medalla de África, Medalla de Sufrimientos por la Patria, Gran Cruz de la Real Militar Orden de San Hermenegildo,  Placa y Cruz de la misma Orden. Estaba también en posesión de distintivos de Regulares (perteneció al Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Infantería nº 2 de Melilla, una de las unidades más condecoradas en la historia del Ejército Español), Servicio de Intervenciones y Alto Estado Mayor". Archivo de la familia Laguna Asensi







CONDECORACIONES DEL CAPITÁN D. FRANCISCO ASENSI RODRÍGUEZ

1.- En el año 1908. La Medalla de Plata de los "Sitios de Zaragoza" como comprendido en el Real Decreto de 9 de julio (C.L. Nº 126).

"Medalla de Plata de los Sitios de
Zaragoza concedida en 1908"

2.- En el año 1910. La Medalla de Plata de los "Sitios de Gerona" como comprendido en el Real Decreto de 28 de enero (C.L. nº 19).

"Medalla de Plata de los Sitios de
Gerona, concedida en 1910"

3.- En el año 1917. La Medalla Militar de Marruecos con el pasador "Melilla", según Real Orden manuscrita de 7 de febrero.


"Medalla Militar de Marruecos,
concedida en 1917"


"Capitán Francisco Asensi Rodríguez (1886-1921)"


CUERPOS Y SITUACIONES  DEL CAPITÁN ASENSI DESDE SU ENTRADA EN SERVICIO.

  • Batallón de cazadores de Llerena número 11, hasta fin de agosto de 1912.
  • Regimiento de Infantería África número 68 (Melilla), hasta fin de octubre de 1913.
  • Regimiento de Infantería León número 38 (Madrid), hasta fin de julio de 1914.
  • En el cuadro para eventualidades del servicio de Melilla, hasta fin de agosto de 1914.
  • Regimiento de Infantería África número 68, hasta fin de agosto de 1916.
  • Regimiento de Infantería "La Lealtad nº 30" (Burgos), hasta fin de junio de 1918.
  • Regimiento de Infantería "San Marcial número 44" (Burgos), hasta fin de julio de 1918.
  • Caja de reclutamiento de Huércal-Overa nº 40 (Almería), hasta fin de enero de 1920.
  • Regimiento de Infantería "Princesa número 4" (Alicante), hasta fin de septiembre de 1920.
  • Regimiento de Infantería África número 68, hasta el 25 de julio de 1921 que falleció en combate.



"El autor, exponiendo sus investigaciones sobre el Capitán Asensi y el Capitán
Alonso Estringana en la conferencia celebrada en la sede de la Asociación
de Estudios Melillenses, el sábado 26 de enero de 2013. Antes, el investigador e
historiador D. Santiago Domínguez Llosá, el mayor experto y precursor en el estudio
de la retirada de Zoco el- Telatza, explicó los detalles del "otro desastre".


"Fotografía de grupo, correspondiente a la excursión organizada por la Asociación de Estudios Melillenses a la circunscripción sur. Sirva este documento gráfico para mostrar el profundo agradecimiento de la familia del capitán Asensi al Presidente de dicha Asociación, coronel  D. Benito Gallardo Sierra, así como a todos los miembros de dicha entidad cultural, por la consideración y magnífico trato dispensado durante la visita a la sede de la Asociación y en la excursión del día 27 de enero de 2013".
La fotografía ha sido enviada al autor por el coronel de Artillería D. Carlos Azcárraga Gómez, miembro de la AEM.



"En  el mes de mayo del año 2013, 92 años después de la sangrienta retirada de Zoco el- Telatza, un grupo de españoles (dirigidos por el investigador Santiago Domínguez Llosá) volvió al "Cuadrilátero". Llegaron al valle en un vehículo todoterreno y recorrieron a pie los últimos kilómetros del trayecto de la retirada, hasta las ruinas de la avanzadilla francesa del fuerte de Hassi Uenzga (en total 12,6 kilómetros en un recorrido de ida y vuelta). En la fotografía, de izquierda a derecha, aparecen Santiago Domínguez Llosá, Felipe García, Sergio Moreno (aficionado y participante en diversos rallyes y pruebas de conducción en el desierto) y Antonio Aragüez . A sus pies pueden verse las ruinas de la avanzadilla francesa y uno de los montes Fetachas. Archivo de Santiago Domínguez Llosá.


"Con Santiago Domínguez Llosá"

"No hay iniquidad más negra que el olvido de los altos servicios. No sería España lo que es si no rindiera su admiración y entusiasmo a los que, allá en Marruecos, mientras otros faltaban a sus deberes, se excedieron en el cumplimiento de los propios". José Ortega Munilla (1856-1922).

Así se expresaba el padre del eminente filósofo español José Ortega y Gasset (1883-1955). José Ortega Munilla -escritor y periodista- escribiría el 24 de febrero de 1922, pocos meses antes de morir, un conmovedor artículo en el diario ABC elogiando la figura del capitán Manuel Bandín Delgado, muerto en la horrible masacre de Monte Arruit en julio de 1921. 

Terminaba Ortega Munilla su artículo con estas conmovedoras palabras: "El capitán de Artillería D. Manuel Bandín Delgado merece quedar en la página áurea de la abnegación y del sacrificio. No quiero añadir ni una línea, ni una coma al relato que he reproducido. Ahí está todo: la grandeza de un alma, la obediencia a las Ordenanzas, el delicado, exquisito estímulo de la dignidad... Si el nombre del capitán Bandín Delgado no se perpetuase en la memoria de los españoles, habría que suprimir del alma la facultad del recuerdo. No se olvidará jamás la hazaña de Bandín. Él ha cubierto de gloria a su familia, él ha honrado a la Patria".

El autor volverá a hablar del capitán Bandín Delgado cuando revele, una vez analizada, la importante y novedosa pieza documental descubierta en diciembre del año 2013, en relación con la retirada del Zoco el- Telatza.

"Recordatorio en memoria del capitán Francisco Asensi y la primera compañía del primer
batallón del Regimiento África nº 68. Obsequio entregado al autor por el Grupo 26 de abril de
2014 África 68 durante la excursión realizada a la zona y que fue colocado al pie de las ruinas
de la avanzadilla francesa del campamento francés de Hassi Uenzga.
Archivo del autor

"En la imagen superior, el Grupo 26 de abril de 2014 África 68, realizando un brindis en honor del teniente D. Arturo Mandly Ramírez y la 3ª compañía del 1er batallón del Regimiento África nº 68. De izquierda a derecha: Jorge, Santiago, Sergio y Felipe. La fotografía fue realizada en las bautizadas por el citado grupo como "las lomas de Mandly"; dicha posición fue ocupada por el teniente citado con dos secciones de su compañía, para repeler el ataque de la caballería rifeña que trataba de impedir que la columna en retirada alcanzase la entrada del desfiladero "Maachen" de los montes Fetachas. Sobre el terreno, el grupo pudo comprender la importancia de ocupar semejante posición y la facilidad con la que pudieron ser rodeados hasta encontrar gloriosa muerte al sacrificarse por sus compañeros, protegiendo así el flanco derecho de la columna, tal y como reflejan todos los testimonios".
"En el mismo lugar donde el Grupo 26 de abril de 2014 colocó el recordatorio en honor de la primera compañía del primer batallón, fue enterrada una botella que contenía en su interior la fotografía del capitán y un escudo del Regimiento África nº 68. Todo ello después de realizar el correspondiente brindis en el lugar donde, con toda probabilidad, fue muerto el capitán Asensi; brindis que el grupo hizo extensivo a la memoria de toda la columna de Zoco el- Telatza. En la misma fotografía puede observarse un trozo de la alambrada que rodeaba el perímetro de la avanzadilla francesa. El autor agradece al Grupo el detalle de haber programado semejante sorpresa y las facilidades dadas para poder acceder a la zona, gracias a la pericia del conductor Sergio Moreno (a cuyo "todoterreno" no se resistía ninguna loma) y las indicaciones del investigador Santiago Domínguez Llosá". La fotografía pertenece al archivo del autor.

"Hospital Central de la Cruz Roja San José y Santa Adela (Madrid)" 


BIBLIOGRAFÍA Y DOCUMENTACIÓN

  • JUAN PANDO DESPIERTO.- "Historia secreta de Annual". Temas de Hoy, Edición de 1998.
  • SANTIAGO DOMÍNGUEZ LLOSÁ.- "Zoco el T´latza, el otro desastre". Revista de Historia Militar de 2001, Quirón Ediciones, Valladolid. Santiago Domínguez Llosa fue el precursor en el estudio de lo ocurrido en la circunscripción sur. Las fotos del campamento de Zoco el-Telatza han sido extraídas de su trabajo publicado en la Revista de Historia Militar. Es Santiago Domínguez Llosá, sin lugar a dudas, uno de los mejores investigadores especializados en el "Desastre de Annual". Su archivo personal es impresionante; a su meritoria labor se debe el que actualmente podamos conocer cuál era el verdadero rostro del capitán D. Francisco Alonso Estringana, personaje de verdadera leyenda. El autor está muy agradecido a la consideración mostrada por D. Santiago a la hora de ceder a este blog las imágenes referenciadas, que pertenecen a su archivo particular.
  • "Expediente Picasso: Las Sombras de Annual". Editorial Almena, 2003.
  • ANTONIO CARRASCO GARCÍA.- "Annual 1921: Las imágenes del desastre ("2ª edición")". Editorial Almena, 2005.
  • SATURIO GARCÍA ESTEBAN.- "Defensa y Evacuación de la posición del zoco Telatza por el Teniente Coronel D. Saturio García Esteban". Toledo, 18 de mayo de 1922. Con dedicatoria al rey Alfonso XIII, el original así como su reproducción se encuentran disponibles en la Real Biblioteca del Palacio Real de Madrid. Signatura II/4059 (16). Este singular documento fue hallado por el autor en la Real Biblioteca una tarde del mes de septiembre del año 2012, sin que hasta esa fecha se hubiese hecho referencia alguna a la existencia de dicho documento original en ninguna obra de investigación histórica referente al "Desastre de Zoco el- Telatza".
  • Coronel GÁRATE CÓRDOBA.- "España en sus Héroes". Editorial Ornigraf, Madrid 1969. El autor adquirió estos libros (2 tomos) en "Reciclaje", librería de antigüedades de Granada.
  • Archivo Histórico Nacional. FC-TRIBUNAL SUPREMO-RESERVADO, Exp. 51, N.1 a N.21. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Gobierno de España.
  • Álbum fotográfico del Regimiento África nº 68, publicado en el año 2013 por la Consejería de Cultura de la Ciudad Autónoma de Melilla en colaboración con el Archivo Intermedio del Centro de Historia y Cultura Militar de Melilla (fondo documental al que pertenece dicha obra). Patrimonio del Ejército de Tierra en Melilla.
  • "Libro de Oro de la Infantería Española". Publicaciones del Memorial de Infantería (1928-1929). Ministerio de la Guerra de España. Adquirido por el autor en el año 2014, en Vindel Subastas y procedente de la biblioteca particular del Teniente General del Ejército de Tierra D. Emilio Alonso Manglano.
  • "Expediente previo de apertura de juicio contradictorio para la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando al Capitán D. Francisco Asensi Rodríguez". Caja 430, Exp. 3487. Sección 9ª. Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
  • "Expediente personal y hoja de servicios del capitán D. Francisco Asensi Rodríguez". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
  • "Expediente personal de José Asensi Quintana: matrimonio, defunción (7880/12) y hoja de servicios (5300/285)". Archivo General de la Marina "Álvaro de Bazán". Ministerio de Defensa.
  • "Expediente nº 37 instruido contra ALONSO ESTRINGANA, Francisco por el delito/s de Desafección al Régimen. FC-CAUSA_GENERAL, 294, Exp.21. 1936_01_01 / 1939-12-31". Archivo Histórico Nacional. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Gobierno de España.
  • "Expediente personal y hoja de servicios del alférez D. Nicolás Alderete Heredia". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
  • "Expediente personal y hoja de servicios del teniente D. Juan Mestre Martorell". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
  • "Expediente personal y hoja de servicios del teniente D. Fernando Núñez Chavarría". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
  • "Expediente personal y hoja de servicios del teniente D. Manuel Anisí de Lucas". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
  • "Expediente personal y hoja de servicios del capitán D. Francisco Alonso Estringana". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
  • "Expediente personal y hoja de servicios del capitán D. Andrés Molero Pimentel". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
  • "Expediente personal y hoja de servicios del capitán D. Manuel Gil Rodríguez". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
  • "Expediente personal y hoja de servicios del capitán D. Antonio Alcaine Albiñana". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
  • "Expediente personal y hoja de servicios del alférez D. José Montero Montero". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
  • "Expediente personal y hoja de servicios del teniente D. Arturo Mandly Ramírez". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
  • "Expediente de juicio contradictorio para la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando a favor del teniente D. Arturo Mandly Ramírez". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
  • "Expediente personal y hoja de servicios del teniente D. Ramón Mille Villelga". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
  • "Expediente personal y hoja de servicios del teniente coronel D. Saturio García Esteban". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
  • "Expediente personal y hoja de servicios del capitán D. Apolo Lagarde Leyva". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
  • "Expedientes personales y hojas de servicios de los capitanes D. Pedro Moreno Muñoz y D. Pedro Prats García". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
  • "Expediente personal y hoja de servicios del alférez D. Luis Muñoz Bertet". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
  • "Expediente personal y hoja de servicios del teniente D. Daniel Herrera Merino". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
  • "Expediente personal y hoja de servicios del teniente D. Manuel Corominas Gispert". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
  • "Expediente previo de apertura de juicio contradictorio para la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando a favor del teniente de artillería D. Manuel Corominas Gispert". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
  • "Expediente personal y hoja de servicios del alférez D. Eduardo Navarro Chacón". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
  • "Expediente personal y hoja de servicios del teniente D. Miguel Morales Delgado". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
  • "Expediente previo de apertura y expediente de juicio contradictorio para la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando a favor del teniente D. Miguel Morales Delgado".Caja 3895, expediente 30.945, sección 90. Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
  • "Expediente personal y hoja de servicios del teniente D. Pedro Pérez Martín". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
  • "Expediente personal y hoja de servicios del alférez D. Evaristo Falcó Corbacho". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
  • JAVIER SÁNCHEZ REGAÑA.- Blog "Desastre de Annual". http://desastredeannual.blogspot.com.es/2012/08/las-48-horas-de-haf_2.html,Sin cuya inestimable ayuda y colaboración este blog no habría sido posible. Gracias por ayudarme a mantener viva la llama, espero que tu excepcional magisterio me sea de gran utilidad. El parte del teniente coronel Saturio García Esteban me fue proporcionado por D. Javier Sánchez Regaña y está disponible, digitalizado, en la web portal de archivos españoles del Ministerio de Cultura ("pares"). El mismo autor ha creado otro blog con el nombre "los nombres del desastre de Annual", notable labor en busca de la recuperación del ejército perdido del General Silvestre: http://losnombresdeldesastre.blogspot.com.es/2013/07/regimiento-de-infanteria-africa-68_9.HTML
  • Las fotografías de los tenientes Manuel Anisí de Lucas y Daniel Herrera Merino, y las de los alféreces Evaristo Falcó Corbacho y Nicolás Alderete Heredia han sido proporcionadas por el investigador Javier Sánchez Regaña y pertenecen a las correspondientes orlas de ingreso en la Academia de Infantería de Toledo.
  • El escudo y leyenda del Regimiento África nº 68  han sido extraídos de la web "blasoneshispanos.com".
  • Agradeciéndole de antemano su confianza y consideración, la fotografía de Doña María Rodríguez Barcia así como el grabado del "Libro de Oro de la Infantería Española" me han sido proporcionados por D. José María Asensi Álvarez, nieto del Excelentísimo señor General de División y diplomado del Estado Mayor del Ejército, D. Víctor Asensi Rodríguez (1888-1972), que a su vez era hermano del Capitán D. Francisco Asensi Rodríguez.
  • La fotografía de la orla de ingreso del teniente D. Juan Mestre Martorell (promoción de 1914) me ha sido proporcionada por el responsable técnico de la Biblioteca Central de la Academia de Infantería de Toledo, D. José Echevarría Cuesta, a quien agradezco también la confianza y consideración mostrada.
  • La fotografía del Excelentísimo Teniente General D. Luis Aizpuru Mondéjar ha sido extraída del blog http://devale.blogspot.com.es/2012/06/campanas-de-marruecos-vii.html, y fue cedida a dicho blog por su bisnieto, D. Luis Aizpuru Rosado.
  • Archivo de la familia Asensi Mendoza, a los que debo agradecer que hayan cedido a este blog la fotografía referenciada de D. José Asensi López-Blanco, así como innumerables datos familiares referentes a fechas y lugares. Gracias al coronel de infantería D. Francisco Asensi Mendoza el autor pudo saber que el capitán Asensi fue propuesto para la Cruz Laureada de San Fernando. De gran ayuda han sido también mis conversaciones con la familia Albero Asensi, a quienes agradezco la confianza recibida.
  • PLÁCIDO RUBIO ALFARO.- "El 4º Tercio "Alejandro Farnesio"". Quirón Ediciones, 2004. El referido autor de este libro expresa su agradecimiento por su valiosa colaboración a Doña Elisa Mendoza y Doña Elisa Asensi Mendoza, viuda e hija, respectivamente, de Don José Asensi López-Blanco, Capitán interventor en el Jemis de Midar, Comandante del 4º Tercio de Villa Sanjurjo hasta su evacuación y Coronel en tierras saharianas.
  • SIGIFREDO SAINZ GUTIÉRREZ.- "Con el general Navarro. En operaciones. En el cautiverio, prólogo del barón de Casa Davalillos, Felipe Navarro y Ceballos Escalera". Sucesores de Rivadeneyra, Madrid.
  • ATLAS ILUSTRADO DE LAS GUERRAS DE MARRUECOS (1859-1926). Susaeta Ediciones, S. A.- Obra colectiva, con ilustraciones del pintor Augusto Ferrer Dalmau.
  • La carta y fotografías del superviviente de la retirada Pedro Campo Solano han sido proporcionadas por su nieto, Blas Broto Campo. El original de la carta forma parte de su archivo familiar. El autor agradece a su gran amigo Blas la confianza y consideración recibida al permitir publicar en el blog parte de dicho documento así como la reseña biográfica enviada que pueden verse originales en el siguiente blog: http://pedroenelrif.com/
  • Fotografías y documentación. Archivo personal del autor.
  • La fotografía del alférez D. José Montero Montero y el ejemplar de la Revista de Higiene y Sanidad Pecuaria (febrero de 1922) han sido proporcionadas por su nieto, D. Ignacio Montero Ruiz, profesor del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. 
  • Real y Militar Orden de San Fernando: el autor agradece su colaboración a esta prestigiosa institución así como al Ministerio de Defensa del Gobierno de España, por las facilidades dadas para desarrollar este trabajo de investigación, que no pretende sino honrar la memoria de nuestros soldados durante el desastre de 1921.

"Alcázar de Segovia. Sede del Archivo General Militar. Ministerio de Defensa"
Fotografías del autor, 9 de noviembre de 2012.


"Puerta de entrada al Archivo General Militar de Segovia
en cuya sala de investigadores el autor ha podido recabar
datos gracias a la extraordinaria colaboración del
Ministerio de Defensa"


NOTICIAS EN LA PRENSA.













"El Diario digital El Confidencial publicó el día 14 de diciembre de 2013 un artículo dedicado a la figura del capitán Francisco Asensi. Su autor es Álvaro van den Brule"
http://blogs.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/empecemos-por-los-principios/2013-12-14/enfrentandose-con-dignidad-al-ulitmo-momento-el-capitan-francisco-asensi_66198/


"Reportaje del diario Levante: El Mercantil Valenciano, de fecha 21 de enero de 2014, donde se hace referencia a la exposición que conmemora en Valencia la historia de los jinetes del Regimiento Alcántara, condecorado con la Cruz Laureada de San Fernando, por su actuación en el desastre de Annual. En el mismo reportaje se hace referencia a la figura del capitán Asensi, al recordar la presencia de valencianos en la trágica derrota sufrida por el Ejército español en el Rif marroquí". El ejemplar ha sido enviado al autor por el periodista Carlos Laguna Asensi.



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